No es ninguna novedad que lo más parecido al gobierno kirchnerista es el gobierno de Hugo Chávez… y viceversa.
Más allá de que sean “socios estratégicos”, tienen en común muchísimas cosas: la prepotencia, el autoritarismo, la demagogia, la intolerancia, la elocuente aspiración a convertir un sistema republicano federal en totalitarismo; pero, sobre todo, la corrupción y la aspiración a mantenerse in eternum en el poder, al mejor estilo castrista.
Podríamos seguir describiendo muchos aspectos más que los hermana, como los más palpables que son las expropiaciones, el cepo al dólar y que ambos países, producto de la aplicación de una economía totalmente errada, lideran los índices inflacionarios mundiales y son de los pocos que no crecen, especialmente en Latinoamérica.
En definitiva, todo eso deviene, y conlleva, a aspirar al poder absoluto, por lo cual ambos gobiernos están inmersos en un círculo vicioso.
No debemos dejar de lado el enfrentamiento con la prensa no oficialista, la cooptación de medios de comunicación, la permanente propaganda política televisiva, Chávez, a través del canal que él mismo creó, Telesur; y Cristina a través de Canal 7, y lo más patético, el “Aló Presidente” de Chávez y las insoportables y maratónicas “cadenas nacionales” de nuestra Presidente.
Incluso, ambos fueron más allá de lo que haría cualquier persona medianamente normal.
Chávez apeló a un cáncer —que vaya uno a saber si realmente lo padece, o padeció— para dar lástima, y nuestra mandataria todavía sigue sacando réditos con el luto por la muerte de “Ël”. Hasta en esas miserias son iguales.
Otro dato no menor entre las similitudes de ambos países, es la creciente ola de delincuencia y no solo la negativa por parte del gobierno por solucionarlo, sino que además, en ninguno de los dos países lo reconocen.
En referencia a este tema, publicamos un artículo con fecha 31 de julio contando el por qué de la inseguridad, tanto en Venezuela como en la Argentina, demostrando que es parte de un plan perfectamente perpetrado.
Pero falta la frutilla del postre. Falta el final de la película. Y en este punto, invito al lector a que reflexione sobre lo siguiente: ¿Usted cree que, tanto Cristina como Chávez van a dejar el poder por el solo hecho de perder una elección?
El portal de noticias Infobae publicó declaraciones de Hugo Chávez que, como todos sabemos, se encuentra en campaña de cara a las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre, y dijo lo siguiente: “La burguesía (oposición) eliminará las misiones de atención de la salud, la educación y alimentación que tiene el gobierno para los sectores pobres. Esto llevaría a una guerra civil, porque ¿quién puede pensar que el pueblo se quedaría con los brazos cruzados si le quitan los derechos adquiridos? El pueblo no se quedaría de brazos cruzados. Comenzarían las persecuciones contra el pueblo, comenzaría la represión, como en el pasado.”
Además, dijo que un eventual triunfo de la oposición “cerraría las puertas para el desarrollo” del país. Y argumentó que el logro más importante de su gobierno de casi 14 años fue consolidar la independencia nacional, que “es la puerta hacia el desarrollo”.
Y agregó: “Nosotros no vamos a permitir que se cierren de nuevo las puertas del futuro, de la justicia, de la patria. Estoy completamente seguro de que vamos a ganar, ya eso no se discute, eso está escrito con letras de oro. Va a ganar el pueblo, va a ganar Chávez, la revolución. Se trata de responder la pregunta de por cuánta diferencia va a ganar Chávez el 7 de octubre”.
Como podemos apreciar, el discurso chavista es un calco del discurso kirchnerista, no hay prácticamente diferencias entre las estupideces que dicen unos y otros.
Pero lo temerario de esto, no es lo incoherente del discurso en sí, sino que están advirtiendo que si no gana ellos habrá una guerra civil. Son ellos o nada, es así de simple.
Por eso, relacione el artículo antes mencionado, relacione lo que están haciendo La Cámpora, el Vatayón Militante, analice lo que dicen Hebe de Bonafini o Luis D`Elía cuando abren la boca, y saque sus propias conclusiones.
Pablo Dócimo
Twitter: @pablo_docimo