Hoy entendí que los pueblos tienen lo que se merecen. Durante años nos han dicho que los culpables son los de afuera. Pero viendo estas últimas votaciones en Venezuela, y ante la evidente situación de ese país, termine de comprender que el problema no es Estados Unidos, ni Europa… el problema somos nosotros, los latinoamericanos.
Seguí los comentarios en Twitter y Facebook de las personas afines al gobierno K, lo que escribían era: “sigue la democracia”, “ganó la democracia”; y mi pregunta es: ¿La sociedad realmente sabe qué es la democracia? ¿Comprende el concepto de democracia?
Latinoamérica está confundiendo democracia con demagogia. Por supuesto que no incluyo a Brasil ni a Chile ni a Uruguay. Ellos entendieron que bajo gobiernos demagogos lo único que se obtiene es una sensación de democracia, que no es más que eso: una sensación.
La demagogia es el arte del engaño, la manipulación, el populismo barato, la falacia en estado puro. La víctima del demagogo cree vivir en un estado democrático.
La demagogia cae y deja de existir, cuando el pueblo “entiende” que le están mintiendo. Cuando realmente comprende que el demagogo no quiere su progreso, sino que el progreso que ostenta darle, no son más que migajas. En algún momento el pueblo comprende que las promesas, las migajas no alcanzan y por lo general para ese entonces ya es tarde.
Hoy Venezuela eligió, más del 50% decidió que vivía en estado de democracia… ¿Sera que los latinoamericanos nos conformamos con tan poco? ¿Por qué será que no llegamos a ver bien lo que son nuestros líderes? ¿Compramos tan fácilmente sus mentiras?
Algo parecido pasa con las religiones. Los que le besan el anillo de oro al papa, quizás no tengan para comer, pero no dudan de la bondad del pontífice.
En paralelo, nosotros tenemos una presidenta que ostenta riquezas por todos lados y hay un pueblo que la admira desde abajo de la mesa con la boca abierta, esperando que caiga alguna migaja de su plato.
Latinoamérica, salvo excepciones, vive una demagogia de manual. Acá algunos ítems para darnos cuenta de estas prácticas:
-Genera una fuerte división en la sociedad. Los que están en contra son los malos y nosotros los buenos.
-Le da al pueblo cosas innecesarias, satisface caprichos, en vez de utilizar fondos para generar menos pobreza les da lo que en Roma llamaban "circo". Futbol para Todos, etc.
-Le dice al pueblo que no hay nadie que los pueda gobernar como ellos. Por lo general ridiculizando a los partidos opositores. En campaña el demagogo le infunde miedo al votante, les dice que si votan al partido contrario pasaran las peores cosas.
- Utilizan la propaganda y el lavado de cabeza como principal arma.
-El demagogo no quiere el progreso del pueblo, el demagogo dice amar al pobre, pero hace lo imposible por mantenerlo en ese estado. Quiero aclarar que un plan social es ni más ni menos un pobre que no puede salir de esa situación.
-Al demagogo no le conviene un pueblo pensante, ni educado. Una sociedad pensante descubriría sus tretas, es por eso que los gobiernos demagogos están contra la clase media que por lo general esta mas instruida (por lo general).
El manual del demagogo dice que siempre va a gobernar para el pobre, no porque le interese sacarlo de la pobreza, sino porque sabe que el que menos tiene, el que más necesita es el que desgraciadamente le va a dar el voto a cambio de migajas. Si bien no es regla, en su mayoría, el pueblo pobre es el menos preparado, esto no es su culpa, esto es culpa de gobiernos demagogos. Esa ignorancia es el punto flaco por donde puede penetrar el demagogo.
Simón Bolívar decía que un pueblo ignorante es instrumento de su propia destrucción. Cuando se mantiene al pueblo en la ignorancia, la pobreza y excitándolo con sentimientos populistas, se logra el cometido del demagogo. Preguntémonos como está la educación en nuestro país tenemos una tasa de deserción altísima, y al gobierno parece no preocuparle. Es raro.
No es casual, que los gobiernos demagogos se den en su gran mayoría en países pobres o que han pasado por crisis profundas.
El pueblo parece ciego. No ve que hay cada vez mas villas, que los barrios pobres siguen siendo pobres, que esos barrios pobres han crecido a niveles preocupantes en estos últimos años, que los hospitales no tienen insumos, que los barrios siguen sin cloacas, sin agua corriente, que los transportes están igual que en los 90, que la inseguridad crece cada día más. Y acá me quiero detener y preguntar: ¿El ladrón roba por hobby o por necesidad? Si Venezuela y la Argentina están tan bien, ¿qué necesidad tienen las personas de salir a robar tanto? Solo quería dejar eso como pregunta. Si la Argentina salió de la crisis, ¿por qué sigo viendo gente “cartoneando”? ¿Por qué sigo viendo personas revolviendo la basura? ¿Por qué veo cada vez más gente pidiendo en el tren y en el colectivo? ¿Será que solo yo lo veo?
A los pueblos sometidos por demagogos les paso algo curioso, tienen el síndrome de la mujer golpeada. Ellas ven que sus esposos las golpean, las someten, pero viven en estado de negación de la realidad, esto es porque llevan con su conyugue una relación enfermiza que va mas allá de la razón. Los esposos golpeadores les lavan la cabeza a sus mujeres haciéndoles creer que no hay como ellos, que sin ellos no serán nada, ellos les dicen que pensar y qué hacer. Los pueblos bajo regímenes demagógicos viven en estado de negación de la realidad, esto es debido al lavado de cerebro al que los someten sus gobernantes, éstos también les dicen que pensar, que hacer y a quien odiar.
Aristóteles dice que la demagogia es la degradación de la democracia… y es por eso que es tan aceptada por el pueblo, si uno no tiene en claro el concepto de democracia, fácilmente es engañado.
Salvando algunos países de la región, Latinoamérica vive sus épocas más oscuras, la división social, la rivalidad, la ignorancia, el clientelismo, la pobreza disfrazada de bonanza.
Solo espero que el pueblo argentino despierte de su letargo antes del 2015 y elijamos a un gobierno que no subestime a los pobres y desprecie a la clase media, sino que realmente cree una sola clase social, y vuelva a unirnos.
Juan Manuel
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