Las compras por medio de contrataciones directas siguen dando de qué hablar en el Gobierno, ya que según un informe, en 2010 el Banco Central aumentó en $59 millones sus contrataciones directas.

Aunque no suele ser el modo de contratación más habitual —ya que se usa en casos muy específicos como en urgencias o gastos menores a los $10 mil— el Banco Central de la República Argentina incrementó el uso de la contratación directa.

Acorde con un informe de la Auditoría General de la Nación que publicó El Auditor, de las compras y contrataciones que realizó el BCRA en 2010 “hubo una importante disminución de la modalidad de Licitación Pública y un aumento en la participación de otras formas, en especial la de Contratación Directa”, aumentando en un 17%, en comparación con el año anterior, lo que equivale a $59 millones.

A esta situación se suma que “si bien se lleva un registro de proveedores, no se pudo verificar que ellos sean calificados”. De hecho, el informe de la AGN señala que “las sanciones se anotan en una planilla de cálculos que no está integrada con el registro de prestadores, por lo que quienes fueron penados pueden ser invitados a nuevas licitaciones”.

“No hay un software en el que se registren y administren las compras y contrataciones y que, a su vez, se integre con el sistema de anotación presupuestaria y contable”. Tampoco hay un manual de procedimiento para las contrataciones, aunque, según señala el informe aprobado en septiembre de 2010, “sí se detectaron instrucciones sobre temas puntuales, por ejemplo en el trámite para la publicación en medios gráficos”, notó esa Auditoría.

Por lo tanto, se llegó a la conclusión de que no existe en los diferentes sectores del Banco Central “una metodología uniforme para estimar los precios de los bienes o servicios para contratar”, y que “no se especifica cuál es la documentación mínima y necesaria con la que deben contar los expedientes”.

Además, detectaron “demoras en la incorporación de la copia del acta de recepción en las contrataciones” y, en los casos en los que estaba esa documentación, “había deficiencias, como la falta del numero de convenio que habilita la compra o la carencia de la fecha de emisión”.

Por otra parte, los auditores no pudieron comprobar que en el interior del BCRA “se presentaran propuestas de reducción de costos” ni “que las instancias superiores del ente realicen acciones para mejorar los tiempos y la utilización de los recursos”, pese a que la Auditoría Interna del Banco recomendó “mejorar” ese punto.

José María González