La presidenta Cristina Fernández arribó este viernes por la tarde a Río Gallegos, para rendir mañana un homenaje íntimo al expresidente Néstor Kirchner por cumplirse el segundo aniversario de su fallecimiento. Nuevamente, lo hizo bajo cada vez más estrictas medidas de seguridad.
Con el objetivo de evitar el “espionaje” y “seguimiento ilegal” por parte del medio que más le sigue los pasos a la mandataria en su tierra: OPI Santa Cruz, luego de las insólitas denuncias del Gobierno.
Acorde a la información de OPI, a las 17:30 el Falcon 900 LV CRI alquilado por la Presidencia para suplir al Tango 01, tocó pista en el aeropuerto Piloto Fernández de Río Gallegos, de dónde descendió la presidenta Cristina Fernández, Máximo y su novia. Abordaron los vehículos en pista y se desplazaron velozmente hacia la salida alternativa, dentro del terreno de la Fuerza Aérea, para evitar ser interceptado por las molestas cámaras del reportero gráfico de ese medio.
El cronista de ese medio se encontraba junto a otros pocos colegas en el aeropuerto, cuando antes de que la nave tocara pista, personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria se acercó a los reporteros y les pidió que se fueran del lugar porque “Por orden de la Presidenta, no se puede sacar fotografías a su llegada”.
Según pudo saber OPI, fue luego de la publicación de las fotos del Tango 01 averiado que la Cristina empezó a tomar medidas cada de seguridad cada vez estrictas. Incluso se intentó eyectar de su cargo al Administrador de Aeropuertos Argentina 2000 en esa ciudad, José Vera, por orden de la jefa de Estado.
“Luego de largas tratativas y teniendo en cuenta en buen desempeño de Vera como gerente del Aeropuerto local y su excelente foja de servicio, lograron que finalmente no fuera despedido de la empresa A 2000, pero debieron sacarlo de Río Gallegos y mandarlo a Malargüe, Mendoza”, agregó el medio sureño.
Redacción de TDP
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