“...donde
la ignorancia es una bendición es una locura ser sabio”
Thomas Gray
Nuevamente
América Noticias es el centro de nuestra atención.
Esta vez, se han ocupado de las “Caras de Bélmez”. “Ocupado” es
una forma de decir, ya que el informe emitido el martes próximo pasado dura
menos de ciento veinte segundos.
No me propongo
realizar un elaborado estudio sobre la sonada y
ya casi olvidada cuestión de las “apariciones” de caras en
una humilde casa de España. Menos aún, profundizar sobre el espiritismo.
La idea de ésta nota es ubicar al televidente -y al lector de nuestra publicación
electrónica- en éstos fenómenos. No sólo me refiero a los fenómenos
parapsicológicos, sino también a los fenómenos comunicacionales y a la
imperiosa necesidad de provocar
impacto, para así atraer la atención del “televidente-consumidor”.
Como bien precisa Ignacio Ramonet, autor de “La tiranía de la comunicación”:
” Hoy día, los principios de la comunicación publicitaria se imponen
tanto en la información como en la cultura de masas. Es decir que se comunica
de la misma manera cuando se informa, se publicita o se hace cultura de masas. Cómo
se comunica? Privilegiando tres cualidades: la rapidez (ya sea publicidad,
información o texto la información debe ser rápida y corta, con títulos
directos como títulos publicitarios); la sencillez (máximo de comprensión); y
hay que ser divertido. El aburrimiento es el adversario de estas tres esferas de
comunicación. De hecho, cuando estas tres cualidades se repiten conducen
inevitablemente a una concepción muy infantil del pensamiento. Hay un proceso
de infantilización de los mensajes. La comunicación se caracteriza por ser
veloz, abundante y por ser una mercancía. Por consiguiente, obedece más a las
leyes del mercado que de la información. Se ve sometida a una regulación de
tipo mercantil y no informativa”.
Por lo dicho, de
una investigación que debería ser seria y responsable deviene
algo superfluo, soso. Un juego.
Comencemos....
La
presentación del informe
El
elegante conductor Guillermo Andino reseña:
“...rostros,
esto ya viene ocurriendo desde hace tres décadas, volvió a pasar...rostros de
veintiún personas (sería más correcto decir “veintiuna personas”)
...muertas...debajo...allí...había un cementerio”.
A
pie de pantalla se lee: “La casa de los espíritus", intentando hacer un
anclaje entre los “fenómenos espiritistas” y el libro de Isabel Allende. Sólo
los más “culturosos” captan ésta sutileza.
En
off y sobre las imágenes referidas al particular una locutora dice:
“La
famosa casa de las caras en Bélmez sigue siendo un enigma. Para muchos
investigadores las imágenes que surgieron del suelo misteriosamente iban a
desaparecer el día que falleciera su dueña: doña María Gómez, pero la mujer
murió hace ocho meses y en otra vivienda en la que nació hace 85 años, a una
cuadra de la anterior, comenzaron a aparecer veintiún nuevos rostros”.
Corta
el relato un señor con acento español que brinda algunos datos de doña María
Gómez Cámara, la dueña de la casa poseída.
Luego,
continúa la locutora local:
"Desde la aparición de la primera cara, en 1971, nadie le encuentra una explicación. Tan sólo, un antiquísimo cementerio en el subsuelo de la casa podría ser la causa de tan intrigante fenómeno paranormal".
Sin
quererlo acertaron con la expresión: “nadie le encuentra una explicación”.
¡Sí, existe más de una explicación!
Continúa
el señor español, aún sin presentar, con
su disertación sobre doña Gómez e introduce el tema de las “piscofonías”
(que en el ambiente de los “paranormal” serían las “voces del más allá”)
y “demuestra” que “una voz, dice con toda
claridad: ‘Ányela’”.
Finaliza
la locutora:
“Lejos de terminar con el misterio con la muerte de María Gómez
regresaron los rostros para adueñarse de otra casa”.
El
informe es muy breve y suponemos que el señor español, que en el informe no se
sabe quién es, brindaría en la producción original explicaciones sobre Bélmez
y la señora. Además, sería más lógico que la voz de la “cara-espíritu”
pronuncie “María”, que es la anfitriona desde hace más de 30 años, y no:
“Anyela”....¿quién es ‘Anyela’?
La
cronología
Para
entar en materia recurrimos a una apretada síntesis dada por el sitioweb
“Mi Ciudad Real” : “El día 23 de Agosto de 1971, en Bélmez de
la Moraleda (Jaén) María Gómez, se dio cuenta de que en el suelo de cocina
había una extraña mancha que parecía un rostro informe. Según contaron después,
la ‘cara’ (y las que le siguieron) no apareció de pronto: en el piso de
cemento se formó una mancha que fue evolucionando durante unos días hasta
llegar a reproducir con fidelidad la apariencia de un rostro humano.
En el pueblo se despertó la curiosidad por la que la imagen se parecía
a la Santa Faz que hay en la Iglesia de Jaén. Era la primera de las
teleplastias (formaciones que se asemejan rostros y bustos de personas) que
durante 30 años extraña imagen y los vecinos comentaban se irían sucediendo.
Pero esa inquietante cara en el suelo de la cocina atemorizaba a los
propietarios y uno de sus hijos, Miguel, procedió a picar cuidadosamente el
lugar donde se encontraba, hasta hacerla desaparecer. A continuación lo alisó
con cemento. El esfuerzo resultó inútil, pues algunos días después, ya en el
mes de septiembre, comenzó a aparecer, exactamente en el mismo lugar del suelo
que había sido renovado, una nueva cara, de rasgos muy acusados y gran
expresividad, que produjo auténtico temor en el desconcertado matrimonio.
