Daniel Scioli es hoy uno de los posibles presidenciables de cara a las elecciones de 2015. Según algunas encuestas, incluso está a la cabeza de las preferencias para suceder a Cristina Kirchner.
Muchos ven en su persona la continuidad de las políticas de derechos humanos del kirchnerismo y la revisión de los delitos de lesa humanidad perpetrados en la última dictadura militar por parte del Estado.
Sin embargo, hay un documento que lo complica respecto de su pasado. Corría 1990 cuando el por entonces empresario Scioli, con 34 años, se animó a recibir en sus oficinas de Callao y Santa Fe a la por entonces periodista de la revista Playboy Silvia Martínez Cassina.
En una extensa entrevista publicada en abril de 1990, que fue recuperada por el portal Nexofin, el actual gobernador bonaerense habló de todo: política, negocios, carrera deportiva y hasta de su por entonces novia, Karina Rabolini.
Sin embargo, uno los puntos más destacados de la charla es cuando Scioli se refiere a la última dictadura militar en Argentina y revela que fueron años que vivió “con mucha angustia, con temor, con ansiedad de que se terminara todo de una vez por todas ya que había mucha gente que estaba muriendo por ideales absurdos“.
Enseguida, según se lee en la nota, Scioli se corrige: “Bueno, no digo absurdos pero no tenían ningún sentido constructivo. Estaban los terroristas y los militares matándose unos a otros. Y en el medio los secuestrados. Era una cosa absurda”.
De inmediato, la periodista de Playboy lo interrumpe y le recuerda que hubo personas desaparecidas. Ante esta repregunta, el político respondió: “Tuve un hermano secuestrado. No sé. Es muy difícil tomar una posición a favor o en contra porque creo que en toda era debe haber habido injusticias, debe haber habido mucha gente que pagó con su vida las culpas de otros. No sé puede tener un concepto o una definición generalizada para esa situación tan delicada, porque en muchos casos, si las Fuerzas Armadas no hubiesen actuado, no sé hasta dónde habría llegado todo aquello”.
Por otro lado, también habló de su relación con el por entonces presidente, Carlos Menem. “Yo veo una gran predisposición del presidente Menem y veo que pone toda su voluntad, perocreo que por sí solo no puede hacer nada si los argentinos no tomamos conciencia y aprendemos a trabajar y dejar de lado la especulación para pedirle que todos los problemas los arregle el gobierno”.