Según Wikipedia, la metáfora consiste en la identificación entre dos términos, de tal manera que para referirse a uno de ellos se nombra al otro.

En mi muy personal acepción, tomo la palabra metáfora y la divido en dos: meta y fora y le doy un particular sentido, si es meta, sería la acción de meter y fora afuera, es decir que se contraponen, se mete o se saca, por supuesto que no debe dársele ningún crédito a este jocoso uso, pero quise darle una dirección al título del artículo.

También recurriendo al diccionario “puebleril” Wikipedia, paradoja en su expresión emblemática gubernamental, que sería la paradoja del mentiroso, es en realidad un conjunto de paradojas relacionadas.

El ejemplo más simple de la misma surge al considerar la oración: «Esta oración es falsa». Dado el principio del tercero excluido, dicha oración debe ser verdadera o falsa. Si suponemos que es verdadera, entonces todo lo que la oración afirma es el caso. Pero la oración afirma que ella misma es falsa, y eso contradice nuestra suposición original de que es verdadera. Supongamos, pues, que la oración es falsa. Luego, lo que afirma debe ser falso. Pero esto significa que es falso que ella misma sea falsa, lo cual vuelve a contradecir nuestra suposición anterior. De este modo, no es posible asignar un valor de verdad a la oración sin contradecirse.

A través de los siglos, el interés por resolver esta paradoja y sus variantes ha impulsado una enorme cantidad de trabajo en semántica, lógica y filosofía en general.

Tomando estas definiciones básicas, podemos dividir las formas o figuras de conjunción y aplicaciones que a diario recibimos desde el poder, que se manifiestan en forma coloquial y reciben también el nombre de recursos literarios, recursos estilísticos, recursos retóricos, figuras retóricas, figuras del discurso, recursos expresivos, etc.

Las figuras de dicción afectan primordialmente a la forma de las palabras, aunque en ocasiones inciden también sobre el significado. Se distinguen cuatro categorías: figuras de transformación, figuras de repetición, figuras de omisión y figuras de posición.

Las figuras de diálogo o figuras patéticas, son las propias del estilo directo, pues subrayan el carácter comunicativo del discurso. Se denominan también figuras patéticas pues pretenden incidir afectivamente en el destinatario.

Las figuras de diálogo son las siguientes: apóstrofe / invocación, exclamación, interrogación retórica, optación y deprecación.

Todo lo anterior, lo recibimos permanentemente en el relato que nos quieren incorporar en lavados de cerebro, adoctrinadomientos, que ahora se inculcan desde temprana edad, según las conveniencias a utilizar, para asegurar la permanencia de nuestros representantes que supimos conseguir y que son irremplazables, según su criterio omnipotente. Algunos ejemplos de las paradojas y metáforas recibidas:

Que se demonice a la clase media, que se le endilgue su condición de bien vestidos, cuando si como se titulan lo fueran, es decir progresistas, la política a implementar sería la de que la clase baja, pudiera “progresar” y alcanzar ese estado de bienestar, claro habría que aclarar en este cúmulo de paradojas, progreso de dirigentes y funcionarios del gobierno, pero esto no forma parte del relato.

Otra de sus actitudes, la de etiquetar a los productores agrarios, como oligarcas desestabilizadores, a pesar de solventar la mayoría de sus planes de asistencialismo, que le permiten seguir comprando voluntades, con los impuestos devengados por el trabajo de la gente de campo.

La de estar declamando su lucha contra los monopolios y a pesar de haberse mantenido durante casi una década en el poder, han concentrado en empresas oligopólicas foráneas casi toda la actividad industrial y extractiva minera, aún con los perjuicios devenidos de la explotación de oro a cielo abierta, calcando el discurso chavista, de insultar al País del Norte, mientras le entrega la riqueza petrolera, en canje por papeles pintados de verde, producidos en “Ciccones” americanas.

La de pedirle a las personas habitantes de ciudades inseguras, asumida la misma, bien, por algo se empieza, ya reconocemos su existencia, que se ocupe de controlar a la policía y denuncie los casos de corrupción, como si no debiera ser el ejecutivo quien se encargue de controlar a quien debería, ser nuestro resguardo y garantía del cumplimiento de las leyes.

Que el acusado y sobre el cual existen irrefutables pruebas de su trasgresión, tenga la posibilidad de sentarse al lado de la presidente y sus acusadores hayan tenido que renunciar, como un fiel exponente de la impunidad de que hoy gozan los funcionarios leales.

Que se diga que después del 7 de diciembre, se acaba la concentración mediática de los que a veces dicen lo que al gobierno no les gusta, cuando la centralización de medios está en manos del gobierno y sus seguidores.

Que se ignore a un gran número de personas que le han mostrado al gobierno, su pedido de cambio en acciones llevadas a cabo en detrimento de sus vidas y que olímpicamente se los agravie, titulándolos de golpistas y que son solo representantes de un reducido número de buscadores de pasajes a Miami.

Que se hable de democracia y libertad, cuando las manipulaciones indican todo lo contrario y se acuden a “mejorar la vida carcelaria” bailando el director penitenciario al compás de la música ejecutada por delincuentes a los que habría que darles educación y otro tipo de conocimientos que hicieran posible su reincorporación a la sociedad, no como batallones militantes, ya que como el nombre de Vatallón indica, serán fuerzas de choque, aunque se lo quiera disimular con retóricas sociales.

Que las fortunas de aquellos que dicen ser representantes socializadores, sean demasiados grandes, como para haberlas logrado en años de trabajo proletario, sobre todo amalgamada en un corto y último período.

Y por último, lo que nos compete a todos, el que la gran mayoría apruebe con su voto la continuidad de semejantes paradojas, lamento que el gran Tato Bores, haya partido antes de que esto suceda, por lo menos los domingos a la noche sería una fiesta, que nos harían pasar un momento de sana alegría, algo ya no muy fácil de lograr, cuando analizamos nuestra realidad.

                Walter A. Gazza
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