CHILE ENTERO QUEDÓ mudo cuando Violeta Parra se suicidó
un verano de 1967. Rolando Gabrielli
El canto se fue ese fatídico 5 de febrero de la mano del
viento y el humo, en la carpa de Violeta Parra. Yo recuerdo ese día, porque
sentí quebrarse las guitarras y rodar los cántaros de su voz y música.
Violeta nos dejó en silencio y hasta el vino lloró ese día.
Nos dejó tanto y se fue con nada. Así era Violeta,
sencilla, mujer de pueblo, alma genuina.
Recobró para Chile y América latina, el folclore
disperso, diseminado por los campos del sur y de la geografía. Recopiló
alrededor de tres mil canciones populares de Chile y logró el reconocimiento
del folclore como arte.
Fue artesana de la greda, cerámica, pintora y tejió sus
famosas arpilleras que la llevaron al Museo de Louvre.
Pero fue su canto la que la hizo popular en América
Latina. El mensaje de sus canciones y su voz inculta, eminentemente de pueblo,
su espíritu popular, lleno de alma, sentimiento, cautivantemente humano.
Gracias a la vida es un himno en América latina, el
profundo sello de Violeta Parra.
Volver a los 17, Maldigo del alto cielo, 21 son los
dolores, son tres de sus canciones más emblemáticas y que a menudo se
escuchan en las más diversas latitudes.
Violeta fue una artista sin institución, ni padrinos, un
producto genuino del pueblo, no para el consumismo, sino para la vida, la poesía,
el amor.
Su voz fue mucho más que el lamento desgarrado de Chile,
que la queja o contestación, la denuncia, el testimonio, la ausencia o la
presencia de su tiempo, y yo la siento que no ha partido.
Viola, Violeta, esta mañana
eres mi canto mudo
la aurora de mi viento lejano
la voz que siento tuya, señora del Sur.
Que nadie te borre en ausencia
tu amada presencia
Violeta de los mil amores
Huella que la huella deja
tu palabra nadie la aleja
es cántaro que cantas
y no terminas de cantar
cantora sin igual.
Viola, Violeta hasta la muerte
canta tu canto,
hermana del dolor
guijarro, sueño, pasión.
Ay Viola Violeta, Violeta corazón
esta mañana eres mi canto mudo
la aurora de mi viento lejano,
Violeta de los mil amores.