El diputado nacional José María Díaz Bancalari consideró que quienes lo agredieron el martes pasado, cuando se retiraba de la Casa Rosada luego del discurso de la Presidenta sobre las Islas Malvinas, “fueron mandados, no son ex combatientes”, y “buscaban empañar un acto con la presencia de todos los sectores” que acompañaron el anuncio de Cristina Fernández.
Las personas que agredieron a Bancalari se identificaron como ex combatientes fueron dejados afuera del acto en la Casa Rosada, pese a que habían sido convocados. Le reprocharon al diputado el ser “utilizados para los discursos” y le recriminaron que ya anunciaron la construcción de un hospital de salud mental para ex combatientes en Quilmes, pero terminó abandonado por parte del Estado. "Yo tengo 323 muertos encima mientras vos estabas acá haciendo plata", fue uno de los reproches al diputado, entre insultos y golpes.
"Gracias a Dios no tuvo mayores consecuencias”, señaló el legislador y recordó que “soy paciente coronario, tengo ocho stent (dispositivos que se introducen en las arterias) y podía haberme provocado un daño mayor, pero estoy perfectamente bien”.
En declaraciones a radio Continental, Díaz Bancalari, rechazó que se haya tratado de veteranos de Malvinas porque "yo he estado en contacto con ellos” y “acompañé todo lo que se hizo para ir mejorando la situación de los ex combatientes".
Consideró que se trató de un grupo “mandado” y sostuvo que el propósito de la agresión fue “provocar que la atención de la sociedad se desviara de un acto en el que estuvieron todos".
Puntualizó que los agresores, casi todos ellos de generaciones posteriores a la que combatió en las islas Malvinas, fueron grabados por los medios televisivos que estaban en el lugar, por lo que consideró que “no es muy difícil identificarlos”.
Equipo de Política de Tribuna de Periodistas