Me sorprendió y me puso de muy mal humor la carta que recibí esta semana por parte de Guillermo Feder, quien se mostró molesto por algunos de los comentarios que se aprueban en Tribuna de Periodistas. Dice el lector:
Me parece de muy mal gusto que se aprueben comentarios como el que aparece en este artículo del pasado 15 de febrero de 2013.
¡Qué lo parió! Le ponés el turbante, le agregás la barbeta y le sacás los lentes al dolape y hasta es igualito al otro moishe, son dos gotas de agua! Hay que ser groso para encontrar un ejemplo como éste, pero no se entiende por qué le dan con un caño al pobre Héctor diciendo que es un cabeza hueca, si el tipo tiene su brillo intelectual y flor de pelotas para bancarse esta maniobra, aunque no se compartan sus conductas o sus "relaciones".
Pero ojo con los hebreos, ya que son maestros en el arte del engaño y así han logrado sobrevivir a lo largo de la Historia, quedando siempre bien parados y firmes a pie juntillas al lado de la torta, cuchillo en mano.
Algunos incluso llegan a sostener que todos estos últimos "movimientos" serían parte de una compleja dinámica para finalmente instalar la Nueva Sión en la Patagonia argentina, tal los deseos del Padre fundador, don Theodor Herzl.
O sea que, a fin de cuentas, todos los judíos que no se cansan de azotarlo al pobre Timerman, finalmente le tendrán que agradecer e incluso levantar una estatua de bronce en su honor por su participación en la nueva expresión del Sionismo internacional, con posible flamante sede y viejas mañas, claro... ¡y pensar que algunos creen que los "rusos" están al borde del colapso! ¡perdónalos Padre, no saben lo que hacen! ".
Insisto, este tipo de comentarios no deberían ser permitidos. Me ofenden como ser humano. Baja calaña para repetir un prejuicio antisemita que gracias a la ignorancia se repite una y otra vez.
Antes de escribir esta columna, me tomé el trabajo de verificar que fuera cierto que existía el comentario mencionado. No solo existe, sino que jamás fue borrado del sitio, lo cual es muy grave (N. de la R.: el comentario ya fue eliminado, luego del pedido del Defensor del Lector).
El lector tiene toda la razón del mundo al protestar por esas palabras desafortunadas. Y lo peor es que ya advertí el pasado 5 de mayo de 2012 sobre la misma situación a través de una columna similar a esta.
Vuelvo a pedir a los responsables de este portal que agreguen a su Manual de Estilo un apartado especial que hable acerca de cómo debe ser la aprobación de comentarios. Hablando de ello, el mismo manual dice en su apartado 3.7 de la sección de "criterios editoriales" que debe primar la "prudencia y el sentido estético (…) Los artículos que publique Tribuna deben evitar el sensacionalismo y la exageración en el tratamiento y divulgación de la información."
Me parece que esa misma prudencia debe trasladarse a las opiniones que se aprueban en TDP. Asimismo, los conmino a eliminar el comentario que se ha puesto a evaluación en esta columna.
Preguntado el Editor Ejecutivo de TDP sobre esta situación, Carlos Forte, volvió a excusarse en el hecho de que los lectores dejan muchos comentarios de manera permanente y “a veces se nos pasa alguno que otro”. No Me conforma en absoluto.
Luego de haber cumplido con mi labor semanal, saludo cordialmente al lector que envió su queja e invito a quienes quieran dejar sus inquietudes, a que me escriban a ombudsman@periodicotribuna.com.ar.
Marcelo Suárez
Seguir a @OmbudsmanTDP