Lo primero que podía distinguirse eran los ojos, y después iban
surgiendo gradualmente la nariz, la boca y el contorno. Los comentarios y las
versiones tomaron tales vuelos que el Ayuntamiento de Bélmez se vio obligado a
intervenir: unos albañiles, ayudados por Miguel, ‘recortaron’ la segunda
cara aparecida en el suelo y excavaron un foso en la cocina de la casa de 2’80
metros de profundidad por 1’50 de diámetro, encontrando numerosos huesos en
el subsuelo de la casa de María, ya que ésta, junto con la vivienda contigua y
parte de la Iglesia, formaban parte de un antiguo cementerio del siglo XIII,
aunque la antigüedad del pueblo date del siglo XV. La cara recortada se colocó
en la pared de la cocina tapada por un cristal y es quizá la más nítida y
definida de las que aparecieron.
Se
volvió a enlucir el suelo con cemento, pero pocos días después, concretamente
el 10 de septiembre de 1971, nuevos rostros aparecieron, esta vez más difusos.
Fueron de nuevo picados y arreglado el suelo de la cocina, pero pocos días
después un nuevo rostro apareció; esta vez el de una mujer joven y bella, que
poco a poco fue rodeada por otras más pequeñas, a modo de satélites. La
verdad es que tampoco tuvo tiempo de esclarecerse demasiado, porque el joven
Miguel aterrado por la aparición de estos rostros procedió a picarlos dejando
los fragmentos junto a la pared del fogón, lugar donde han estado hasta hace
muy poco. Desde ese momento, la familia, resignada, dejó de luchar contra la
fuerza desconocida. Surgían caras que, tras evolucionar lentamente, desaparecían
poco a poco para dejar sitio a nuevas imágenes. El día 1 de Noviembre de 1975,
en presencia de reconocidos parapsicólogos se procedió a levantar del suelo de
la cocina la imagen hasta hoy en día más clara, la bautizada como ‘el
pelao’. Los hijos de María procedieron ese mismo día a restablecer el suelo
de la casa enluciéndolo con cemento. La cocina llego incluso a ser precintada
impidiendo la entrada a ella de toda persona. Fue inútil, cuando se volvió a
entrar había nuevos rostros en el suelo. Muchas gentes han atribuido al fenómeno,
manipulación personal o bien simplemente que alguien se divertía pintando las
extrañas formas y burlándose de la gente. Pero esto se cae por su propio peso.
Grandes investigadores y muchas universidades de Europa, han estudiado los
fragmentos de las caras que en el lugar se obtuvieron. Nadie ha sido capaz de
demostrar que el fenómeno que se produce en el suelo de la cocina de María, se
trate de algún tipo de pintura, tintura o similares productos tales como
nitratos y cloruros o incluso sales de plata.
Las
explicaciones abarcan todo el abanico de prejuicios y creencias racionales que
suelen manifestarse ante cualquier fenómeno que escapa a las reglas corrientes.
Milagro, afirmaban unos. Fraude, sostenían otros. Hubo quien arriesgó la hipótesis
de que las caras pertenecían a los difuntos, cuyo descanso había sido
perturbado por la construcción de la casa sobre sus tumbas. La pregunta que se
planteaba era por qué habían esperado siglos para manifestar su incomodidad.
Pero entonces salían a colación los ruidos y gemidos inexplicables que se habían
escuchado en la casa contigua cien años atrás.
La Iglesia de Bélmez de la Moraleda (siglo XVII) esta construida sobre
las ruinas de una antigua ermita y de un cementerio pegado a ésta. Para no
desaprovechar el lugar y guardando tradición, se siguieron enterrando a las
personas en la parte más cercana a la Iglesia que se encontraba en el mismo
lugar donde hoy en día se halla la actual. Hay que tener en cuenta, que la casa
de María Gómez y la adyacente, estaban construidas sobre uno de los extremos
del cementerio, es decir, de la parte más antigua del mismo. Recordemos que los
huesos encontrados en el foso que se hizo en la cocina de María datan del siglo
XIII según la prueba del Carbono 14.Los investigadores parapsicólogos proponían
una teoría más sencilla, desde su punto de vista: alguno de los ocupantes de
la casa era un dotado, alguien cuyo subconsciente poseía el tipo de energía
que suele producir efectos poltergeist. Sólo que en lugar de provocar
desplazamientos, golpes y levitaciones, esa energía modificaba la materia,
creando en ella imágenes que expresaban un mensaje que nadie ha sabido
descifrar. Después de 30 años las teleplastias siguen apareciendo. Y con ellas
continua el misterio y la polémica entre quienes hablan de ectoplasma y energía
psíquica y aquellos que prefieren creer en la astucia de unos y la
sugestibilidad de los más”.
Quien
aparece en la producción emitida por AN, el “señor español”, es de la
SEIP (Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas”. Así <<el
pasado día 7 de Febrero del año 2004 el Presidente de la S.E.I.P. y el Consejo
Internacional, mantuvieron una reunión en el Ayuntamiento de Bélmez de la
Moraleda con la alcaldesa María Rodríguez donde se expusieron las intenciones
por parte del Ayuntamiento en la creación de un museo con respecto a las Caras
de Bélmez. En esta reunión se acordó la creación de un Acta Oficial donde
sería realizado un inventario de las caras a día de hoy para tener constancia
de las manifestaciones que había nada más abrirse la puerta de la casa, que
permanecía cerrada tras el fallecimiento de María Gómez Cámara. Para ello,
SEIP convocó una reunión formal, entre todos los familiares propietarios de la
casa y el Ayuntamiento con el fin de aclarar las intenciones de la familia con
respecto a la casa y acordar que la casa debería seguir abierta al público
visitante de Bélmez, ya que en ese momento, sus intenciones eran que la casa
permaneciese cerrada hasta que se tomara un acuerdo general de la familia. Tras
este acuerdo entre los familiares, Ayuntamiento y SEIP, la casa se abrió a las
8 de la mañana del día siguiente -8 de Febrero de 2004- y por parte nuestra se
realizó un estudio milimetrado del suelo de toda la casa y de las imágenes
extraídas del suelo, con el fin de establecer la comparativa necesaria para
aclarar si había habido modificaciones en las caras o apariciones de nuevos
rostros, tras el deceso de María Gómez Cámara. Tras esto, se realizó un Acta
Oficial donde se reflejarían dichos datos. Este documento fue entregado y
firmado por los representantes del Ayuntamiento de Bélmez y del SEIP”.
En
el “Acta de investigación de las Caras de Bélmez por la Sociedad Española
de Investigaciones Parapsicológicas (SEIP)” se lee:
“Población:
Bélmez de la Moraleda
Fecha:
Domingo, 8 de febrero de 2004
Hora
de entrada en la inmueble: 8.00 AM
Realización
del estudio y barrido fotográfico de la casa situada en la calle Real, nº 5,
estando presentes en la apertura de la misma:
D.
Miguel Pereira Gómez
D.
Pedro Amorós Sogorb (Presidente de la SEIP)
D.
Pedro J. Fernández Marín (Consejo Internacional de Investigación de la SEIP)
D.
Lorenzo Fernández Bueno (Subdirector de la revista ENIGMAS)
D.
David E. Sentinella Vallvé (Redactor y coordinador de la Revista ENIGMAS y
Consejo Internacional de Investigación de la SEIP)
D.
Claudio Caballero Fernández (investigador de la SEIP)
Posteriormente
acuden al inmueble D. Juan Pereira y Dña. María Jesús Gómez, al igual que la
Sra. María Rodríguez, alcaldesa de la localidad.
El
barrido fotográfico se realiza mediante una cuadriculación del suelo que se
inicia en el rincón donde se encuentra la televisión. Los cuadros tienen unas
dimensiones de 60 cm x 55 cm, salvo en determinados lugares cuyas medidas se ven
condicionadas por las propias características del inmueble –columnas en las
esquinas-.
Salón
Antigua Cocina
Primera
fila: Cuadro 1: 55 x 30 x 60 cm. (esquina TV)Cuadros 2, 3 y 4: 60 x 55 cm.Cuadro
5:Segunda fila:Cuadros 6, 7, 8, 9: 60 x 55 cm.Cuadro 10: 35 x 34,6 x 50
cm.Tercera fila:Cuadros 11, 12, 13, 14 y 15: 60 x 55 cm.Cuadro 16: 21 x 60 x 60
cm. (curvatura izquierda de la chimenea)Cuarta fila:Cuadro 17: 60 x 55 x 65 cm.
(curvatura central chimenea)Cuadros 18, 19, 20 y 21: 60 x 55 cm. (hasta la
puerta)Quinta fila:Cuadro 22: 65 x 55 cm.Cuadros 23, 34, 25: 60 x 55 cm.Cuadro
26: 68 x 60 x 33 (curvatura derecha chimenea) Sexta fila:Cuadro 27: 55 x 60 x 63
cm.Cuadros 28, 29, 30 y 31: 60 x 55 cm.Cuadro 32: 60 x 34 cm.
Séptima
fila:Cuadro 33: 30 x 55 cm.Cuadro 34 y 35: 30 x 60 cm. Cuadro 36: 32,5 x 46 cm.
Entrada-pasillo:
Primera fila:Cuadro 1: 23 x 60 x 55 cm.Cuadro 2, 3 y 4: 55 x 60 cm.
Cuadro
5: 55 x 60 x 55,5 cm.Cuadro 6: forma irregular de 55,5 (en medida intermedia 66)
x 48 cm. (en escalón 15 cm.)Segunda fila:Cuadro 7, 8, 9, 10 y 11: 60 x 55
cm.Cuadro 12: 40 x 60 cm.Tercera fila:Cuadro 13: 22 x 60 cm.
Cuadro
14: 22 x 60 x 49,5 cm.Cuadro 15: 49,5 x 60 x 46 cm.Cuadro 16: 46 x 60 x 42
cm.Cuadro 17: 42 x 60 x 39 cm.Cuadro 18: 39 x 45 x 46 cm.
Peldaño
de subida: 45 x 26 x 45 cm. (forma rectangular inclinada).
Otros
detalles de investigación:
Temperatura
y humedad relativa:
10.30
horas: Cocina 2, 11º C - 70%
10.37
horas: Salón (cocina antigua), 11,9º C – 70%
16.50
horas: Salón (cocina antigua), 12,4º C – 73%
17:00
horas: Cocina 2, 12,1º C – 73%
Informe
del Acta de investigación de las Caras de Bélmez
por
la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas (SEIP)
Tras
la muerte de María Gómez Cámara el 3 de febrero de 2004, han circulado
numerosos rumores acerca del estado de ‘las Caras’. Desde el día 1 de enero
de 2004, fecha en que María abandona su hogar, el inmueble ha permanecido
cerrado al público hasta el día 8 de febrero de 2004, fecha en la cual, por
decisión y solicitud de la familia junto al apoyo del Ayuntamiento de Bélmez
de la Moraleda, un equipo de investigación de la Sociedad Española de
Investigaciones Parapsicológicas realiza un estudio. El equipo, formado por
Pedro Amorós, Pedro J. Fernández, David E. Sentinella, Lorenzo Fernández
Bueno y Claudio Caballero, ha realizado el consiguiente estudio y barrido fotográfico
–después de, como se advierte en el informe adjunto, cuadricular centímetro
a centímetro la habitación (antigua cocina) donde se manifiesta el fenómeno,
el pasillo colindante a la misma que da entrada a la casa, y la segunda cocina
de la planta baja- con el fin de certificar la situación actual de las caras y
efectuar el inventario necesario, siendo la primera investigación que se pone
en marcha –y los primeros investigadores en acceder al hogar para llevar a
cabo la misma- después del deceso de María Gómez Cámara.
