El fiscal Alberto Nisman se levantó golpeado. Cuando se despertó el jueves 15 tenía varias líneas de fiebre y estaba abombado. En verdad, casi no había podido dormir durante dos noches consecutivas luego de acusar a Cristina Fernández de liderar un sofisticado plan delictivo para encubrir a los acusados de la voladura de la AMIA, pedir su indagatoria y embargarla a ella y a los demás acusados por 200 millones de pesos.

El día anterior había desfilado por programas de radio y televisión explicando su explosiva decisión judicial, que además de implicar a la Presidenta involucra al canciller Héctor Timerman; el piquetero Luis D'Elía; el líder de Quebracho, Fernando Esteche, y el camporista y amigo íntimo de Máximo Kirchner, Andrés “El Cuervo” Larroque.

“No dormí en toda la noche”, se excusó ante sus colaboradores y les avisó que se iba a quedar trabajando desde su casa para recuperarse del sacudón.

De un día para el otro Nisman se convirtió en una pesadilla para el Gobierno. El fiscal que había llegado a investigar el caso AMIA de la mano del ex presidente Nestor Kirchner y que solía ser elogiado por el oficialismo se transformó en el primero en pedirle una indagatoria a Cristina. Nisman jura que hacía años que venía trabajando en el escrito y que tiene pruebas contundentes basadas en escuchas telefónicas. Trata de hacerse el desentendido cuando le preguntan por el momento oportuno en el que hizo público el escrito. Pero lo cierto es que la decisión se da en medio de una guerra criminal de los espías del Gobierno y luego de que la Presidenta decidiera descabezar la cúpula de la ex SIDE. Y justo cuando la Casa Rosada se embarca en una feroz batalla con el Poder Judicial que ya se cobró el puesto de varios fiscales críticos. Además, el episodio se produce cuando el mundo todavía se encuentra movilizado por el atentado terrorista en la revista satírica Charlie Hebdo. La Argentina sabe de terror: en el atentado a la AMIA de 1994 murieron 85 personas.

Con la investigación de la AMIA, Nisman tejió relaciones con algunos personajes del oscuro mundo de la Inteligencia. Se hizo aliado de Antonio “Jaime” Stiuso, el espía más poderoso y uno de los que más investigó la voladura de la mutual judía. Stiuso es el mismo que hace un mes le dio una entrevista a NOTICIAS y que luego fue corrido por la Presidenta. El pedido de indagatoria que acaba de presentar Nisman sería uno de los motivos que habrían acelerado el desplazamiento de Stiuso de la ex SIDE.

Todos contra todos. “Preparate para lo peor. Para que digan cualquier cosa de mí en la radio y la televisión”, le dijo Nisman entre compungido y preocupado a su hija mayor unos días antes de tomar la decisión de llamar a indagatoria a la Presidenta y sus funcionarios. La adolescente lo tomó con mucha más calma que él y terminó tranquilizándolo. Nisman lucía una alta dosis de angustia.

Las motivaciones del fiscal son un misterio para los funcionarios del Gobierno y hasta para sus propios colegas. En el escrito acusa a Cristina, a ministros y dirigentes de negociar con Irán a través de canales diplomáticos informales un acuerdo comercial a cambio de desviar la causa AMIA y desligar a los cinco iraníes prófugos. En una de las escuchas el propio D'Elía blanquea el plan a al nexoe del régimen iraní en la Argentina,A Jorge Khalil:

“Te “Tengo un mensaje urgente del gobierno argentino para pasar allá urgente. Estoy en la Casa de Gobierno ahora. Necesito que hables con el Sheik. Mirá que es muy 'grosso' lo que tengo. Están muy interesados en cambiar lo de aquellos por granos y carne”. Y agrega: “La reunión fue porque lo pidió la jefa, ¡eh! Estamos al más alto nivel”.

A pesar del expediente y las escuchas hay una pregunta que es difícil de descifrar. ¿Por qué Nisman decidió citar a la Presidenta a indagatoria ahora? Justo en el medio de la feria judicial, cuando el Gobierno se enfrenta con la Justicia y en un contexto convulsionado por el atentado en París. “Es sencillo. Porque lo terminé de escribir ahora. Siempre pasa algo o hay campaña electoral u otra cosa. Tomé la decisión de presentarlo cuando lo terminé”, contesta Nisman, despreocupado, como si no acabara de llamar a indagatoria a la máxima autoridad del país.

Pero también hay otras versiones menos bondadosas que la que esgrime el fiscal y que explican en parte la urgencia de sus movimientos. Aunque Nisman lo niega, fuentes judiciales aseguran que el fiscal habría adelantado el regreso de un viaje por Europa para presentar el pedido de indagatoria. ¿Qué lo apuraba?

