Ligado al tema de la estructura del universo –para mí Macrouniverso-, también denominado multiverso en el ámbito cosmológico de la actualidad, cuya hipótesis he comentado en mis libros, se halla el tema de las leyes físicas.
Primero es necesario aclarar qué entiendo por leyes físicas.
Según mi cosmovisión, las leyes físicas no consisten tan sólo en las que se deducen de las experiencias y especulaciones que las dividen en física de corpúsculos, átomos, electrones, protones, neutrones, neutrino… quarks, gluones, etc.; física del electromagnetismo o estudio de las radiaciones y física mecánica de los cuerpos rígidos y de los fluidos, incluida la mecánica celeste.
Las leyes físicas las hago extensivas no sólo a la química y bioquímica, sino también a la biología y al psiquismo.
Tomar a nuestro psiquismo, por ejemplo, como un proceso que obedece a otro orden de cosas, a saber, el espiritual, es tan sólo el síntoma de nuestra ignorancia acerca de cómo se produce el pensamiento en nivel ángstrom o en nivel quarks, cosa que algún día explicará la física corpuscular o subatómica.
Luego, todo obedece a las leyes físicas, según mi concepción de la sustancia universal que “dibuja” objetos, adopta formas energéticas, y entra en la producción de procesos tales como soles (léase estrellas), planetas, vida, conciencia…
El hombre en general acepta que las leyes universales no sólo son las mismas en todos los rincones del universo, sino también constantes.
Nada más lejos de la realidad ante un panorama como el que propongo, basado en un Macrouniverso contenedor de múltiples regiones heterogéneas.
Quizás tan solo una de esas regiones puede contener las leyes físicas que nosotros detectamos por doquier. Se trata de nuestro universo de galaxias (o microuniverso según mi óptica) en expansión, y quizás también de otros supersoles similares que atraviesan por similares circunstancias.
El resto del Todo es agaláctico, es decir, sin corpúsculos (átomos, quarks, gluones, etc.), sino formado de sustancia continua, sin objetos, sin radiaciones, carente de de leyes físicas, por cuanto las que aquí conocemos son leyes circunstanciales que han advenido en virtud de la configuración actual, y el momento que está “viviendo” nuestro “supersol” en expansión resuelto en galaxias. Más allá de él, todo debe ser diferente. Esta es mi cosmovisión (según he adelantado en el artículo titulado: “Teoría cosmogónica, la supuesta creación de la nada, y mi cosmología”, publicado en Tribuna de Periodistas el 5-3-11).
Pero hay más. Estas leyes accidentales advenidas en un momento dado de la vida del Macrouniverso y en un punto de él que es nuestro microuniverso de galaxias, no son entonces constantes y menos eternas por supuesto, como tampoco lo son las posibilidades de la matemática en su aplicación según he adelantado en el artículo titulado: “Teoría cosmogónica, la supuesta creación de la nada y mi cosmología”, publicado en este Periódico el l5-3-11.
Cuando nuestro universo de galaxias sea absorbido por las regiones circunvecinas del Macrouniverso, o mucho antes, las actuales leyes físicas dejarán de tener vigencia reemplazadas quizás por otras, o diluidas en una región sin leyes y sin posibilidades de que ocurra ya más nada. (He de aclarar que todo esto es tan sólo pura hipótesis de mi propia factura, los expertos sobre el tema explicarán cada cual la suya propia).
La Humanidad, aunque exista aun durante millones de años más, difícilmente será testigo de este acontecer, aunque no se puede descartar la posibilidad de que nuestra tecnología del futuro, mediante algún ultrasensible instrumental, llegue a detectar las sutiles variaciones de las leyes físicas tenidas hasta hoy por constantes.
La desaparición de las leyes físicas que hoy rigen los acontecimientos de nuestro entorno, asimismo como nuestro propio proceso psicosomático, traerá aparejado también el desvanecimiento de las leyes químicas, bioquímicas, biológicas y psíquicas.
Nada de esto será posible ya entonces, y aquí es donde también tambalean los valores tenidos como eternos. La ética, el amor, la lógica, lo grande, lo pequeño, la posibilidad de la concepción de un triángulo (puesto que no habrá más conciencias), se diluirá en otras dimensiones en donde ningún valor de nuestra razón tendrá sentido porque ya nunca será posible inteligencia alguna.
Esto es relatividad pura, nada es constante eterno ni la idea de un dios creador que aquí se nos esfuma, desaparece porque todo el macrouniverso es circunstancial en su forma y accionar, transitorio, perecedero.
Esta es mi cosmovisión.
Ladislao Vadas