Conclusiones:
Tras
comparar muestras anteriores con las obtenidas a día de hoy –8/02/04-,
detectamos las siguientes apariciones nuevas en sus correspondientes cuadrículas:
1º
Cuadros 1, 2, 11, 12 de “entrada pasillo” -imagen en formación sin
determinar-.
2º
Cuadro 5 de “entrada pasillo” –imagen en formación sin determinar-.
3º
Cuadros 1, 2, 3, 5 de “cocina” –imagen en formación sin determinar-.
4º
Cuadros 28, 25 de “salón cocina” –imagen en formación sin determinar-.
Y
así lo rubrican en Bélmez de la Moraleda, a 8 de febrero de 2004:
D.
Pedro Amorós
Dña. María Rodríguez Presidente
de la SEIP
Alcaldesa de Bélmez>>
Tal vez, como
sugerencia, sería importante incluir entre los miembros de éstas agrupaciones
o sociedades a algún científico. En éste caso un buen apoyo lo tendríamos
con la sapiencia de un físico o de un químico. No estaría de más la
intervención de un ilusionista o mago.
Obviamente, no dudamos de la integridad de Amorós, de Rodríguez y de sus
equipos de trabajo, sino pensaríamos que se quiere lucrar con el “fenómeno”.
Recordemos la advertencia del desaparecido astrónomo Carl Sagan:
“En un
terreno complejo esculpido por procesos no familiares, los aficionados (y a
veces, incluso, los profesionales) que examinan fotografías, especialmente
cerca del límite de resolución, pueden encontrarse con problemas. Sus
esperanzas y temores, la emoción de posibles descubrimientos de gran
importancia, pueden vencer el enfoque escéptico y precavido propio de la
ciencia”
Algunos
aspectos del “misterio”
“Sobre
el origen de las caras –dice Juan Anguita - pienso que habría que
hacer referencia a una investigación encabezada por José Luis Jordán Peña, y
formada por un equipo interdisciplinar cuyas especialidades irían desde fotógrafos
hasta química del hormigón. En el libro del citado José Luis Jordán:
‘Casas encantadas. Poltergeist’ encontramos una referencia este caso y su
estudio que copiamos a continuación:
<<[.]días después, con grandes titulares el diario que más hiciera por
mitificar el asunto de Bélmez, ‘aclara’ a sus lectores: ‘SE ACABO EL
MISTERIO’ y sugiere, que la mezcla utilizada para ejecutar el fraude es,
simplemente, una adición de Cloruro de Plata y Nitrato del mismo metal. Para
‘probar’ su aserto, el señor Viñas prepara una maqueta de mortero fraguado
de cemento, sobre el que pincela este preparado. Naturalmente esas sales viran
de color en una gama de tonos pardos tras una exposición a la luz o mediante
tratamiento con hidróxido sódico. Pero lo que realmente demuestran los técnicos
del diario es que ‘también’ podría haberse realizado una imagen siguiendo
esas pautas. Nuestro examen de las caras no reveló el menos rastro de haluros
de plata y estamos en condiciones de negar que ese fuera el procedimiento
empleado. Por aquellos días, un departamento del Ministerio de Gobernación nos
pidió que nombrásemos una comisión que integrase verdaderos técnicos en Química
del Hormigón para realizar un estudio exhaustivo de esas manifestaciones y
presentar un informe confidencial a las Autoridades. Puesto que las formaciones
pictóricas estaban trazadas sobre lechada de cemento, es obvio que la única
autoridad capacitada para elevar un dictamen sobre los cambios moleculares que
pueden tener lugar en una masa de hormigón, es un técnico en esta materia.
Antes de polemizar acerca de si una imagen es o no teleplástica, había que
preguntarse, ¿Qué pigmentos o qué estructura
química poseen las áreas claras y oscuras que dan lugar a una imagen?
Consultamos previamente las pautas a seguir en nuestra investigación al
organismo más calificado para opinar en materia de pigmentación y pintura:
el Instituto de Conservación y restauración de Obras de Arte y Arqueología,
correspondiente al Ministerio de Educación y Ciencia. Finalmente nuestra comisión
quedó integrada por los señores don Tomás Torres Larumbe (Ingeniero de
Caminos), Enrique Villagrasa (Ingeniero de Construcción), Román de Diego (Técnico
en Química del Hormigón), Pedro Villaroig (Pintor), Antonio Sánchez Arjona
(Psicólogo), doctor Juan Aguirre Ceberio (Médico) y Franco Muela Pedrara (Fotógrafo).
