Es una de las política que mayor aceptación convoca entre la gente y el oficialismo la reivindica como un gran logro.
Por su parte, la oposición no presenta críticas, salvo que no fue aprobada por ley sino por decreto. Sin embargo, ambos pasan por alto que, debido a su rudimentario diseño, probablemente esté promoviendo la reproducción intergeneracional de la pobreza.
Hay que recordar que AUPH es un programa que consiste en un estipendio que se otorga a madres inactivas o que trabajen en la informalidad o en el servicio doméstico con una remuneración inferior al salario mínimo. El 80% se paga de forma mensual y el 20% restante está condicionado a que la madre cumpla con controles sanitarios y asistencia escolar de los niños. En la actualidad se paga $460 por hijo, hasta cinco hijos. Esto implica que se puede recibir hasta $2.300 mensuales.
Sin embargo, según un reciente de IDESA, basado en datos del INDEC, revela que:
· Las mujeres que tienen empleo en el sector informal cobran en promedio $2.073 mensuales trabajando una media de 32 horas semanales.
· Las mujeres en el servicio doméstico obtienen una remuneración de $1.220 mensuales trabajando una media de 29 horas semanales.
· Es decir que, para una mujer con bajo nivel de calificación laboral y varios hijos, el subsidio estatal es similar a la remuneración que obtiene en el mercado laboral.
“Con el actual diseño de la Asignación Universal por Hijo no sólo que no se revierten estos incentivos a la inactividad laboral de las mujeres, sino que se acrecientan. Cabe alertar que, en la inactividad laboral, la dependencia del subsidio tiende a perpetuarse ya que se cierran las puertas a que el progreso y la salida de la pobreza sean por la vía del trabajo y el esfuerzo propio”, indica el informe.
Según IDESA, con datos del INDEC se puede estimar que entre las mujeres menores de 25 años que tienen hijos la proporción que no estudia, no trabaja, ni busca trabajo asciende al 57%. Esta proporción entre las que no tienen hijos asciende a apenas 17%.
“Madres que no estudian, ni trabajan no sólo condicionan la situación presente, sino el futuro de sus hijos. Está demostrado que a menor nivel de educación de las madres más modesto es el desempeño escolar de los niños”, resalta el informe.
IDESA sostiene que la Argentina no ha innovado, ni mucho menos, con la Asignación Universal por Hijo. Varios países de América Latina habían implementado antes que la Argentina intervenciones similares. Por eso, resulta muy llamativa la rusticidad del diseño en el caso argentino.
Los abordajes de Chile, Uruguay, Brasil, por ejemplo, son más sofisticados ya que apuntan a evitar que el subsidio se multiplique proporcionalmente con la cantidad de hijos y lo complementan con acciones de planificación familiar, guarderías infantiles, apoyo escolar y/o formación para el trabajo.
“El amplio consenso que goza la Asignación Universal por Hijo debería ser aprovechado para la evaluación crítica y propender a mejorar su diseño y gestión. Sólo de esta manera se podrá convertir a la Asignación Universal por Hijo en una herramienta eficaz de promoción social. Es decir, migrar del “asistencialismo a perpetuidad” hacia un instrumento moderno de promoción de las familias pobres para salir de la trampa de la vulnerabilidad”, dice el informe.
Acá, el paper completo.