República, libertad y democracia, estos son los pilares que, como ciudadanos, más debemos defender. Sobre estos, podemos construir un país mejor; sin ellos, perteneceremos al grupo de países que están sometidos a la sumisión interna y externa, dejando a los individuos a expensas de su suerte y al humor de los monarcas de turno.
Realmente y, sin ánimo de desprestigiar a ningún país, la Argentina debería ver modelos más desarrollados, no me refiero a países como USA, que si bien es una nación con un gran desarrollo no es conveniente ver solo lo económico, no creo que sea el ideal de país.
Hay naciones que pasan desapercibidas por lo menos para los argentinos como Islandia que luego de una fuerte crisis económica e institucional, similar a de la Argentina del 2001/2002, resurgió sobre la base del sentido común, el criterio y dejando las mezquindades de lado. En el transcurso de este período de resurgimiento, fueron procesados y encarcelados políticos y banqueros. La sociedad no tuvo que salir a rescatar a los bancos, ¿por qué deberían de hacerlo?, como se hizo en otros países y hoy es una de las naciones con mejor calidad de vida del mundo.
Como he escrito en notas anteriores, pienso que las izquierdas y derechas son instrumentos políticos para llegar al poder, para luego en definitiva se haga lo que les parece en el momento, tapando agujeros y con una vista miope de los problemas.
Observemos a Brasil, que más allá de quien haya gobernado, ha mantenido las bases de las políticas sociales y económicas por décadas, justamente con una mirada “largoplacista”. Tanto Brasil como Chile —otro país con políticas diferentes pero con la misma visión de largo plazo— no son un edén ni mucho menos pero su crecimiento sostenido se ha reflejado en beneficios a la sociedad, justamente el crecimiento esta para eso no para mostrar estadísticas macroeconómicas ¿Se puede dudar que hoy ellos están mejor posicionados que Argentina interna y externamente? Entiendo que no. Los hechos están a la vista. Los productos de valor agregado chilenos son reconocidos en países donde ni siquiera saben que Argentina existe. En aspectos competitivos como en la industria vitivinícola, Chile nos ha aventajado muchísimo y no por cuestiones de calidad sino por tener una política exterior más agresiva y sin tantas restricciones. Brasil se ha convertido en una de las potencias mundiales en muchos aspectos pero el más importante es en su participación dentro de la economía mundial.
¿Por qué se han producido semejantes diferencias entre estos países y la Argentina? La respuesta está en el titulo de la nota. A través de la República, defendemos los derechos individuales sobre la base de la Ley (y por supuesto la Constitución), las mayorías solo por el hecho de serlas no tienen más derechos que las minorías ni pueden someterlas, aunque ese sector sea una sola persona. La Libertad es la base del crecimiento, la dignidad y la posibilidad de expresar lo que se piense. Justamente, esta se pone a prueba no cuando se permite la libre expresión al otro cuando él está de acuerdo con pensamiento sino cuando no lo está, se pone a prueba cuando los cuestionamientos son incómodos para el receptor y aun así se respectan y aceptan aunque no se esté de acuerdo y la democracia que aunque suene evidente, es el único recurso de la sociedad para cambiar las cosas cuando no se está de acuerdo con las políticas llevadas adelante. Si estas tres columnas tienen bases sólidas, no hay forma que un gobierno pueda manipular la realidad ni a nosotros. Hoy vemos que todo lo que se hace o dice (y/o después se desdice) tiene muchos justificativos y esto me lleva a recordar que pasaba en la Alemania nazi, absolutamente todo estaba justificado y las explicaciones eran increíblemente presentadas como "el bien común". El resto de la historia y como terminó la conocemos.
Entonces, sin llegar a ser dramáticos, no esperemos a que esto nos pase a nosotros, o mejor dicho paremos el proceso que estamos atravesando.
En unos días, buena parte de la sociedad va a expresarse en todo el país como pasó el 13S, yo no voy a pisar el pasto de la plaza, no porque me ensucie sino porque entiendo que eso perjudica a otros y a mí mismo, no voy a tirar basura en el piso ni voy a entrar en provocaciones externas. Voy a reclamar por nuestra República, nuestra libertad y nuestra democracia.
Pablo Rodríguez
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