Una empresa constructora: ‘Agroman’ nos proporcionó todo tipo de
asesoramientos referentes a la tecnología del hormigón. El Gobernador Civil de
Jaén, don José Ruiz de Quintana y Gordoa, que había recibido instrucciones
del Ministerio nos facilitó la presentación a las autoridades del pueblo y el
acceso a la vivienda de los Pereira. De ese modo pudimos hacer un examen de las
dos figuras más importantes y recoger muestras de la superficie pictórica para
analizarlas en Madrid. Pero ocurrió algo que, desde el primer momento, influiría
sobre nuestros criterios acerca de este suceso. Una autoridad local, sabiendo
que estábamos comisionados por el Ministerio de Gobernación, y preocupado por
la trascendencia que una versión deformada de los hechos pudiera tener en el
futuro para el buen nombre de la población, nos hizo una confesión acerca del
origen de aquellas pinturas y la implicación de un miembro de la familia de don
Juan Pereira Sánchez en los hechos. Naturalmente, nos reservamos nuestra opinión
sobre el relato. Era preciso contrastar, a la vista de los análisis espectrográficos
y químico-isotópicos de las muestras, los resultados y examinar si éstos eran
coherentes con la información confidencial que se nos había facilitado.Y así
fue en efecto: Lo que más llamaba la atención era la diferencia de tratamiento
superficial de las dos imágenes. Mientras los rasgos faciales del ‘viejo’
presentaban claros síntomas de haber sido pigmentados con una sustancia
pardonegruzca y su realización pictórica presentaba típicos balbuceantes
trazos de un artista novel, el rostro del infante aparecía perfilado por el
grado de rugosidad en la misma superficie de la lechada de cemento. Un examen
microscópico permitía definir las zonas oscuras como áreas de mínima
rugosidad y por tanto muy reflectoras y brillantes debido a su aparente
pulimentación, mientras que las zonas claras, presentaban un mayor nivel de
abrasión, una mayor rugosidad. En estas últimas condiciones, la difusión de
los rayos luminosos se hace en todas direcciones y a los ojos de un observador
parecen más claras o blanquecinas. Un análisis espectrográfico reveló para
esta última ‘cara’ la acción agresora de un compuesto químico de los que
integran ciertos preparados que se expanden en las droguerías para limpiar las
manchas de cemento. Respecto al rostro del ‘Señor de la Vida’ se pudo
determinar que su ejecución se realizó pincelando con una mezcla de hollín y
vinagre; disolvente este último de carácter casero que se utiliza para quitar
las manchas de fulígine; esas sustancias grasas que con la adición de cenizas
y alquitranes empañan los hogares de tantas cocinas de pueblo. Pudimos
determinar incluso, el calibre de las cerdas que formaban el pincel utilizado
para repasar la pintura ¿Hemos de concluir que las llamadas ‘caras de Bélmez’
no fueron otra cosa que un hábil fraude, montado para engañar a los
forasteros? Nos negamos en absoluto a formular una acusación semejante contra
la honrada familia de María Gómez Cámara. Probablemente, según nuestras
referencias, todo empezó como una simple broma entre vecinas. Cuando la prensa
y televisión intervienen, la timidez y el temor de quedar en ridículo induce a
los moradores de la vivienda a guardar silencio. Poco después el caso alcanza
resonancia nacional e internacional y ya es tarde para rectificar. Si existe
alguna impostura, no es imputable a estas buenas gentes, que en contra de lo que
se dijo en aquellos días, jamás se enriquecieron a costa de las
"caras" sino a una persona irresponsable y sensacionalista.
Evidentemente nuestra tesis entra en flagrante conflicto con la teoría de don
Germán de Argumosa. Pensamos que este parapsicólogo operó con toda honestidad
y pulcritud en su línea de análisis. Él se dejo sorprender por la
aparentemente impecable prueba de la habitación precintada.
Tal vez si hubiera consultado a un buen químico le hubiera objetado que existen
técnicas para tratar una superficie de cemento de modo que una imagen latente
se revele al cabo de varios días. En cuanto a las psicofonías, sin recurrir al
argumento de que las obtenidas en la cocina pudieran explicarse a través de los
mil rumores casi subsónicos que atraviesan las paredes de una habitación, no
debe olvidarse que tales registros pueden conseguirse en lugares heterogéneos
sin la presencia de imágenes parahilográficas. Una vez que las pasiones
suscitadas ante las dos hipótesis alternativas –la de Argumosa a favor de la
paranormalidad, y la nuestra que identificaba la formación de los rostros con
causas naturales- se han adormecido, podemos preguntarnos, ¿quién llevaba razón?
Pensamos que una afirmación dogmática a favor de una u otra teoría adolecerá
de parcialidad. Restan aun muchos puntos oscuros por clarificar. ¿Quién de
entre los miembros de la familia ejecutó unos dibujos cuyos estilos pictóricos
eran tan dispares? ¿Quién asesoró al artista o artistas para que utilizaran
sofisticadas técnicas químicas que permitiesen la fijación progresiva de una
imagen en una habitación precintada? ¿Pudieron tales pigmentos y agresores químicos
del hormigón, haber sido aportados hiloclásticamente como postula don Germán
de Argumosa.? [.]>>
En
la actualidad se está llevando, al menos, una investigación tras la muerte de
María Gómez Cámara, esta corre a cargo del SEIP tal y como mencioné más
arriba. Dicha investigación, de la cual podemos algunos resultados en
www.elseip.com, adolece de algunos defectos de base que hacen que sus resultados
presentes y futuros puedan ser puestos en duda ya desde un principio.¿Podemos
analizar en qué consiste la evaluación que se está llevando a cabo del fenómeno?
Veamos: en los siguientes enlaces, ya citados anteriormente:
http://www.ctv.es/USERS/seip/breves57.htm y
http://www.ctv.es/USERS/seip/breves58.htm podemos encontrar el comienzo de esta
‘investigación’.
¿Qué ‘estudia’ el SEIP? ¿Cuál es el diseño de su ‘investigación’?
