La suerte de Amado Boudou ha comenzado a cambiar en los últimos días en torno al escándalo de la ex Ciccone Calcográfica. Si bien en un principio logró apartar al juez Daniel Rafecas, el fiscal Carlos Rívolo y hasta al procurador Esteban Righi, entre ayer y hoy el vice sufrió dos fuertes reveses.
El primero de ellos se dio ayer miércoles cuando el fiscal federal Jorge Di Lello pidió que la Casa de la Moneda informe detalles sobre el acuerdo que alcanzó con la imprenta ex Ciccone Calcográfica para la provisión de billetes. A través de esa medida, el funcionario judicial intenta saber en qué cuentas bancarias se depositó el dinero en cuestión, cuánto se giró y en qué fecha.
A ello, este jueves se sumó la decisión de Lijo de rechazar las nulidades planteadas por los defensores de los "socios" de Boudou, José María Núñez Carmona y Alejandro Vandenbrolele.
Los defensores de los acusados habían cuestionado las medidas adoptadas por el entonces fiscal del caso, Carlos Rívolo, la declaración testimonial de la ex mujer de Vanderbroele, Laura Muñoz, y el allanamiento hecho en su propiedad.
Respecto a este punto, el fallo del juez reza: "Laura Muñoz no registra, al menos de las constancias de la causa no se desprende ello, alguna relación familiar con las restantes personas que mencionó en su declaración".
"Y tampoco posee un vínculo actual con Vandenbroele, ya que afirmó que se encuentran separados de hecho y con trámites vinculados con un régimen de alimentos y visitas respecto a su hijo; su relación es conflictiva. Y precisamente esta última información la manifestó luego de que el fiscal le informó sobre las generales de la ley", agrega la conclusión del juez.
Mientras esto ocurre, corren en Casa de Gobierno insistentes rumores de que Cristina Kirchner le habría soltado la mano a su otrora amado Boudou.
Mónica Filippi