Resultó que un mal día, unos policías bolivianos decidieron izar la bandera de
Pasó eso en los bajos de una aguada, en
se limitaron a expresar, el último enero, que: “… El límite internacional entre nuestro país y Bolivia, que está determinado por el Tratado Definitivo de Límites del año 1925, no se ha modificado ni existe ningún proyecto de hacerlo, como informaron erróneamente algunos medios" Sin embargo, en días posteriores, varios medios se acercaron a aquellos parajes olvidados de la puna, y lograron fotografiar una escuelita donde flameaba la bandera tricolor del país altiplánico, en vez de la creada por el, siempre General, Manuel Belgrano.
Pero, sin querer, aquellos periodistas y noteros, fotografiaron algo más que un conflicto de límites. También fotografiaron el abandono, la desprotección, la falta de desarrollo —tanto social, económico, como humano— y asimismo, impregnaron los lentes de sus cámaras con la absoluta carencia de límites (reales, no “relatados” en un mapa tamaño 3 de carpeta de secundario) también la falta de soberanía en las fronteras, la falta de control sobre el tráfico de personas, el abandono total de inmensas porciones de territorio, la falta de ruralidad, la falta absoluta de voluntad y de esperanza de los pocos que, aún, dan su vida por un territorio que insistimos en llamar República Argentina.
Semblanza del abandono
Recalamos esta vez en Catamarca, una provincia del autotitulado de manera rimbombante y pretenciosa como Norte Argentino, el “NOA” (Noroeste Argentino)
Lo primero que nos golpea es la inequidad, nada novedosa, pero si mucho más profunda. Existe algo aún peor que la injusticia: el olvido, el abandono, la desidia.
En dos días de aclimatación, en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca (capital de una Provincia de Catamarca, de unos 160 mil habitantes, más o menos la misma que el núcleo Zárate-Campana, en
Este primer dato nos sorprendió, atento que siendo una de las provincias menos pobladas de
Viaje a Antofagasta de la Sierra
La idea de dirigirnos lo más al norte posible, a fin de conocer y ver con los propios ojos la realidad fronteriza, humana, económica, nos desencajó con la idea general que teníamos, en cuanto a que, más allá de la mayor riqueza o pobreza, vivimos en un país accesible.
Bienvenidos al olvido: para llegar a esos parajes, solo es posible mediante vehículos de tracción en las 4 ruedas (no siempre) cuando los arroyos están altos, y un solo ómnibus, dos veces por semana, hacen el recorrido. Los autos particulares, se arriesgan al “safari”.
Nos acercamos en ómnibus, desde la pequeña villa serrana de Belén, en un viaje de terror de 9 horas, para hacer solo 300 quilómetros, dado que alquilar una camioneta desde “la civilización” por varios días excedía nuestro presupuesto. El peregrinaje pasa, desde la “base” misma de los Andes (el pintoresco pueblo de Belén -1200 mts s/n/m) a los 3700 de Antofagasta (y muchos más de 4000 luego, ergo, la Puna).
El Departamento de Antofagasta de
Según nos dicen los lugareños, existen unas 15 vacas, y, salvo alguna producción de carne de animales de la región (llama, cabras, etc.) todo debe ser “traído” de otro lado, o producido de manera artesanal.
Comenzamos a tomar nota que en el lugar, todo es posible. O nada, a la vez, dado lo terrible del clima, sumado a la rigurosidad del efecto de la altura y la inexistencia de la presencia del Estado, en cualquiera de sus formas.
En el “centro” del pueblo, que tiene 5 cuadras de ancho por 6 de largo, se destaca Gendarmería Nacional, que cuenta con un pequeño edificio de unos 80 mts cuadrados, adornados por una manzana entera alambrada que lo rodea. Nos dicen que no tienen vehículo propio, por lo cual carecen de toda capacidad “operativa” para controlar los casi 30.000 km2 (casí el mismo tamaño que Belgica) solo “radio” y que la última vez que lograron movilizarse, fue durante
Hoy, por fin, hay servicio de luz eléctrica las 24 hs y televisión.
No hay celulares, salvo de la empresa CLARO y dentro de las cuadras del centro, que es lo mismo que no haya. Cenamos y veo a dos los niños mirando
Preguntamos sobre contrabando y droga, pero nos dicen que por los pasos “normales” ya se ingresa siempre que se esquive a los “carabineros”: de hecho, en el Paso San Francisco solo existe puesto fronterizo, pero el ingreso a Chile se hace unos 150 km2 en el interior (donde sí hay aduana).
Decidimos recorrer toda la región en 4x4. Nos dirigimos al norte-oeste, hacia Antofalla y luego al oeste casi Chile, por caminos de ripio y sendas más o menos transitables.
En Antofalla nos comentan de la soledad de la zona: la escuela local solo tiene 9 alumnos, 4 de una misma familia, 250 kilómetros más al oeste, conocemos a Simón, un hombre que ronda los 50 años, vive solo en una “vega” (cañadón verde-húmedo) denominada “Paraje Botijuelas” donde cría, entro otros animalitos, 6 vacas, y se ufana de ser el “mayor hacendado de Antofagasta y alrededores”.
Unos
En Quinoas visitamos a una pareja de ancianos, Antonio y Catalina, ambos pasados largamente los 70 años, quienes se dedican a cultivar la quinta en un cañadón o “vega” húmeda, y confiesan que antes llevaban mercadería de chile a Antofalla, como muchos otros también lo hacen. La economía de autosustentación funciona en la puna. Ninguno cobra planes sociales, cosa que también les preguntamos a todas aquellas personas.
