¿Qué está pasando que media docena de financistas desaparecieron o fueron asesinados en los últimos meses? ¿Es una casualidad o un síntoma de época?
Uno de los últimos casos es el de Hugo Díaz, dueño de compañías de servicios de ambulancia y “cuevero” en el microcentro porteño, sobre cuyo paradero nada se sabe después de que dejara estacionado su automóvil y jamás llegara a su oficina, el lunes pasado.
Díaz llegó ese día por la mañana al estacionamiento situado en la intersección de Lavalle y Florida, distante a unos pocos metros de la oficina, en Florida entre Lavalle y Corrientes, donde funcionaba una financiera.
El juez de instrucción Manuel De Campos dio trámite a una acción de hábeas corpus presentado por la familia del financista, pero los resultados de esa búsqueda arrojaron resultado negativo.
Dos semanas atrás, la casa en la que viven, en la ciudad bonaerense de Lanús, fue baleada por desconocidos, en un episodio que investiga la justicia provincial, aún sin resultados positivos.
En febrero de 2013, hallaron muerto a Jorge Suau de 49 años: era uno de los directivos de la “financiera CBI buró de negocios”. El cadáver estaba parcialmente quemado en su camioneta Toyota Hilux.
El caso se suma al de Miguel Ángel Grafiggna, el financista que fue hallado muerto con un tiro en la cara dentro de su auto en junio de 2013.
En diciembre del mismo año, encontraron asesinado a Alfredo Pesquera, también “cuevero” trucho. Fue hallado en el interior de una camioneta BMW. Tenía pedido de captura internacional. Se hizo conocido cuando fue imputado por la muerte del cantante Rodrigo, en el año 2000.
En octubre de 2014 fue el caso de Damian Stefanini, desaparecido hasta el día de hoy y también dedicado al mercado negro de capitales.
El mismo año, pero en diciembre, apareció muerto Mariano Benedit, al igual que Stefanini vinculado a sectores financieros de la bolsa, algunos dicen con sectores bursátiles narco-peruanos.
¿Será que un grupo de poder está en retirada y no quiere dejar cabos sueltos? Solo una pregunta.