A través de su cuenta de Twitter, Cristina Kirchner criticó duramente a los “medios opositores” por considerar que incurren en contradicciones al publicar sus actos de Gobierno, magnificando lo que consideran negativo y desacreditando lo que pudiera resultar relevante.
En tono irónico, la Presidenta relató su salida de la Casa Rosada, donde numerosos fotógrafos la esperaban para registrar el momento en imágenes, y estimó que muy probablemente mantenían la esperanza de verla desplazándose con muletas.
"Casi 21:30. Salgo de la Rosada. Fotógrafos y cámaras varias. Inclusive, uno en la entrada del helipuerto. Ah no ya sé, habrán mandado a los fotógrafos porque esperaban verme salir en muletas, por la bursitis del trocánter izquierdo diagnosticado?", se preguntó en el primer mensaje.
En lo que pareció incluso ser una respuesta a este medio por la nota de ayer —donde se contó que fue a Cuba a hacerse ver un supuesto tumor—, la jefa de Estado explicó que la dolencia por la que fuera atendida en el Hospital Austral la misma noche de su regresó de La Habana, no reviste gravedad y que puede ser resuelta con tratamientos sin ninguna complejidad.
Aunque la realidad fuera como la plantea Cristina, lo cual no es así, ¿invalida a los medios a tratar este tema como les plazca? ¿O la prensa debe hablar de las dolencias presidenciales como quiere la presidenta?
Las especulaciones acerca de la salud de la mandataria tienen asidero y justificación. Si el gobierno se ocupara de informar correctamente acerca de ese tema, no haría falta especular.
Hay que recordar que en su momento, cuando Néstor Kirchner casi muere en una mesa de quirófano por una operación gastroduodenal, se dijo que estaba en perfectas condiciones. Lo mismo ocurrió en febrero de 2010 cuando fue operado de la carótida y los medios se enteraron tarde y mal.
De esta manera, se llegó a octubre del mismo año cuando finalmente falleció el ex presidente y se manejó todo en el más absoluto misterio.
Frente a esa falta de información, es lógico que los medios especulen o busquen fuentes de información alternativa para saber qué ocurre en el corazón del poder.
Cristina debería ocuparse de temas cruciales como la inseguridad, la inflación y la pobreza; los medios saben lo que deben hacer. Si así no fuera, la gente no los consumiría.
No es coincidencia que los medios oficialistas, aquellos que dicen solo lo que el gobierno quiere, casi no tienen lecturas. Por el contrario, los medios críticos son los elegidos por la ciudadanía para informarse.
La presidenta puede saber sobre muchos temas, pero es obvio que nada sabe sobre periodismo. Alguien debería decírselo.
Carlos Forte
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