Durante la semana trascendió la noticia respecto a la trágica muerte del Subsecretario de Medio Ambiente de la provincia de Santa Cruz, Sergio Medina, ocurrida el 1 de mayo en un campo cercano a El Calafate, mientras se encontraba cazando junto a otras personas.
La causa se encuentra en un periodo de revisión judicial por parte del Juez Carlos Narvarte, de El Calafate.
Según pudo saber OPI Santa Cruz, de acuerdo a la última información conocida, habrían variado las versiones iniciales sobre cómo sucedió el hecho.
Si bien la situación en que se produjo el incidente es bastante común, es el Juez quien deberá determinar si hubo negligencia, intencionalidad o se trató de un hecho fortuito.
La última información con respecto a la muerte del Subsecretario de Medio Ambiente indica que el juez Narvarte ya tiene en su poder el resultado de la autopsia y ahora le quedaría reconstruir le hecho, determinar la trayectoria del disparo y sus circunstancias.
“El deceso se produce por una herida de arma de fuego de grueso calibre, concretamente con un disparo que atraviesa la cabeza en sentido de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda” y agregó: “Estamos terminando de recibir todas las pruebas que hemos solicitado, entre ellas control de alcoholemia a todos los involucrados, así como el estudio de restos de pólvora”, indicó el magistrado a una radio calafatense.
El juez también indicó que tomará indagatorias a los involucrados el día lunes que viene y que la reconstrucción se efectuará con el vehículo donde ocurrió el incidente que terminó con la vida del funcionario provincial. Hay que recordar que el funcionario se encontraba realizando esa actividad junto a otras personas, ellos son Esteban Peijkovic, Alberto Mullica y Diego Patitucci.
Las primeras declaraciones del Magistrado indicarían que Medina no se encontraría afectado a las tareas de caza, manejaba la camioneta y en el momento del disparo se encontraba dentro del vehículo con Peijkovic. Llevaban dos armas.
Es que si se trata de un arma larga (se trataría de un calibre 308, el más típico para la caza de guanacos y choiques) podría complicarse esta última prueba. No solo porque en un fusil la mano del operador permanece lejos del mecanismo de disparo, sino porque si estaban en actividad de caza y esa arma había sido disparada previamente, será muy difícil para cualquiera establecer (en caso de existir residuos de pólvora) si los mismos corresponden a ese u otro momento en que se accionó el arma.
El juez dijo que realizará pruebas de parafinado, a fin de establecer quién disparó el arma y determinar si se trata de un accidente culposo o un hecho meramente accidental.