Título para Latinoamérica: Papeles en el viento. 

Título original: Papeles en el viento.

Dirección: Juan Taratuto - Guión: Juan Taratuto y Eduardo Sacheri / basado en la novela de Eduardo Sacheri.

Género: Comedia dramática - Apta para mayores de13 años.

Reparto: Diego Peretti (Fernando), Pablo Echarri (Mauricio), Pablo Rago (El Ruso), Diego Torres (Alejandro “El Mono”), Cecilia Dopazo, Paola Barrientos, Cacho Buenaventura, Daniel Rabinovich.

Productora: Concreto Films- Edición: Pablo Barbieri Carrera.

Productores: Juan Taratuto, Dolores Llosa, Axel Kuschevatzky, Mariano Suez.

Fotografía: Javier Juliá - Música: Iván Wyszogrod.

Distribuidora: Buena Vista Internacional - Montaje: Pablo Barbieri Cabrera.

País: Argentina - Año: 2014 – Duración: 99 min. Estreno Argentina: 08/01/2015.

Una deontología de la amistad que borra escollos y conceptualiza valores. El metraje es una metáfora de la lealtad más allá de la muerte, donde la revalorización de la palabra y la liturgia de los recuerdos, vuelven para aleccionar. No es poco.

Papeles en el viento (2014), es la adaptación de la novela homónima de Eduardo Sacheri (2011). El autor, y su facilidad para crear personajes entrañables y contar historias que llegan y movilizan. ¿El problema? Adaptar un dispositivo inmóvil literario, a la pantalla grande del cine. Las 424 páginas de la novela inmutable, y su paso a la narración dinámica y sonora con actores. No siempre se logra el mismo éxito.

Primera apertura de plano, lenguaje y prosa futbolera: un grupo de amigos en un auto intercambiando precisiones de jugadores de ayer, de hoy y de siempre, del Club Independiente de Avellaneda. Y a contraplano, se inscribe el título del film. Un recurso inteligente, que ilustra a la platea el futuro de la cinta. El fútbol como excusa de la unión fraterna. Un travelling generoso de la cámara en el estadio del equipo rojo, satisface la demanda de oxígeno narrativo de la trama.

La historia, cuatro amigos entrañables y peculiares: Diego Peretti (Fernando), Pablo Echarri (Mauricio), Pablo Rago (El Ruso), Diego Torres (Alejandro “El Mono”). Tras una enfermedad terminal, este último fallece. Por iniciativa de Fernando, deciden hacerse cargo de la hija del “Mono”. El dinero para sus estudios, y los diversos estipendios que necesite estará a buen resguardo gracias a la expertez de este intrépido grupo de impresentables.

De la noche a la mañana, se convierten en manager de Pittilanga. Un jugador de fútbol del interior del país, cedido a préstamo a un club de poca monta de Santiago del Estero. Deberán realizar “una singular tarea” de <Management & Marketing Deportivo>, así ponerlo en valor y transferirlo a escala millonaria. Todo un desafío. Son los momentos histriónicos del relato, donde este trío de buenos para nada, hacen las delicias del público.

La trama hunde género en la intriga y la estafa, y por otro en una dramaturgia bucólica simplista. Pero dramaturgia al fin. Es la vertiente emotiva sobre la deportiva. El deporte como instrumento de narración y por qué no, como manipulación literaria. Los protagonistas, asumen como propio aunque sea por un instante, el sueño “del poder” de empresarios del deporte. Vender a Pittilanga, mediante una estrategia poco clara, para garantizar a la niña la educación privada de excelencia.

El tándem Peretti/Taratuto goza de buena salud. Sus comedias son existosas y taquilleras. Recordados por: La reconstrucción (2013), ¿Quién dice que es fácil? (2007), No sos vos, soy yo (2004). Peretti, es la debilidad de director y su fetiche. En esta oportunidad, no pudo colorear o profundizar una historia que se agota al promediar el metraje.

Con historias intertextuales que no cierran en la cancelación del film, poco sabemos de los testimonios secundarios de los protagonistas; la resolución de esos conflictos. Los clímax de cada protagónico se disipan por la felicidad de la hija del Mono.

El guión se representa mediante montajes ideológicos y descriptivos. Un falshback (escena retrospectiva /conector de tiempo y espacio), nos ayuda a comprender la vida del Mono y sus amigos. La imagen cristalizada de la mesa del asado del fin de semana, como muestra del pensamiento intimista. La construcción de la épica futbolística es costumbrista: la estética de los “buenos muchachos de barrio”, como complemento de sus actos. Todo se legitima mediante la inflexión burguesa de la imagen.

Una advertencia: La pretendida misoginia del guión, que hace reflexionar al grupo de amigos en detrimento de las mujeres, ¡son niñerías! Los gags sobre el sexo opuesto son universales, y no por eso la cosifica y discrimina. Es inteligente observar en el cine a la platea femenina: las carcajadas por las ocurrencias de Diego Peretti ante una Cecilia Dopazo absorta. Un parlamento delicioso, cuasi existencialista Touché!

Así es la amistad, en cualquier género que se la describa. Siempre brinda historias para abrevar y contar. Más allá del éxito de una comedia costumbrista sin pretensiones de cenicienta, el metraje vale la pena. La industria necesita apoyo del público, al menos, así hay progreso y experimentación.

Diego Peretti: lo más sólido de un cuarteto loser. Una propuesta narrativa simple contada con estética televisiva
 

Gustavo Contarelli

Puntaje del film: 3 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Diego Peretti 5 Tribunas

Referencias: 

5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima