Esta semana recibí una interesante carta por parte de Daniel Muñoz, referida a la imposibilidad de dejar comentarios en las notas que se publican en Tribuna de Periodistas. Así lo planteó:
Soy asiduo lector del medio y hace algún tiempo noto que algunos comentarios no salen publicados. Nunca pongo ofensas y trato de opinar como muchos en forma dura pero no con mala educación. Pero veo que a veces el comentario de algunos lectores se duplica o triplica en alguna nota y otros quizás como yo no tenemos la suerte de que se nos publique el comentario.
Como ejemplo, le mando este link, es una nota en que hice un comentario y no apareció. Le pregunto, ¿tan pocos comentarios llegan a su redacción? Pues me parece que antes los lectores escribían más. Le mandé tuits al Sr. (Diego) Goldberg y me dijo que no había problemas y que él me autoriza los comentarios. Aquí le mando mi comentario, de esa nota que no publicaron:
“Hace y dice lo que quiere porque nosotros se lo dejamos. Nos engaña día a día ¿y nosotros qué?
¿Cómo pueden decir, por ejemplo, que Fidel y Raúl Castro la recibieron, y que fue al hospital a ver a Chávez? ¿Se puede creer eso si algunos otros Presidentes no viajaron porque no podían pasar a ver a Chávez? ¿Quién es ella para ser diferente?
¿Es la mejor alumna de los Castro? ¿Justo ella que deja dilapidar fondos del tesoro a sus amigos y ella misma tiene una fortuna, sospechada de ilícitos?
¿O los Castro ahora o siempre fueron capitalistas y no nos dimos cuenta?”
Bueno, le agradezco su tiempo y ojalá me conteste. De cualquier forma seguiré siendo lector de TDP.
La carta de Muñoz me sorprendió, por lo cual lo primero que hice luego de leerla fue comunicarme con Diego Goldberg, mencionado por él por el hecho de ser uno de los encargados de aprobar comentarios. Este último admitió que había tenido un intercambio de mensajes con el lector y me juró que jamás le censuró un solo comentario.
Luego hablé con Carlos Forte, editor Ejecutivo de TDP quien aseguró no estar al tanto del problema suscitado y se mostró asombrado ya que, según él, “solo se eliminan comentarios que contengan insultos y malas palabras”.
¿A quién creerle, al lector o a los responsables del sitio? ¿Cómo comprobar quién dice la verdad y quién no?
El caso es de imposible resolución, ya que no tengo manera de comprobar si el comentario fue censurado o no. Ni siquiera puedo saber si Muñoz dejó sus palabras o le pareció que las dejó y no lo hizo.
En ese caso, siempre voy a ponerme en el lugar del lector, el eslabón más débil de la cadena informativa, sobre todo en los tiempos que corren.
De todos modos, me llama la atención que en más de un año que hace que soy Defensor del Lector de TDP solo recibí dos quejas por supuesta censura de comentarios. Es un elemento que debe servir para evaluar lo sucedido.
Por otro lado, debo destacar que este sitio abunda de lugares en los cuales se puede opinar: Twitter, Facebook, Google Plus, el propio portal e incluso el correo electrónico, donde me llegan cartas como la aquí publicada.
No niego que a veces exista confusión respecto a quienes creen que dejaron un comentario y en realidad no lo hicieron. El director Ejecutivo de este sitio, Christian Sanz, lo explicó en marzo de 2011 en una clara columna.
De todos modos, exijo a los responsables de TDP poner especial atención al tema de los comentarios, para evitar que alguien más pueda quejarse. Este portal se jacta de ser democrático al extremo y debe demostrarlo cada día.
Buen fin de semana a todos. Quienes quieran escribirme pueden hacerlo a ombudsman@periodicotribuna.com.ar.
Marcelo Suárez
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