Nisman siempre se mantuvo cerca de los servicios de Inteligencia. En parte, por la investigación de la AMIA. Él mismo admite que tiene una buena relación con Stiuso y dice que el ex agente es el hombre que más sabe de la causa AMIA. Stiuso solía colaborar codo a codo con el fiscal. El agente, además, fue quien le abrió algunos contactos con la CIA y el Mossad, los servicios de inteligencia de los Estados Unidos e Israel que colaboraban con la investigación. Nisman habla con naturalidad de su relación con el espía: “Con Stiuso discrepábamos en muchos aspectos. Él venía con informes que a veces parecían muy verosímiles y yo le decía: 'Perfecto, ¿y las pruebas?'. Y Stiuso me respondía: 'Es de un informante que tengo infiltrado en tal lugar'. Esas personas no podían declarar y por eso muchas pruebas no se judicializaron. Pero acá no hay ninguna operación”.

Lo cierto es que la colaboración del espía con Nisman en el reciente llamado a indagatoria de Cristina explica la furia presidencial con la ex SIDE y el ingreso en la secretaría de Oscar Parrilli y Juan Martín Mena para tratar de normalizar el desbande de los agentes.

Al menos desde mediados de diciembre pasado, la Presidenta estaba al tanto de que Nisman redactaba en secreto el pedido de indagatoria. La fecha coincide con los cambios en la ex SIDE. Un dato más: Mena, el número dos del organismo, fue el principal defensor jurídico del pacto con Irán que ahora cuestiona Nisman y es un estudioso del caso AMIA.

La caída en desgracia de “Jaime” Stiuso también habría debilitado la posición del fiscal, que desde hace un tiempo venía escuchando versiones acerca de que la hiperkirchnerista procuradora general, Alejandra Gils Carbó, quería echarlo de su cargo. El propio Nisman reconoció ante algunos de sus colaboradores que la procuradora buscaba correrlo. A esta altura, no es descabellado pensar que el apuro por volver de su viaje por el exterior esté relacionado con la posibilidad de perder su puesto.

¿O acaso Nisman también está jugando a favor de un sector de la ex SIDE? Esta tesis es la que sostienen en el Gobierno. Creen que Nisman utilizó el pedido de indagatoria para presionarlos en el medio de la batalla contra la Justicia. Y de paso, para salir a terciar a favor de Stiuso en la interna de los espías. Por ahora, “Jaime” no fue echado de la Secretaría de Inteligencia. Apenas fue corrido de su cargo de director de Operaciones de Contrainteligencia. Guarda demasiados secretos.

El Gobierno está dispuesto a ir a fondo contra Nisman. Además del ataque verbal de todos los funcionarios, no descartan castigos y hasta llevarlo a jucio por supuestos excesos en la investigación sobre la causa AMIA. No sale barato meterse con la Presidenta.

Vida Zen. Inhalar, retener el aire y exhalar. Nisman lo intenta a diario desde que se sumó a los cursos de la fundación new age con raíces hindúes El Arte de Vivir, por donde también pasaron Marcelo Tinelli, Reina Reech y Agustina Kämpfer, la ex del vice Amado Boudou. El fiscal, que hoy está en la mira del Gobierno, adoptó las sesiones de respiración después de abandonar la terapia psicoanalítica hace unos años. Hoy Nisman cumple a medias con las técnicas de El Arte de Vivir, solo cuando su agenda se lo permite.

En las últimas horas su rutina se transformó por completo. Su teléfono no para de sonar y tuvo que espaciar sus sesiones de elíptico en el gimnasio de su edificio en Puerto Madero. Hace algunos años que ya no puede correr por una dolencia en la zona lumbar y elige los aparatos que evitan impacto. El ejercicio es una de las formas que encontró para descargar tantas tensiones. Hoy, el relax parece una tarea casi imposible después de haber pedido la indagatoria de Cristina.

El fiscal nació en un hogar de clase media alta donde nunca le faltó nada. Su padre era un empresario textil que le garantizó el acceso a la Universidad de Buenos Aires. Mientras estudiaba abogacía trabajó como meritorio en Tribunales. Estudioso y aplicado, rindió la mitad de las materias como libre y tuvo un promedio de 8.

Nisman jura que no tiene miedo, pero admite que le preocupa la seguridad de su familia. Estuvo casado con la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, pero se separó hace tres años y medio. Ella es la madre de sus dos hijas. Tras la separación, Arroyo Salgado se quedó en la casa familiar y Nisman se mudó al lujoso edificio Le Parc de Puerto Madero. “Alquilo ahí porque la casa en la que vive mi ex esposa no se vendió”, dice.

