Ficha técnica:
Título para Latinoamérica: Diagnóstico esperanza.
Título original: Diagnóstico esperanza.
Dirección y Guión: César González.
Género: Drama – Apta para mayores de 16 años.
Reparto: Alan Garvey, Esteban El As, Mariano Alarcón, Nazarena Moreno, Nicole Blanco, Sabrina Moreno, César González.
Distribuidora: Independiente.
Producción general: Vicky Lagos - Asistente de Producción: P. Montesano.
Producción: Joel Aguiar - Espacio INCAA Km. 0 Gaumont.
País: Argentina - Año: 2012 – Duración: 90 min. Estreno Argentina: 18/07/2013.
Ópera prima del escritor y cineasta César González. Un film sobre la vida en barrios de emergencias; la marginalidad /delincuencia; la soledad y la ausencia de proyectos personales que alienan e invisibilizan.
El autor ensaya sobre la actualidad existencial de la clase social más oprimida. El aquí y ahora y sus atravesamientos socioculturales. Vidas sumergidas en la ambición, almohadas que tiñen sueños capitalistas, pese a su origen. El capitalismo es el norte y también su perdición. Un retrato político, una crítica social que nos interpela. En respuesta, la mirada del espectador también diagnóstica.
Nos propone un viaje por la pobreza estructural: desde el barrio Ejército de Los Andes de Ciudadela (llamado “Fuerte Apache”), a la Villa Carlos Gardel de Morón. Cámara al hombro, escueta producción, no hizo mella en el éxito de la fotografía de la miseria y su circunstancia. Una singularidad, actúan algunos de sus familiares y amigos del barrio.
El director - que también actúa-, conoce en primera persona el mundo-villa. César González, que fue “pibe chorro”, pasó cinco años preso y, pese a todo, logró rehacer su vida. Los montajes transcurren en una villa urbanizada, protagonizada por villeros. Pretende una mirada ácida del capitalismo y el consumismo que atraviesa a toda clase social; y la soledad en la que crecen los chicos de las villas. Busca representar el sujeto sensible, para su identificación que decodifica el espectador.
Como sostiene el creador de Diagnóstico esperanza (2012): “Desde el cine hasta los videojuegos, se propone un modelo de pistolero que cae preso para siempre o se muere épicamente. Yo busqué una estética propia por otro lado”. Y la estética elucubrada es la de “recortes” de la realidad. Juega con imagen del policial de noticiero; de
Otro corte en el guión, es la lógica del delito. Adquiere una perspectiva interesante como movilidad social. Ante la inexistencia del Estado en la villa; “la cultura de la invisibilización” a la que son sometidos sus habitantes, es la forma de corporizarlos.
El metraje posee saltos de paleta claro /oscuro y cromática. Las aperturas de planos blanco y negro, como mostración de la miseria (calles con mucha basura amontonada, mugre, aguas servidas, etc.); y el salto cualitativo del color, cuando el contrapunto social de la burguesía entra en escena.
Utiliza sendos dispositivos del lenguaje con suficiencia: “los tiempos muertos” (instantes que parece no ocurrir nada y sin embargo hay muchas lecturas), por ej.: el rostro del muchacho ladrón (“pibe-chorro”) que observa todo a su alrededor; “planos detalles” de sus zapatillas. Como dicen en su jerga: las “llantas”, etc. La lenta muestra las miserias del sujeto y su circunstancia. No hay juicio moral en el relato. No obstante, el personaje del “rastra” (joven que cultiva sus hortalizas y plantas alucinógenas), no es arbitrario. Introduce este “agente moral”, que señala lo que está bien y lo que está mal. Robar es malo. La violencia es mala, sostiene “el rastra”. Es un “guiño” ético en el guión.
Terminados los créditos finales, el espectador tendrá la perspectiva de cómo ven los excluidos de barrios marginales su problemática. Al menos en la mirada de uno que lo fue, su director. Su base en un reparto bien estigmatizado como: la madre, con una colección de hijos que los destrata con violencia, al tiempo que vende droga en su barrio; el vendedor de medias por $10; y el pequeño Alan: “la gran esperanza” de la historia. Un personaje tierno que zafa de los sinsabores de las malas juntas de la villa. La antropología pretendida de González, salva un sinnúmero de desprolijidades en el ritmo, en las historias y en los personajes.
Al fin y al cabo, la mirada del director que pretende “superadora”, concluye en caricatura sobre sí misma. En un universo de mil personas, sólo una alcanza la redención (moral-social), ¿validan para un diagnóstico esperanzador? ¿O es la representación de las propias contradicciones que refutan su diagnóstico?
César González: novel escritor y cineasta, que retrata la exclusión social y el mundo-villa como profeta en su tierra. Así, la conclusión es perturbadora, alejándolo de su voluntarismo intelectual.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 3 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Alan Garvey 4 Tribunas.
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima
Es conocido que la fotografia, el cine, o el hacer música son "buenos ganchos" para sacar a estos chicos de la vagancia, el robo o la drogadicción. No solo en "nuestras villas" sinó en las villas desparramadas por todo el mundo. Felicitaciones Sr. Cesar González !!!