Todos invariablemente denotan tanto el abandono, como la soledad y la esperanza.
FMC “mineras del altiplano SA” (¿Ford Motor Company?)
La sociedad FMC explota, quizá, una de las riquezas con más proyección en el futuro: el Litio.
Lo hace en los confines de
El litio es uno de los elementos naturales que está causando furor en el mundo del consumo. El lector quizá se esté comunicando con un teléfono celular con una batería de litio, a la vez que en Europa los automóviles comienzan a moverse de manera “híbrida” entre energía eléctrica de baterías de litio y gasolina. FMC produce varios miles de toneladas anuales de carbonato y cloruro de litio, en un negocio calculado para ser rentable en 40 años (hasta el 2037 aproximadamente).
FMC opera en expectativa de masividad, desde hace 10 años en dicho Salar. Algunos dicen que el ecosistema de los Salares quedará devastado cuando el litio sea rentable: por ello el presidente Evo Morales se apuró hace 2 años en “ofrecer” el Salar de Uyuni (el más grande del mundo) a empresas que “precompraron” los derechos de explotación. Advertimos que los salares de Catamarca son mayores que Uyuni, pero no estan todos juntos, como aquel, sin embargo el Salar de Antofalla y el ya explotado de el Hombre muerto son de más de
Mientras tanto, el estado nacional, no hace nada al respecto.
Pedimos acercarnos a ver, pero nos dice Pedro, nuestro guía, que “para eso hay que ir a hablar a FMC, y no les gustan las intromisiones”.
Nos invita a entrar a FMC a ver la demostración corporativa de la mina. Preferimos seguir adelante, dado que no nos interesa escuchar la “versión oficial” de una explotación que hoy carece de todo control oficial, cuya producción se desplaza en camiones que circulan por un camino que la misma FMC desde el Salar del Hombre Muerto hasta Güemes (Salta) donde FMC trata lo recolectado. Dicho camino no está en los mapas que hemos consultado (a pesar que se denomina al maino “ruta provincial
Esperemos que, como en Andalgalá y otros lugares, no debamos lamentarnos de contaminación, nos referimos a la zona del Volcán Galán, un lugar con aguas que bajan de este, a través del salar, dado que hemos divisado mucha basura, plásticos y goma diseminada a lo largo de los 500 km2 en donde opera GMC. Toda la producción de litio actualmente se exporta.
Es muy probable que, como hasta ahora, el modelo extractivista-devastador no proporcione recurso alguno a la zona y a su gente.
Quizás a la provincia de Catamarca sí el reditúe algún peso, esa Capital y esa clase política que siempre le ha dado la espalda. Y por supuesto, a cargo de la devastación física, paisajística y ambiental producida, ello sin miramientos ni contemplación alguna, nos referimos al Estado cada vez más ausente, y si es en temas estratégicos, vendiendo su ausencia, pensamos, a un valor un poco más alto…
Corolario
Pudimos comprobar en una semana de investigación que las fronteras Argentinas no existen.
Que las empresas que extraen minerales a cielo abierto, operan con total desidia.
Que los potenciales turísticos de los mejores recursos paisajísticos argentinos no son explotados, apenas sostenidos por 4 o 5 operadores (si así se pueden llamar) turísticos, y son rifados a futuro por una camarilla política que no le interesa la región fronteriza.
Que existen argentinos que siguen dando su vida en los confines de la patria, y que nos trasmitieron sus temores y amarguras por el abandono a los que son sometidos día a día, tanto por sus propias autoridades locales, como por la nación, que ha postergado siempre a esta Provincia, al mismo tiempo que siempre invirtió en obras públicas, hoteles, desarrollo social, etc. en la misma región (Salta y Jujuy, por ejemplo).
Que el 30% de una provincia fronteriza Argentina no puede sostener un nivel de habitabilidad mínimo, y que en poco tiempo buena parte de dicho territorio estará abandonado…. Esto pegado a Chile, un país que siempre reivindica territorios aledaños.
Que no existen controles fronterizos, ni aduaneros, y que los lugareños entran y salen por pasos comunes, sin ningún control, como lo mismo de harán los que no son del lugar.
Que Gendarmería Nacional, por lo menos en este lugar, es una mentira.
Que los guardaparques provinciales no cumplen con su función, hemos visto como conductores de vehículos 4x4 transitan por lugares no autorizados, han marcando lugares con la circulación destruyendo la belleza turística de los mismos, y que costará años recuperar (solo llueve
En definitiva, un abandono reiterado de la soberanía, de los recursos naturales, y de las personas que aún habitan orgullosas parte de ese suelo Argentino, que parece no queremos mirar.
Espero no leer en alguna “red social” en un tiempo mayor o menor que los lugares contados han sido ocupados por chilenos.
Porque en ese caso, también sería nuestra culpa.
José Terenzio
Post data: cuando emprendimos el regreso desde Catamarca hacia Buenos Aires, el viernes 4 de abril, nos enteramos en el Aeropuerto Felipe Varela, de
Los sábados, directamente, no hay servicio.
No solo eso, nos dejaron “a la buena de Dios”, dándonos como única opción viajar desde
En simultáneo iniciaremos una demanda por daños y perjuicios a la pésima empresa aérea mal manejada, evidentemente, que se limitó a “dar de baja” el servicio y sacar solo el vuelo a
“Alta en el Cielo” estará Aerolíneas, pero los pasajeros nos quedamos en el suelo.
El remis para trasladarse de aeropuerto, que pagamos todos los pasajeros, costó alrededor de $1.000.- son
Otro dato, uno más, del abandono del Estado Argentino hacia su pueblo. Así estamos.