Este jueves, el diario británico The Economist, anunció que no se seguirá guiando más por los números estadísticos suministrados por el Indec, ya que los considera “mentirosos”.
El artículo del matutino económico conservador se titula “Don´t lie to me Argentina” (“No me mientas, Argentina”), ilustrado con una imagen caricaturesca de un gaucho con una larga nariz roja.
“Desde el 2007 el Gobierno de Argentina publica cifras de inflación que casi nadie cree, economistas independientes, oficinas provinciales de estadística y encuestas de expectativas de inflación publicaron números que duplican los publicados por el Indec”, indica el texto.
“Lo que parece haber comenzado como un deseo de evitar malos titulares en un país con una historia de hiperinflación desembocó en la degradación del Indec, que alguna vez fue uno de los mejores institutos de estadística de América Latina”, agrega el diario.
“En un abuso extraordinario de poder para un gobierno democrático, los economistas independientes se han visto obligados a dejar de publicar sus propias estimaciones de la inflación por las multas y las amenazas de enjuiciamiento”, afirma haciendo una dura crítica al gobierno kirchnerista.
The Economist luego explica por qué dejará de basarse en la información suministrada por el Indec: “A partir de esta semana, hemos decidido abandonar las cifras del Indec por completo. Estamos cansados de ser parque sin quererlo de lo que parece ser un intento deliberado de engañar a los votantes y estafar a los inversores. Para los precios al consumidor de Argentina vamos a utilizar los datos de PriceStats, especialista en proveer índices de inflación para 19 países que son publicados por State Street, un banco de inversión, dice que el índice anual de inflación es del 24% y que la inflación acumulada desde principios del 2007 es del 137%. El Indec dice que la inflación anual es sólo del 9.7% y de un 44% en ese período.”
En el último párrafo, concluye: “Esperamos que pronto podamos volver a un índice de precios oficial. Para ello sería necesario que el Indec sea manejado por los estadistas independientes que trabajen sin obstáculos. Hasta entonces, los lectores estarán mejor informados por una cifra no oficial creíble que por una oficial falsa”.