"A las 4: AM del domingo 25 de junio de 1950, las fuerzas norcoreanas del general Chai Ung Chai cruzan el paralelo 38 que separa a las dos Coreas. Ha comenzado la guerra que durará 30 meses, hasta el 27 de julio de 1953, la primera vez que la bandera de paz de la ONU se convierte en bandera de combate" (Las guerras de la postguerra: 1945-1960, de José Fernando Aguirre, Argos Vergara). Así comenzaba el primer conflicto armado de la Guerra Fría, a solo cinco años del fin de la Segunda Guerra Mundial. Durante esos tres años, los EEUU, China y la entonces URSS utilizaron la península coreana como campo de experimentación de armas, efectivos y tácticas militares. "Por una de las crueles ironías del momento, el conflicto de Corea, pese a los muertos, a la ruina y a la devastación, es uno de los capítulos de la guerra fría. Van a enfrentarse los dos bloques, pero así como los occidentales marchan a banderas desplegadas, comprometiendo en la aventura a países tan alejados como Etiopía, Turquía y Grecia, los rusos permanecerán "neutrales", lanzando por delante a los chinos, que en definitiva van a ser los vencedores morales de esta contienda" (obra citada). Recién cuando cayó el imperio soviético, se supo que Stalin había enviado como apoyo a su aliado coreano del norte, pilotos veteranos de la guerra mundial que mantuvieron a raya a los estadounidenses durante meses.
El final de este enfrentamiento derivó en un armisticio, por medio del cual se cumplían las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que solicitaba la ayuda de sus miembros para que Corea del Norte se retirase del sur. La falta de un vencedor claro, sería la piedra de toque para futuros enfrentamientos en la frontera que separa a estos dos países.
¿La próxima cruzada de Bush?
El cowboy petrolero oriundo de Texas está empantanado en Irak, pues sus secuaces han admitido que están librando una guerra de guerrillas que no estaba en sus planes. Entonces, como se le viene encima las elecciones presidenciales y la economía está estancada, posó su mirada en el otro cuco coreano del norte.
Pero Corea del Norte no es Irak. Este país asiático, aunque esté afrontando una pésima situación económica, posee algunos juguetes muy peligrosos: "El gobierno de Corea del Norte anunció que tiene suficiente plutonio como para fabricar 6 bombas nucleares. La CIA, a pesar de las tareas de espionaje que realiza en la región, no puede constatar la información. Esta vez, George W. Bush deberá reflexionar antes de atacar. Otro error, como el que cometió acusando a Irak de haber comprado uranio a Níger, sería inadmisible" , según anunció un despacho de Urgente 24 el miércoles 17 de julio. En una información anterior de la misma fuente, fechada el 26 de marzo, se hacía constancia que:
"Ocurre que Corea del Norte acusó a Japón de ponerse al servicio de un eventual ataque preventivo norteamericano y de una guerra nuclear contra Corea del Norte. Lo cierto es que esta denuncia se hizo pública luego de que USA designó a Corea del Norte como el próximo objetivo luego de la guerra de Irak.
"Si las fuerzas norteamericanas siguen arrastrando a la Península Coreana al borde de la guerra como sucede actualmente, en violación grosera del acuerdo de armisticio, el ejército popular coreano no tendrá más alternativa que tomar nuevas medidas importantes en lo que respecta al armisticio, para su propia defensa", anunciaron fuentes gubernamentales de alto rango norcoreanas a la agencia de noticias KCNA.
Mientras tanto, los oficiales norcoreanos y del ejército estadounidense continuaron reuniéndose en la aldea fronteriza de Panmunjom para discutir cuestiones relativas al armisticio que puso fin a la Guerra de Corea. El problema es que Pyongyang teme que Corea del Sur aproveche la guerra de Irak en su propio interés e incremente la tensión en la península para lograr la apertura de negociaciones con USA sobre su programa nuclear. Entonces, Corea del Norte advirtió a Japón que podría reanudar sus disparos de misiles congelados, si Tokio lanzaba satélites espía y se unía al proyecto estadounidense de escudo antimisiles.
No es casual que tras los sucesos del 11 de septiembre, Tokio se haya proclamado a favor de USA en la Guerra contra Afganistán. Sin embargo, cuando comenzaron los roces económicos, se produjo una distancia considerable entre ambos países. El primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, aseguró que la estrategia militar y económica, estaría contemplada dentro de un plan de política exterior, que garantizaría protección a Japón.
Lo cierto es que USA puede ser aliado de Japón cuando se trata de asuntos exteriores, pero no en el ámbito económico. El obstáculo para lograr una verdadera alianza entre Washington y Tokio, es que ambos tienen los mismos intereses y son competidores en el mercado.
De todas formas, la alianza puede ser muy valiosa para ambas partes, siempre y cuando respeten sus intereses económicos. No obstante, para que la coalición funcione, deberán en principio, dejar de lado todos los fantasmas y mitos que debilitarían la sociedad.
Es decir que los resabios de la Segunda Guerra mundial; las dos bombas nucleares de Hiroshima y Nagazaki como también los bombardeos a la base de USA en Pearl Harbour, deberían ser sepultadas en el pasado en función de concretar los objetivos conjuntos sin resentimientos.
Hace más de 6 meses que 100.000 soldados de USA están en la península coreana, en guardia, por si se desata el conflicto latente hace 6 meses en la región asiática que alberga 12 de las principales economías a nivel mundial. Ocurre que Corea de Norte teme que al haber congelado el programa nuclear en 1994, haya sido un error.
Entonces, las ambiciones nucleares nunca pudieron ser abandonadas del todo. Quizás motivados por el honor, el miedo o la agresión en forma defensiva, justifican la amenaza de la paz mundial. "Se defienden" de USA, Corea del Sur y Japón, que han vulnerado su soberanía en el pasado".
Los dados están echados, Bush hijo tendrá que pensar dos veces si lanza unos "ataques preventivos" contra el último régimen stalinista del planeta. Es una incógnita como reaccionará China si esto sucede, teniendo en cuenta que Corea del Norte fue un aliado de peso en la contienda de 1950-1953. Ciertamente que los tiempos cambiaron, pero se deduce que una respuesta nuclear norteamericana a los norcoreanos no sería muy agradable para los chinos.
Además, se descuenta que un ataque nuclear a Corea del Norte provoque una respuesta similar de estos sobre su vecino del sur.
Entonces, la zarabanda que sobrevendría sería apocalíptica. Y, como sucede en estos casos, con un final incierto cuyas consecuencias a futuro serían más que impredecibles.
Fernando Paolella