Según aparece en estos enlaces, concretamente en el "convenio"
firmado con el Ayuntamiento, sólo se habla de hacer fotos, supongo que para
compararlas con otras posteriores: ¿Para qué? ¿Qué se espera encontrar? ¿Qué
hechos confirmarían su hipótesis? ¿Qué hechos la desmentirían? (¡anda!, si
no han hecho ninguna) ¿Qué controles impondrán?... Todo por una razón muy
sencilla, es de suponer que su investigación consista en algo más que un
pasatiempo típico de periódico: busquen las diferencias entre estas dos fotos,
normalmente estos pasatiempos no tienen más implicación. Veamos los pasos que
seguirían a un diseño de este estilo, no sé si intencionada o ignorantemente,
mal establecido. Supongamos que aparecen diferencias en fotos posteriores,
supongamos que éstas tienen carácter antropomórfico (discutible), ¿qué
haremos?; ¿intentaremos justificar su aparición a posteriori?; si no hemos
controlado adecuadamente la formación ¿podremos
elaborar una hipótesis completa sobre la formación?; si con la información de
la que disponemos no podemos explicar estas "apariciones" ¿asignaremos
un origen paranormal? Bien, la ventaja es que así llegaremos a una conclusión
interesada a la parte, no en vano SEIP viene de Sociedad Española de
Investigaciones Paranormales, ya tenemos trabajo, libros, publicaciones,
programas de radio o televisión. Continuando con la crítica de la
‘investigación’, difícilmente se podrá hacer un diseño experimental si
no se aclara qué se espera estudiar, con lo que volvemos al inicio de este
texto. Lógicamente dicho diseño aclarará cuál es el objetivo de la
‘investigación’.
Básicamente
da la sensación, de nuevo, de que lo que se pretende es hacer un registro de,
entre todas la ‘manchas’, cuáles son de carácter antropomórfico, este
registro carece de valor si no se acompaña de un registro del resto ya que es
necesario hacer un seguimiento estadístico. Otro problema del diseño de la
experiencia y que ya hemos apuntado en un par de ocasiones: ¿qué se considera
forma antropomórfica? No sirve el criterio: ‘ahí se puede apreciar’, ‘yo
si lo veo, hay que fijarse’. Habrá que definir claramente este concepto
puesto que el resultado de una investigación no puede quedar al arbitrio del
investigador, sobre todo si este puede estar interesado en obtener un tipo de
resultado. Y si acabamos con situaciones como que sin comerlo ni beberlo
acabemos con libros como ‘Tumbas sin nombre’
(http://www.luismarianofernandez.com/PAGINAS/sinopsis.html), en el que
directamente le buscan una vida, un pasado y una explicación a unas caras; eso
sí, como se dice en la reseña del libro: ‘En un experimento pionero
coordinado por José Manuel G. Bautista y Rafael Cabello, utilizando avanzados
programas informáticos policiales y con el asesoramiento de Salvador Ortega
Mallén, fundador de la Policía Científica Española, se han obtenido pruebas
sorprendentes’. A ver si algún día tengo tiempo y hago un ‘experimento
pionero’ (bueno, ya sería el segundo) y aplico avanzados programas informáticos
policiales a unas pelusillas que sospechosamente aparecen debajo de mi cama y
que yo juraría que se parecen a Rajoy.
Pues
ahora resulta que el SEIP está obteniendo los primeros resultados y, por
supuesto, van en la línea que apuntaba anteriormente, podemos encontrarlos en
Internet: http://seip.crackdown.biz/breves61.htm. Aquí aparecen
fotografías, comparaciones, hipótesis, metodología (que surge de pronto cual
cara), hipótesis (que uno ya se olía), etc. Vamos a comentar el tema, no sin
antes pararme en una frase que me parece antológica: ‘Desde el punto de vista
de la parapsicología, los fenómenos paranormales tienen una lógica psíquica
y estarían potenciados por el efecto mental de los individuos’, a mí es que
esta literatura me emociona. En primer lugar, las fotos en las que se comparan
caras en formación y rostros más formados: aparte de la coloración de las
fotografías, ¿hay alguna diferencia sustancial? No es que esta cuestión sea
fundamental, no es ningún misterio que unas manchas de humedad evolucionen,
pero ya dice mucho del tema si esto se presenta como un ¡hallazgo! En segundo
lugar, nos dicen que el estudio se centrará en tres variables, parece justo,
estos son: el suelo de la casa, la humedad y (como ‘no se concibe algo
trascendental que pudiese causar un fenómeno paranormal sin la acción de la
mente’, otra gran frase sin significado y que sitúa fuera de la realidad
demostrable aquello que se pone como objeto de estudio) el potencial psíquico
de la dueña de la casa. Claro María falleció y, parece ser que han aparecido
nuevas caras, la última variable resulta difícil de comprobar (si es que fue
posible en alguna ocasión), no hay problema, otra hipótesis: al enfermar de
manera irreversible el estado alterado de conciencia derivado de su enfermedad
pudo detonar la aparición de las mismas. La consecuencia es que las nuevas hipótesis
sirven como demostración de la veracidad de la anterior hipótesis. Es decir se
están construyendo castillos en el aire usando como material de construcción
aire. En cuanto a las referencias a los ‘laboratorios’ (como si eso fuera
sinónimo de rigor y credibilidad), muestras, ¿envases aislantes?, y demás no
tienen ningún sentido ya que no se define nada de ellos: Ni se explica qué se
analiza, ni el método ni el objetivo, y lo que se insinúa lo es sin claridad
alguna. En fin que seguimos con la misma situación mucho hablar por hablar, sin
nada concreto y, por supuesto, sin fundamento.