Nisman cobra 100.000 pesos mensuales y, como los jueces, está exento de pagar el impuesto a las Ganancias. Su salario es uno de los más altos en la función pública. Incluso gana más que la Presidenta.

Los vínculos con la ex SIDE no son exclusivos del fiscal. Su ex, Arroyo Salgado, también es señalada como una jueza cercana a los servicios de Inteligencia. En el juzgado que maneja se tramitaron varios expedientes sensibles para los espías. El de mayor impacto fue el que investigó una red de espionaje que se encargaba de hackear los mails de políticos, empresarios y celebrities para venderlos al mejor postor. En esa causa procesó al periodista Carlos Pagni, el ex jefe de la SIDE Juan Bautista “Tata” Yofre y al empresario de medios Néstor Ick, entre otros.

La ex de Nisman fue nombrada por Kirchner en el 2006 para estar al frente del juzgado federal de San Isidro. Hay quienes recuerdan que fue clave el lobby de su marido ante la Casa Rosada. Nisman se defiende: “Salió primera en el concurso y, cuando me preguntaron, yo les dije que era mi mujer”.

Carrera. Su primer contacto con la intrincada causa AMIA fue en 1997. Lo convocaron los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, hoy procesados por el pago de una coima de 400.000 dólares al desarmador de autos Carlos Telleldín para direccionar su testimonio en la investigación del atentado de 1994. Ambos fiscales le pidieron a Nisman que se sumara al equipo porque ya tenía tres años de experiencia como fiscal en juicios orales. “Cuando yo llegué a la causa AMIA, ya había pasado lo del pago”, explica. Jura que no tuvo nada que ver con la coima al reducidor.

Fue su llegada a la causa AMIA la que provocó el primer contacto con Stiuso. “Es el hombre que más sabe de la causa”, dice Nisman, aunque niega que su vínculo trascienda lo laboral. “Nunca fui a comer con él, no tenemos relación por fuera del expediente”.

Fue Néstor Kirchner quien decidió crear la Unidad Fiscal AMIA en el 2004, un cuerpo especial dependiente de la Procuración General que tenía el objetivo de jerarquizar la investigación. También fue Kirchner el que le sugirió trabajar con Stiuso, hoy corrido de su cargo en la ex SIDE. “Kirchner me dijo que Stiuso me iba a ayudar, pero yo ya lo conocía”, sostiene con picardía. Hoy, Nisman tiene siete colaboradores de extrema confianza en la Unidad AMIA. Con buena parte de ellos trabajó en secreto en el escrito contra la Presidenta.

El fiscal, que fue elegido por Kirchner, ahora se esfuerza por marcar una distancia con el Gobierno. “No recuerdo la última vez que vi a un funcionario. Deber haber sido el ministro de Justicia, Julio Alak, entre tres y cinco años atrás”, dice. “A Cristina la vi el día que declaró como testigo en el juicio oral. Y también la vi hace cinco o seis años en una de las cenas anuales que hace la AMIA”, recuerda.

Durante la primera parte del kirchnerismo, Nisman solía conversar con el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández. También construyó una relación con Aníbal Fernández, quien como ministro del Interior tenía a su cargo la relación con Interpol. En las últimas horas, Alberto lo defendió y Aníbal no. Dijo que la denuncia era ridícula y lo relacionó con una operación de Stiuso para dañar a Cristina.

En algún momento, el nombre de Nisman sonó para ocupar el cargo de procurador general, el jefe de los fiscales. Fue luego de que Esteban “Bebe” Righi tuviera que renunciar a ese cargo tras las acusaciones del vice Amado Boudou en el marco del caso Ciccone. En la Justicia deslizan que habría sido el propio Nisman quien operó sin éxito para trepar hasta ese cargo, pero él lo desmiente. “Me hubiese encantado, pero no me candidateé”, sostiene. Quien terminó ocupando la vacante es su hoy jefa directa, Alejandra Gils Carbó, que se enteró de la novedad sobre Cristina por la televisión el miércoles 14. Un mes atrás, ambos habían mantenido una charla amigable, aunque la relación no es buena. Gils Carbó lo llamó para preguntarle si quería incrementar su seguridad personal. Fue luego de que lo amenzaran por la investigación de una causa vinculada al expediente AMIA. Nisman rechazó la propuesta, pero lo cierto es que cuenta con un equipo de custodios permanente y que él mismo realizó cuatro denuncias por amenazas en diferentes juzgados federales. “Mi hija escuchó una de las amenazas que dejaron en el contestador. Todas dicen 'cuidate'”, cuenta. A pesar de esas presiones, jura que no tiene miedo.

Ya dio el primer paso. Pidió la indagatoria de Cristina y sabe que la respuesta será fuerte. No puede volver atrás (Revista Noticias-junto a Francisco Zoroza).