Una vez leí una frase que decía lo siguiente: "Uno se convierte en lo que odia". Este gobierno para parecer democrático se compara con la última dictadura militar. Es una estrategia para esconder sus propios delitos ante la opinión pública. Y para no salir mal peinados en la foto, ¿imaginan qué papelón si se comparara al gobierno de los Kirchner con el de Dima Rousseff, José Mujica, Piñeira o Santos?
Por otra parte, "uno se convierte en lo que odia" se parece a una maldición que siempre se cumple, repasemos: censura, autoritarismo, terrorismo de estado (usar el poder del estado para asustar a población civil inocente: usando la AFIP, el multimedios paraoficial, Hinchadas Unidas Argentinas, Vatayon Militante, Soldados de Cristina, etc), futbol, Malvinas, inflación, atraso cambiario, deuda (ayer externa, hoy interna y se ve diariamente el deterioro en colectivos, trenes, calles, hospitales, jubilaciones, etc.), etc.
¿Qué les falta? ¿Hacer desaparecer gente? Ya tenemos la trata de personas y varios otros lugares del país y un juez de la Corte (y reconocido juez de la dictadura militar), con prostíbulos y trata de personas en sus propios departamentos. ¿Alguna duda de que muchas mujeres son víctimas de la tortura? El estado es parte, reconozcámoslo. Recordemos que el dueño de Black viajo con Guillermo Moreno a Angola.
Sin contar la vergüenza para el gobierno que dice defender la "justicia social" y tiene trabajo esclavo en la Salada (también Guillermo Moreno viajo con "empresarios" de La Salada).
Tan bajo hemos caído, que pasamos de los vuelos de la muerte a los trenes de la muerte. Otra dictadura de vuelo bajo. Y Cristina sigue insistiendo en profundizar el modelo, batallando contra el bienestar general. Galtierizandose a cada paso.
Juan de Rosario
juanlalepra@gmail.com