Este lunes, la presidenta Cristina Kirchner encabezó un acto en el Mercado Central de Buenos Aires, donde además de mostrarse junto al gobernador Daniel Scioli —a quien le entregó 20 millones de pesos en concepto de subsidios— se estrenó el nuevo contillón kirchnerista.
Según contó en exclusiva el periodista Diego Schurman, fue allí mismo, en plena tierra de Guillermo Moreno, donde “Clarín Miente” —el grito de guerra oficial— comenzó a verse en sus diversas formas: bandera, panfletos y remeras. De hecho, la propia Cristina se probó una de las prendas mientras sonreía para las fotos.
Pero había más. Ya que el funcionario ultrakirchnerista presentó un nuevo lema para la batalla mediática. “A partir de hoy doblamos la apuesta. Del ‘Clarín miente’ pasamos al ‘Clarín siempre miente’”, dijo exultante el todopoderoso Secretario de Comercio Interior. Fue cuando comenzó el reparto de unos llaveros —de muy buena calidad y diseño, por cierto— con el mensaje prometido, aunque un agregado: el logo de Clarín, pero con el instrumento insertado en la parte trasera del conocido hombrecito rojo.
De esa manera, la Casa Rosada hacía la presentación formal de la nueva y poco refinada edición de su merchandising anticlarín, al que se le suman globos, alfajores, botellas, gorras, barriletes y hasta un zepelín.
Hay que recordar que el punto más álgido de la polémica por este tipo de productos se dio en mayo pasado, cuando circuló por las redes sociales la foto de cuatro niños angoleños descalzos, sosteniendo en sus manos pares de medias con la inscripción “Clarín miente”, en el marco del viaje de la Presidenta a Angola.
Equipo de Actualidad de Tribuna de Periodistas