Vemos,
en definitiva, un amago de investigación sin objetivos, con unas conclusiones
ya preestablecidas y que en ningún momento son puestas a prueba, de hecho
cualquier acontecimiento es usado para confirmarlas. A mí si
me dicen que la verdadera explicación es que hay muchas familias que comen de
estos inventos y que su sustento depende de ellos, casi estaría tentado a
callarme pero lo que no me gusta es que encima utilicen estos argumentos tan
zafios y vacíos de contenido para ganarse el sustento: es
preferible ser un novelista que un investigador incompetente, ¿o no?>>
Fernando
L. Frías Sánchez, en la misma línea crítica del anterior expositor, enuncia:
“lo que pocos recuerdan, o al menos pocos han querido recordar estos días,
es lo poco que duró el misterio. Casi a los seis meses exactos de la aparición
de la primera Cara el diario ‘Pueblo’ publicaba los resultados de un análisis
según el cual aquellos rostros habían sido pintados con nitrato y cloruro de
plata. El truco, muy ingenioso, consistía en que estas sustancias reaccionan a
la luz, de modo que los retratos no eran visibles hasta algún tiempo después
de haber sido pintados, y se aparecían poco a poco ante los ojos, sin que
aparentemente hubiese intervenido ninguna mano humana en el proceso.
Como
suele ocurrir en estos casos, la explicación fue rechazada. Había muchos
intereses en juego, y en especial los de los investigadores de lo paranormal: un
misterio que deja de serlo pierde su atractivo para el público y, claro, deja
de ser una mercancía con la que puedan seguir trapicheando quienes se dedican
precisamente a vender sucesos inexplicables. De modo que no tardaron en pasar al
contraataque. Por ejemplo, mediante el ‘contraanálisis’ químico realizado
a las Caras. Realizado en los laboratorios del CSIC, el famoso análisis indica
que las muestras analizadas corresponden a hormigón corriente y moliente, sin
rastro de pigmentos o de sales de plata, hecho que por supuesto resaltan a voz
en grito los ‘misteriólogos’. Se cuidan muy bien de callar, eso sí, que en
el propio análisis el CSIC advierte que el laboratorio ignora por completo cuál
fue el proceso de toma de muestras y si se realizó con algún tipo de control.
La validez de un análisis depende fundamentalmente, en efecto, de que las
muestras analizadas se hayan obtenido de una forma controlada, única garantía
de que proceden del objeto que se pretende analizar, pero en este caso, como
suele ocurrir en el mundillo de lo paranormal, los controles brillan por su
ausencia, y las muestras fueron recogidas de una forma tan chapucera que el CSIC
incluso llama la atención sobre el recipiente en el que le fueron entregadas:
un sobrecito de azúcar procedente de alguna cafetería. Más serio resulta, en
cambio, lo del protocolo notarial. Ansiosos de demostrar la procedencia
sobrenatural de las Caras, los ‘investigadores’ encargaron a un Notario que
diera fe de que nadie podía pintarlas. Para ello, el Notario levantó acta del
estado de la cocina, procedió a precintarla y, unos días después, rompió los
precintos, dando fe de que en efecto los dibujos habían variado.
Lamentablemente, tampoco parece una prueba demasiado consistente. Entre otras
cosas, porque el método de las sales de plata se caracteriza precisamente
porque es posible realizar dibujos que se hacen visibles de forma gradual,
experimentando incluso variaciones en su disposición sin que nadie,
aparentemente, haya podido realizarlas. Es decir: justo de lo que da fe el
Notario. Notario que, por otra parte, en diversas entrevistas se ha manifestado
como un fervoroso creyente no sólo en el carácter sobrenatural de las Caras,
sino en muchos otros fenómenos de índole esotérica o paranormal. Lo cual no
le invalida como Notario, por supuesto, ni supone que actuase de mala fe o
violando las obligaciones de su función de fedatario público, pero sí que
permite suponer que, quizá inconscientemente, no adoptase las precauciones que
hubiese tomado alguien más escéptico y, por tanto, más proclive a pensar en
la probabilidad de fraude. Buena muestra de ello son las fotografías de los
precintos que empleó: aunque son correctos, no parecen muy difíciles de
manipular por alguien con un mínimo de habilidad. Que, por supuesto, no tenían
doña María o su marido. Y es que, por supuesto, también salió a relucir otro
de los típicos ‘argumentos’ con los que los partidarios del misterio
intentan desechar la posibilidad de un fraude. Cada vez que alguien duda de un
avistamiento ovni, una aparición fantasmal o cualquier otro fenómeno
paranormal, los ‘misteriólogos’ se dedican a poner verdes a los testigos,
haciendo notar que son personas de escasa instrucción, nula imaginación y, en
fin, incapaces de urdir una historia falsa o un fraude, no ya por su innata
honradez, sino porque los pobres no dan tanto de sí. En este caso abundan los
comentarios de este estilo, que tildan a María Gómez de mujer semianalfabeta,
sin educación, simple... sin suficientes luces para montar un engaño, vaya. Y,
especialmente, sin los conocimientos necesarios para inventar el truquito de las
sales de plata. Y esto último es probablemente cierto, pero de nuevo resulta un
argumento cuanto menos flojo, si tenemos en cuenta que doña María no era la única
persona relacionada con las Caras. No debemos olvidar al fotógrafo del pueblo,
aquel que vendía fotos a los turistas y que, evidentemente, sí que estaría
familiarizado con las propiedades de las sales de plata. Resulta imposible, por
supuesto, señalarle como directo responsable de la aparición de las Caras,
pero la coincidencia resulta cuanto menos significativa, si tenemos en cuenta
que tras su muerte el fenómeno sufrió una importante transformación estética.
