Aunque en la actualidad el kirchnerismo se muestra híper crítico respecto a la situación de YPF —y de los combustibles en general—, con amagues de estatización incluídos, hace menos de dos años, el ministro de Planificación Julio De Vido se mostraba totalmente optimista respecto al futuro de esa misma compañía.
En esos días, el otrora poderoso funcionario festejaba públicamente el descubrimiento de un yacimiento de gas en Neuquén por parte de la misma empresa que hoy denosta. “Es el mayor de la historia. Se puede esperar que en cuatro o cinco años el país tenga reservas para 80 o 90 años”, aseguró De Vido el 8 de diciembre de 2010, en el marco de una entrevista que le realizara el diario oficialista Página/12.
Si el optimismo no hubiera sido lo suficientemente elocuente, el ministro fue más allá al afirmar que “en pocos meses el país dejará de importar fuel oil para las usinas de electricidad y lo reemplazará por gas. Así le ahorraremos al país 500 millones de dólares anuales”.
De más está decir que el vaticinio jamás se cumplió y la Argentina se encamina a desembolsar cerca de 10 mil millones de dólares para importar combustible, solo durante el primer semestre de 2012.
A continuación, la entrevista completa:
–¿De qué envergadura es el yacimiento gasífero que se descubrió?
–Lo primero y lo más importante es que es la primera vez en 12 años que se realiza un nuevo descubrimiento de relevancia. Ya antes de este anuncio YPF había recuperado las reservas utilizadas este año de gas y petróleo. Todo lo que utilizamos los argentinos en este año, y lo que exportamos de hidrocarburos, lo recuperamos con otras exploraciones más pequeñas. Con este descubrimiento, YPF suma diez años de reservas, sólo en los cuatro pozos ya comprobados. Esto es lo que se informó a la Bolsa de Comercio y ya son reservas puras.
–¿Cuáles son las expectativas para el resto del yacimiento?
–Así como pasó en Brasil con el petróleo, en Argentina va a haber anuncios una o dos veces por año, una vez que estén comprobados los próximos pozos. Esto es sólo el principio. No quiero hacer futurismo, pero se puede esperar que en pocos años, cuatro o cinco, el país tenga reservas de gas para 80 o 90 años. Es el mayor descubrimiento gasífero de la historia.
–¿Este nuevo gas se utilizará para la generación eléctrica y para la industria?
–Exacto. Para la industria y la generación eléctrica. Y está claro que no cambia ni el precio de la energía eléctrica ni el precio del gas al mercado. El precio para los usuarios va a ser el mismo que hasta hoy. Lo que va a mejorar es la posición del fisco, porque el Estado ahora puede mantener los precios disminuyendo el monto de los subsidios.
–Hay especialistas que están señalando que se encontraron nuevos recursos, pero que el Gobierno exagera al hablar con tanta precisión sobre nuevas reservas.
–Al contrario, el ingeniero Eskenazi habló claramente respecto del “tight gas”, que son reservas comprobadas, y el “shale gas”, que son recursos que hay que cubicar. Y ahí no podemos decir con precisión cuánto será. La expectativa es muy importante, como ya comenté. Y lo importante es el hallazgo y la adopción de esta tecnología por parte de la empresa. Nosotros, desde el Estado, le hemos dado una banda de precios para que pueda realizar sus negocios. Prueba de ello es el contrato que han firmado con la empresa Vale Río Doce para la provisión de dos millones de metros cúbicos diarios de gas, que es muchísimo para la Argentina. Es decir, el Estado está estimulando un negocio que va a mejorar la competitividad de la economía.
–¿Por qué pasaron tantos años sin que se encontraran hidrocarburos en un país que cuenta con semejantes recursos?
–Hace 12 años que venían cayendo las reservas. Y no solamente las reservas, porque uno podría decir, bueno, las reservas no crecían, porque YPF no invierte o invierte mal. O porque no tiene suerte. No, acá ha habido un cambio en el poder decisorio de inversión; se llegó a 1500 millones de dólares de inversión, la adopción de una tecnología de vanguardia en el mundo, que es el “shale gas” y el “tight gas” y paralelamente siempre está la suerte. Porque además ellos encontraron gas asociado a petróleo. Cosa que en los yacimientos americanos de este tipo no se da. Y un petróleo, lo dijo Eskenazi en la charla de hoy, muy liviano y de altísima calidad.
–¿Cuánto más caro es que el gas tradicional?
–A YPF le va a costar bastante más extraer este gas que el convencional. Pero con la banda de 4 a 7 dólares que acordamos para su comercialización pueden ganar dinero y reinvertir. Y para el país es un excelente negocio. Pensemos que el precio del gas en la región lo marca Bolivia, que es el único con capacidad para exportar hasta ahora. El precio del gas de Bolivia es de 7 dólares. Así que aun en el caso del techo de la banda no supera al gas boliviano. Y con la ventaja de que lo tenemos acá, que no hay que traerlo, que no se gastan divisas y que no dependemos de nadie. Además, claramente es más barato que el gas natural licuado que importamos, que cuesta 11 dólares. Y, un dato muy importante, en Europa y Estados Unidos cuesta más de 12 dólares. Es decir que nuestras empresas tienen asegurado un insumo fundamental a un precio muy competitivo a nivel internacional.
–¿Se va a seguir importando gas de Bolivia?
–Sí, Argentina va a seguir siendo demandante de gas por mucho tiempo y, además, para Argentina es estratégico y también para Bolivia, porque quedan comprometidos sus acuerdos para desarrollar el sector industrial de acero en Bolivia. Estamos avanzando en muchos temas.
–Una crítica que suelen hacer ex secretarios del área es que la matriz energética depende demasiado del gas. ¿Luego de este descubrimiento se va a seguir trabajando en la diversificación?
–La verdad que la lógica de ellos es la lógica de la infelicidad, como decía hoy la Presidenta. Siempre están disconformes. La Argentina tiene mucho gas en la región hoy, pero de ninguna manera significa que este Gobierno no ha hecho un esfuerzo enorme para diversificar la matriz. Prueba de ello es la terminación de Atucha II el año próximo, Embalse, la energía eólica, el biodiesel. Y seguiremos trabajando.
–¿Argentina puede convertirse en un país exportador de gas?
–Si quisiera, podría. Es una decisión política. Yo pienso que conviene industrializar, generar energía y generar industrias. No es lógico que una economía emergente como la argentina sea exportadora de energía. En Brasil, exportar energía es casi un delito. La cantidad de organismos reguladores por los que hay que pasar y justificar exportación de 500 y 600 Mw es impresionante y creo que no están equivocados. Nosotros no vamos a cambiar la cuestión regulatoria pero el desarrollo necesita la energía en su territorio, para darle más valor.
–¿Piensa que el ingreso de capitales argentinos a YPF fue importante para una mayor inversión en exploración?
–Creo que es muy importante; hay un conocimiento mucho más acabado de la economía del país y se articuló la sinergia entre capital argentino y capital español; así se logró la excelencia de la empresa, como dijo la Presidenta. También es importante resaltar que Antonio Brufau, de Repsol, a partir de 2005 toma una visión de apertura, de entender los procesos de la Argentina y por supuesto él fue el que tomó la decisión de incorporar el capital nacional.