En su habitual conferencia de prensa, Jorge Capitanich cuestionó hoy a "los sindicatos, medios de comunicación y partidos políticos que, frente a la defensa del interés soberano, están en defensa de los intereses de los fondos buitre" y sostuvo que "están bancados por los fondos buitre".
"Nunca hubo una división tan clara", aseveró el jefe de Gabinete de Ministros y enmarcó las informaciones difundidas por algunos medios de comunicación en relación al nivel de precios, al empleo y a los salarios en una "manipulación" que busca "inducir a un proceso de devaluación para que los bancos obtengan grandes ganancias a costa de todos los argentinos".
¿Está bien que un funcionario de la importancia de Capitanich haga una acusación tan grave y no presente evidencia de ello?
Hay una cuestión que es peor todavía, y es que el jefe de Gabinete adhiere de esta manera a la costumbre del kirchnerismo de acusar mediáticamente y no acudir a la Justicia. Ello le quita seriedad a cualquier señalamiento.
Cristina Kirchner suele pedir a los periodistas que hacen denuncias contra sus funcionarios, que lo hagan ante un juez. Pero en el Ejecutivo ello no sucede.
Si existiera una sola prueba que demostrara que los buitres le pagan dinero a periodistas, sindicalistas o políticos —Capitanich lo es, alguien tendría que decírselo— ya la habría mostrado por cadena nacional.
El gobierno hace muchas cosas buenas, pero las estropea cuando genera este tipo de gestos.