Y es que la comparación entre las Caras de los años setenta y las de los años
ochenta y posteriores no deja lugar a dudas: la mano que las pintaba cambió.
Aunque teniendo en cuenta que los ‘misteriólogos’ insisten en que el fenómeno
no es obra de ninguna mano humana, quizá habría que decir que el ente
sobrenatural, ectoplásmico y paranormal que las pintaba cambió.
Porque
el cambio de estilo de las Caras es notable. Los primeros rostros mostraban una
factura más que aceptable, con una gran expresividad y una técnica que, si
bien no perfecta, era al menos bastante buena. Los que surgieron más tarde, en
cambio, son mucho más simples, más infantiles.
Probablemente
este hecho contribuyó a que la popularidad de las Caras de Bélmez fuera
decayendo. No fue el único, claro: la novedad del “misterio” había pasado,
y ni siquiera las sensacionales apariciones de rostros conocidos (como los de
Franco o Isabel Preysler) pudieron reavivar el interés de un público que
sencillamente se estaba aburriendo con aquello. Y tampoco contribuían mucho las
‘investigaciones’ de los vendedores de misterios: las grabaciones de
psicofonías, las sesiones de contacto con los espíritus y demás parafernalia
sólo sirvieron para sacar a la luz teorías cada vez más descabelladas, como
la que vinculaba las Caras con el cementerio sobre el que dicen que se edificó
la casa, o la que asegura que son los rostros de la madre y las hermanas de María
Gómez, o la que las relaciona, en fin, con los muertos en el combate del
Santuario de la Cabeza, en la Guerra Civil”.
Con
cierta gracia Rafael G. Rivera, invierte la carga de la prueba al establecer: “¿Fenómenos
espiritistas? ¿Fenómenos paranormales? ¿Fraude? Quizás algún día los
investigadores consigan exponer con claridad la razón de éstos fenómenos.
Pero mientras no se demuestre lo contrario, debemos contemplar y admitir la
posibilidad de que las caras de Bélmez sean una respuesta contundente llegada
desde más allá de la frontera de la muerte, un testimonio de la existencia de
los espíritus”.
El
negocio editorial
Más
arriba, Juan Anguita criticó el libro “Tumbas sin nombre”. De cualquier
manera, ampliamos con el “informe-publicidad” de
www.elmundo.es , sección
“elmundolibro.com”. Refieren que “los periodistas Iker Jiménez y Luis
Mariano Fernández recogen en el libro 'Tumbas sin nombre' el fruto de una
amplia investigación, de más de dos meses, que intenta dar una
explicación a este controvertido misterio (...)Los periodistas se trasladaron
al pueblo jiennense dispuestos a interrogar a Gómez Cámara y a Isabel
Chamorro, sobrina de María y única superviviente de una matanza producida
durante la Guerra Civil en la que perdió a toda su familia. Para los autores las piezas del
rompecabezas empezaron a encajar cuando comprobaron que la familia de Isabel tenía
mucho que ver con la aparición de las caras. ¿Sería esa la solución a un
enigma que lleva sin resolver más de 30 años? (...)’La investigación que
dio lugar a este extenso reportaje’, como prefieren llamarlo los autores,
‘fue muy dura porque nos llevó dos meses y medio (...)’”
Según
se promociona en el sitio web del nombredo libro es “la obra que desvela uno de los grandes misterios de todos los tiempos (...)“Y si el
secreto de estas caras se escondiese en lo más profundo de la Guerra Civil?
(...)’Tumbas sin Nombre’ no es solo un libro. Es una aventura a pecho
descubierto y sin red siguiendo una de las noticias más sorprendentes de los últimos
tiempos. Una conexión apasionante entre las Caras de Bélmez y una de las páginas
oscuras de la Guerra Civil Española. ¿Hemos descubierto quienes son las caras?
Y si es así ¿ Qué pretenden?”
Comenta
Iker Jiménez que “hay un mensaje que ha aguardado todo este tiempo en un
cementerio olvidado. ¿ Pueden decirnos algo los muertos? Que cada uno opine. A
mí esto me ha cambiado la vida”. El otro autor, Luis M.Fernández, sintió
“una conexión terrible y real. Hemos pasado de la emoción al miedo más
de una vez. Es sin duda la investigación más terrorífica que jamás he
vivido”.
Es interesante destacar cómo la utilización de un determinado discurso puede ensalzar una investigación. El redactor de “mundos.es” clama que el trabajo es “fruto de una amplia investigación, de más de dos meses”. Realmente no es mucho tiempo para una investigación libresca. Luego, los mismos autores, son los encargados de ubicar el trabajo en la realidad que merece al decir “la investigación que dio lugar a este extenso reportaje”. ¡Sería un extenso reportaje investigativo!
Recomendaciones
Ya
que el noticiario incorporó una sección de “fanta-ciencia”, les proponemos
algunos asuntos a investigar:
-
Futurología en Gran Pirámide de Keops.
-
Construcción de la Gran Pirámide de Keops.
-
Energía en las formas piramidales.
-
Maldición de Tutankamon.
-
Doblado de cucharas y detenimiento de relojes.
-
Biorritmo.
-
Tercer Ojo y Lobsang Rampa
-
“Piedras-hongo” mayas.
-
“Cosmonauta maya” de Palenque.
-
Sudario de Turín.
-
Aura y efecto Kirlian.
-
Pirámide de Falicon.
-
Desapariciones en el Triángulo de las Bermudas.
-
Curanderos filipinos.
-
Operaciones psíquicas.
-
Gigante de Cardiff.
-
Vida después de la muerte.