Finalmente, y tal como se venía apostando hace tiempo, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, renunció hoy a su cargo a partir del lunes 2 de diciembre. La decisión fue aceptada por la presidenta, quien lo designará como agregado económico de la Embajada Argentina en Italia.
Guillermo Moreno fue uno de los hombres de la “mesa chica” de la presidenta, el funcionario más polémico del gabinete y definitivamente no entraba en uno nuevo, este que fue comunicado el lunes, con Jorge Capitanich al frente y con Axel Kiciloff comandando la economía nacional.
La relación de Moreno con Cristina fue tan cercana, que logró que su esposa, la escribana Marta Cascales, trabara una amistad fortísima con ella. Así quedó probado en una de las columnas más recordadas de la entrañable Susana Viau, quien contaba cómo Cascales acudió al rescate de Cristina cuando esta padeció un fuerte ataque de nervios, luego de que le anticiparan la noticia del fallo adverso del juez Thomas Griesa, ordenando pagar el cien por ciento de lo adeudado a los bonistas que no entraron en la reestructuración de la deuda.
“La Presidente que, dicen, estaba a punto de retirarse a descansar se llenó de furia. Salió al parque de la quinta y, bajo la lluvia y llorando, clamó al cielo: ‘¿Por qué me dejaste este quilombo? ¿Qué me hiciste?’, habría repetido mojada, embarrada y, según las versiones, negándose a regresar al interior de la casa”, contaba Viau.
Moreno fue uno de los hombres que definitivamente no le temió al fracaso y no se cansó de aplicar fórmulas destinadas al fiasco en su gestión diaria al frente de la Secretaría de Comercio Interior, aunque al parecer Cristina sí.
La intervención de un organismo cubierto de profesionales de la estadística, como el Indec. Los precios congelados para frenar la inflación que hasta último momento se empecinó en negar desde que intervino el INDEC. Hasta la presidenta tuvo que anunciar el “mirar para cuidar” por parte de agrupaciones sociales y militantes juveniles para revisar góndola por góndola los valores de 500 productos con precios frizados, de una lista que carecía de alimentos básicos. Los militantes de las góndolas fueron vistos pocas veces y los precios no cedieron en su escalada.
Los planes “para todos” que llegaron a unos pocos. “Moreno ideó el ingenioso plan de llevar precios populares a los barrios. Así, sacó camiones con carne, pollo, cerdo, merluza, lácteos y hasta ropa para todos. Más allá de que el plan se anunció con bombos y platillos en la Rosada, el impacto que Carne para Todos tuvo en el mercado fue ínfimo: apenas cubrió el 0,15% del consumo diario de 6.000 kilos. Hoy, todos esos planes siguen vigentes, aunque con resultados poco satisfactorios y menos prensa, sobre todo el último, de prendas económicas, bajo la marca NyP, abreviatura de Nacional y Popular, ya que faltan productos y muchos talles en las góndola”, contó Clarín en junio pasado.
La ridícula misión a Angola, lugar donde luego de años se le conoció por primera vez la vos gracias a la entrevista de un periodista local. Allí anunció la venta de 18 cosechadoras Maag Mitos, fabricadas en Entre Ríos por el Grupo Senor, bajo la firma Grandes Máquinas SA, presentadas como el “mito del campo argentino”. Luego se conoció que la empresa emitió cheques sin fondos por cifras millonarias y terminó embargada por la Justicia de Córdoba. Uno de sus integrantes, Ricardo Senor, admitió tras el escándalo que las cosechadoras nunca existieron ni fueron vendidas.
La denominada “Moreno Card” (Supercard), con la promesa de comisiones y tasas de financiación mucho más bajas otras tarjetas de crédito para supermercados. Su presentación oficial fue postergada varias veces y pese a que la gente mostraba interés, no llegó a arribar a los comercios.
El apriete deliberado a los empresarios y a consultoras que medían una inflación diferente a la del Indec terminó en varias denuncias, pero una de las más insólitas y evidentes día a día fueron a las casas de cambio. “Quiero el dólar blue a 6,50 a fines de mayo”, les advirtió a los presidentes de Casa Piano (Alfredo Piano) y Casa Puente (Federico Tomasevich), cuando la divisa paralela, casi la única que se consigue debido al cepo cambiario, cotizaba arriba de los $10. Hoy no solo el blue superó esa cifra, sino que también escala el oficial.
Otro fracaso flagrante fueron los Cedin, pese a su fracaso, y a pesar de que Cristina quiso finalizarlo terminado su plazo, Moreno presionó para prorrogar por tres meses el plan de blanqueo de capitales. En total, se exteriorizaron u$s378,6 millones desde junio a la actualidad. Aunque lejos de los objetivos que se había planteado el gabinete económico buscaba recaudar u$s4.000 millones.
El 8 de marzo, Moreno, en medio de rumores por la escasez de trigo, dijo que había acordado con los molinos que el precio de la harina no superaría los $55. “Ahora los supermercados van a poder vender el pan a $2,70 el kilo”, prometió, luego renovó votos por $10. Pero el kilo de pan tocó los $20. Hoy está a $22.