Cuando hoy se habla de cepo cambiario, creo que, desde los que están a favor y los que no, lo hacen desde un lugar bastante superficial.
Muchos de los que apoyan este modelo lo hacen sin objetar las cosas malas que están a la vista; los que están del lado opuesto casi sin ver las buenas. Lo que creo que realmente debemos discutir en el caso puntual al que hago referencia, no es si se puede o no comprar dólares —o la moneda que uno quiera solo por el resguardo de sus ahorros—, esto no tiene nada de malo.
Es más, me parece totalmente ilógico pensar en ahorros con una moneda que se deprecia a una tasa del 20/25% anual. La otra alternativa sería preguntarle al periodista Víctor Hugo Morales cuál es su asesor económico y que nos diga cómo hacer, sinceramente sería fantástico y nos ahorraríamos muchos problemas y dolores de cabeza tratando de ver la mejor forma de resguardar los ahorros. Además, está claro que el juego de los que administran el país es descalificar las protestas, poniendo sobre todos los que salen a reclamar la queja de que “no se pueden comprar dólares” como si eso fuese un problema menor (que no lo es).
Lo que creo que realmente está en juego son nuestras libertades individuales que es mucho más importante que en cuál moneda se puede ahorrar. En estos últimos días, desde la AFIP el Gobierno ha endurecido los controles —no hace falta comentar que ya estaban bastante rígidos—, haciendo casi nula la posibilidad de comprar divisas.
En este sentido, a continuación pongo el siguiente ejemplo práctico para tomar conciencia de cómo hoy se ha coartado la libertad de las personas: ya sea por trabajo, salud o placer hoy usted toma la decisión de viajar a cualquier parte del mundo —podría ser tanto Paraguay como las Islas Fiji—; en primer lugar es incoherente tener que pedirle permiso al Estado si se puede o no comprar divisas; en segundo lugar y, una vez que este “permiso” se nos deniega, lo obligan automáticamente a la compra monedas extrajeras en el mercado informal. Para las leyes actuales esta es una operación ilegal y que el Estado combate pero que usted necesita hacer, sorteando los controles se hace de las divisas.
En definitiva si usted quiere viajar al extranjero no tiene más alternativa que infringir la ley, salvo que sea un afortunado que haya atesorado dólares con anticipación. Caso contrario, no puede, es decir, le están prohibiendo salir del país.
Los funcionarios pueden dar las explicaciones que quieran y argumentar lo que sea, pero esto está claro. Siempre se van a encontrar respuestas muy bien elaboradas y en apariencia con “un fundamento” que está por encima de los derechos del individuo.
Tengamos en cuenta también y más en este momento que se habla tanto de monopolios, que el más grande e importante de la argentina lo tiene el Estado, donde se incluye también la disponibilidad de los dólares; es decir, ustedes los mortales deben manejarse con el papel pintado llamado peso que nosotros, el Estado, cuidamos bien de los dólares.
Abramos los ojos y no nos dejemos mentir más.
Pablo Rodríguez
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