Ficha técnica:
Título para Latinoamérica: Hannah Arendt, y la banalidad del mal.
Título original: Hannah Arendt.
Dirección: Margarethe von Trotta. Guión: Margarethe von Trotta, Pamela Katz.
Género: Drama, Biográfico – Apta para todo público.
Reparto: Janet McTeer (Mary McCarthy), Julia Jentsch (Lotte Köhler), Nicholas Woodeson (William Shawn), Barbara Sukowa (Hannah Arendt), Ulrich Noethen (Hans Jonas), Axel Milberg (Heinrich Blücher), Claire Johnston, Michael Degen (Kurt Blumenfeld), Victoria Trauttmansdorff, Klaus Pohl (Martin Heidegger).
Distribuidora: Surtsey Films - Montaje: Bettina Böhler.
Productora: MACT Productions, Heimatfilm GbR.
Web: www.surtseyfilms.es/peliculas/hannah-arendt/
Fotografía: Caroline Champetier - Música: Andre Mergenthaler.
País: Francia, Alemania, Luxemburgo - Año: 2013 – Duración: 113 min. Estreno Argentina: 10 /10/2013.
Un drama virtuoso sobre las consecuencias de
La cineasta germana Margarethe Von Trotta, desempolvó la historia de la escritora Hannah Arend (1906-1975) —y la coloca ante nuestra mirada— para que tomemos partido de su pensamiento y de sus actitudes políticas. Podrá ser cíclico el juicio del espectador: la amará por momentos; y odiará por otros. Políticamente correcta o no, Arendt, no pasa por el fotograma desapercibida.
Bárbara Sukowa recrea a Hannah Arendt en sus múltiples facetas: dura; elocuente; gran amiga de sus amigos; académica muy respetada por sus alumnos y pares; fumadora compulsiva; trabajadora impetuosa; arrogante; polémica —pero sobre todo—, una luchadora coherente con sus ideales.
El film nos transporta a Estados Unidos (
La obra de Von Trotta, representa lo más granado del “nuevo cine alemán”. Tomando como excusa el apasionante debate sobre los derechos humanos y la justicia global —lo imprescriptible— se torna núcleo de un drama apasionante que confronta a la escritora judía con representantes del sionismo, que se atribuyen la verdad revelada sobre los hechos históricos asociados al Holocausto. Arendt lidiará con su conciencia, sus orígenes y el pensamiento laico universal (escepticismo metodológico).
Así, el guión representa una articulación inagotable de diálogos profundos sobre la condición humana y su legitimidad histórica. Para generar “autoridad narrativa”, utiliza escenas de archivo en blanco y negro. La autora de “Las hermanas alemanas” (1981) y “Rosa Luxemburgo” (1986), crea la atmósfera propicia para los distintos clímax narrativos.
El cine histórico / testimonial, genera más adeptos gracias al revisionismo positivo que derriba viejos dogmas, como también lo hizo la protagonista de este film. Una vida antidogmática, que sumó interrogantes más profundos que un determinado hecho positivo: la cobertura de un juicio político (¿?).
“Hay que pensar a la intemperie”, sostenía Hannah Arendt al juzgar un acto determinado, del mismo modo la directora de la presente, lo hizo a la hora de ubicar los “roles del actor”. Bárbara Sukowa descolló en el protagónico del filósofo judeo-alemán. La épica narrativa /testimonial que fluye de su boca es de una intensidad abrumadora. La confrontación de Arendt con la comunidad judía al publicar su obra Eichmann en Jerusalén: un estudio sobre la banalidad del mal, nos remite a la retórica “teatral” más que a la cinematográfica. Todo un logro por cierto.
A nuestro entender, hay dos Hannah. Una, el filósofo que cuestiona un hecho histórico del pasado, en función a su formación. Otra, la teórica-política, que pretendía un castigo global, más que individual ante tal afrenta de lesa humanidad. Más allá de las conjeturas, la autora de Los orígenes del totalitarismo, incursionó en un magno error de tiempo y espacio: no fue contratada como filósofo. Su labor, cubrir una nota como corresponsal de un medio de comunicación. Un reportaje (sucesión de hechos), es ante todo periodístico. La reflexión teórica, se inscribe en la dinámica de otra circunstancia.
Un error conceptual /cinematográfico, fue no profundizar en la relación Hannah y su maestro (Martin Heidegger). El cultor del “existencialismo” (El ser y el tiempo), con atisbos crueles y cuasi patológicos, un terreno fértil para la experimentación de las artes combinadas. Sólo unos flash back aislados para anoticiarnos sobre esta corriente “irracionalista” de pensamiento. Una pena.
“Banalidad del mal”, postuló Hannah; “Inocencia del mal”, respondió por estos lares nuestro excelso escritor Jorge Luis Borges. El mal, como objeto de estudio, no se corporiza en un sujeto. Hay una atmósfera que lo crea por factores de poder, gubernamental y supra-gubernamental. Es un colectivo, no una mente aislada. ¡Eichmann fue un “burócrata”!, exclamó vehemente Hannah. Es culpable, pero no tanto como el andamiaje que lo puso y legitimó.
La misma “inocencia del mal”, que proclamaron los criminales de la última dictadura militar argentina: en las noches de fiesta (Año Nuevo o Navidad), a las personas detenidas ilegalmente, los captores los trataban de forma diferenciada: con afecto y hasta el tradicional saludo cristiano. Ese día la tortura se invisibilizaba. ¡Un espanto, sostuvo Borges! Similar sensación tuvo Hannah...
Bárbara Sukowa como Hannah Arendt: duro alegato de filosofía política que la enfrentó a grandes desafíos (propios y ajenos).
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 5 Tribunas - excelente.
Puntaje actor protagónico: Barbara Sukowa (Hannah Arendt) 5 Tribunas ¡Imponente!
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima