La total decadencia de este gobierno se nota cada día más, sus planes y acciones de permanencia son cada vez más obvios y hasta se puede decir ordinarios, carentes de posibilidades de triunfo y hasta mostrando las cortinas de humo de distracción para esconder las verdaderas trampas.
Lo llamativo es que teniendo a un “gran equipo de pensadores intelectuales”, sus planes sean tan poco originales y sin la perfección que se esperaría para que resulten efectivos, da la impresión que tienen un total desprecio de las capacidades e inteligencia del futuro Gobierno.
La impunidad es la mayor aspiración de un gobierno totalmente corrupto, pero tenerla o lograrla no es tan simple, especialmente si no se puede continuar siendo un gobierno despótico. La salida más rápida es tener fueros y dominar más de un cuarto de los diputados para evitar los pedidos de juicio político, desafuero y destitución, pero no es la más segura, tiene sus riesgos y es proporcional a los daños y heridos que dejaron en su gestión. Es este caso son muchos y algunos pensarán en cobrarse lo adeudado de la peor forma posible aprovechando que ya no gozan de protección alguna.
La solución de tener únicamente fueros no es saludable, máxime si se aprueba esa triste idea de hacer que los delitos de corrupción y traición al estado sean imprescriptibles, ¿hasta cuándo deberían tener fueros, 20, 30, 50 años? ¿Y si alguien logra hacer que las bancas puedan ocuparse solo por dos períodos? ¿Qué hacer sin el poder del gobierno y sin fueros ? Realmente el futuro se está poniendo muy negro para muchos.
Sin embargo, no todos son solo corruptos, hay algunos que realmente piensan y planifican, y han encontrado una posible solución, que si bien no es original y ya se ha ejecutado en otra oportunidad con notable éxito, es posible repetir. El problema es que los ejecutores son mediocres, los tiempos distintos y las motivaciones totalmente diferentes.
¿Cuál sería la solución? La invasión de la Argentina.
Parece una locura pero no se trata, en este caso, de la ocupación territorial con tropas y la destitución del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales, nada de eso, se trata de invadir, ocupar todos los poderes y organismos públicos con partidarios del gobierno saliente y seguir manejando desde las sombras el Estado nacional.
“¡Es una idea estúpida que no puede funcionar!”. Lamentablemente así pensaron varios gobiernos que fueron ocupados legalmente y luego eliminados. Los ejemplos más notorios, uno porque se realizó y el otro que pudo evitarse son los de Austria y Uruguay.
El plan de invasión nazi al Uruguay, fue ideado por inmigrantes alemanes partidarios del nazismo, apoyados por el gobierno alemán y la embajada alemana en Montevideo, desarrollado durante fines de la década de 1930 y principios de la de 1940.
El plan de invasión nazi al Uruguay, formó parte de un plan mayor de penetración o infiltración nazi hacia el exterior de Alemania. Una invasión lenta, copando los puestos claves del Estado a ser conquistado, como ocurrió con Austria, donde la Quinta Columna desde 1933 hasta la invasión fue tomando los puestos de mando del país.
La toma de Uruguay y luego de América del Sur, se sustentaría en el elevado número de inmigrantes alemanes afiliados al NSDAP en la región. Según Fuhrmann, quien elaboró un borrador de plan para la toma del Uruguay, la estadística de hombres alemanes residentes era: Argentina 80.000; Uruguay 8.000; Paraguay 15.000; Bolivia 12.000; Chile 20.000; Brasil 100.000.
Los “Stutzpunkt”
La quinta columna nazi en el Uruguay, se estableció en “Stutzpunkt” o Puntos de Apoyo, todos organizados de forma similar: un Jefe Local del Stutzpunkt; un Jefe de Propaganda encargado de las películas, radio, cultura y prensa; un Director de la Oficina de Instrucción; un Jefe de Células; un Jefe de la Organización de Mujeres; y un Jefe de la Organización de Beneficencia. Todos los Jefes Locales dependían directamente del “Gauleiter”, el Sr. Julius Dalldorf, quien se desempeñaba como secretario de prensa de la embajada alemana.
Los GAU eran divisiones políticas por regiones en Alemania, para su control político por parte del NSDAP. El “Auslandsorganisation der NSDAP” era el GAU exterior, a cargo de Ernst Wilhelm Bohle y bajo órdenes directas de Rudolf Hess, Jefe del Partido en Alemania desde 1933.
Los “Stützpunkt” en el Uruguay eran: la escuela en barrio Peñarol, Montevideo (Jefe: Federico Rotz); Paysandú (Jefe: Dutine); Salto (Jefe: Fuhrmann) y Río Negro en Rincón del Bonete (Jefe: Schmidtlein).
Las Tropas de Asalto
Las Tropas de Asalto locales, alias Sturmabteilung o SA, se dividían, al igual que en Alemania, en Brigadas, Estandartes y Secciones, lo que correspondería en un ejército regular a Divisiones, Regimientos y Companías. Sólo en Montevideo, la capital de Uruguay, estableció 38 células, más otras tantas en otras ciudades del país. Tenía como jefes a Julio Holzer y a Rudolf Patz. Julio Holzer, ciudadano alemán, llegó al Uruguay en 1934 como Agente comercial de la aerolínea brasileña Sindicato Cóndor, luego subsidiaria de la aerolínea alemana Lufthansa. Fue Jefe del Distrito hasta 1935, y luego de unos meses de entrenamiento en la Alemania nazi, se desempeñó como “SA-Truppfuhrer”, Jefe de las Tropas de Asalto locales en Uruguay. En 1935 viajó a Alemania y brindó, en el Palacio de los Deportes, la conferencia “El movimiento Hitleriano en la América del Sur”, Asistieron a ésta altos dirigentes de las SA, incluyendo al Dr. Goebbels.
El entrenamiento de las tropas de asalto consistía en campamentos por un día o dos, en distintos puntos de la República, hasta donde se trasladaban en camiones rentados o en tren. Allí se realizaban ejercicios varios, tanto gimnásticos como militares, reconocimiento con mapas y orientación, avance de tropa por el monte y barro, sin armas, con uniforme de la SA y bajo estricta disciplina militar.
Propaganda nazi
Paquetes de folletos de propaganda nazi, impresos en Alemania y en idioma castellano, ingresaban al Uruguay protegidos por la inmunidad diplomática de que gozan las embajadas extranjeras. Los folletos versaban sobre discursos contra Roosevelt, presidente de los Estados Unidos de América, presentándolo como un abanderado de la guerra y futuro invasor de Europa, en contraste a Hitler, “campeón de la paz” según la propaganda nazi.
Arnulf Fuhrmann
Fuhrmann fue un alemán que a fines de la Primera Guerra Mundial se instaló en Salto (seguramente huyendo de una Alemania destruida social y económicamente para arribar a un Uruguay estable en los mismos aspectos, transformado por el Batllismo) para dedicarse a la agricultura y la fotografía.
En febrero de 1937 fue contratado como administrador por el diario salteño La Campaña, órgano de prensa del Partido Ruralista.
Un mes más tarde fue designado director. Fuhrmann se mostró sumamente enérgico con la administración del diario, creando nuevas secciones, consiguiendo más avisos publicitarios y aumentando el número de páginas. A su vez, comenzó un intenso activismo social, oficialmente en nombre del diario, pero en realidad con otras intenciones. En marzo de 1937, la colonia alemana en Salto creó el Centro Cultural Germano - Uruguayo, del que Fuhrmann fue elegido presidente.
Dos meses más tarde, participó de la conmemoración de la proclamación del Imperio Italiano por parte de Mussolini. Cabe destacar que en aquella época no estaba mal visto ser fascista o nazi. De hecho, el Ministerio del Interior autorizaba a los alemanes a celebrar el cumpleaños de Hitler y a izar la bandera alemana ese día, así como los italianos podían festejar también fechas vinculadas al régimen totalitario de su país. En julio de 1937 Fuhrmann dejó de ser el redactor responsable de La Campaña para, según el diario, "dedicar sus energías a otras actividades". Fuhrmann estaba casado con la viuda de Federico Jungblut, propietaria de Foto Clave, una casa de fotografía en Salto. Una vez fuera de La Campaña, se dedicó por completo a la fotografía y al activismo nazi. Comenzó a distribuir panfletos antisemitas, y se lo señaló como líder de un grupo nacionalsocialista que militaba en Salto y en la vecina ciudad de Concordia, en la Argentina. Salto se volvió un punto de entrada de material propagandístico.
El plan
Fuhrmann consideraba que, como Bélgica y Francia, Uruguay sería un estupendo trampolín para invadir los países vecinos (Argentina y Brasil). El plan estipulaba que la invasión terminaría en quince días, y que el Putsch (Golpe de Estado) sería sumamente rápido. Se daba por sentado que ninguna fuerza haría resistencia.
Las tropas de ocupación se organizarían de la siguiente manera: 2 regimientos con artillería y caballería en Montevideo, 2 compañías en Colonia del Sacramento, Fray Bentos, Paysandú, Rivera y Artigas, y un batallón en Salto y Bella Unión. A continuación, el plan se pondría más siniestro: de los dos millones de habitantes del Uruguay de aquel entonces, habría que exterminar enseguida a los judíos, los caudillos políticos y los masones. Finalizado este paso, de inmediato se encauzaría la organización del país como colonia alemana de campesinos.
Los cabecillas nazis tenían una jerarquía paramilitar de las SS y la Gestapo, cada uno con una misión específica, a saber: Julio Hotzer (comandante de las fuerzas de asalto), R. Meissner y Konas (instructores de las fuerzas de asalto), Otto Kleing (encargado de la toma de las zonas industriales), Rudolf Patz (Jefe de la Quinta Columna) y Arnulf Fuhrmann, por supuesto, el Jefe Supremo o "Pequeño Fürer".
El fracaso
Mientras, la prensa comenzó una intensa campaña de denuncia ante el peligro nazi. Por ejemplo, el diario Tribuna Salteña publicó que “Salto es escenario de una intensa campaña nazi” y que “Es necesario expulsar a todos los agentes del nazismo”. En 1941, mientras Hitler invadía la URSS, el diputado socialista José Cardozo, seguramente afectado por las advertencias de la prensa y por la invasión nazi del entonces único país socialista del mundo, propuso al Parlamento la realización de una investigación. Se incautaron más de 2.000 documentos, se arrestó a una docena de implicados y se requisaron apenas seis ametralladoras livianas. Al parecer, el peligro de invasión no era inminente. En Salto, se allanó Foto Clave y la residencia particular de Fuhrmann, y a los pocos días, se lo capturó y se lo trasladó a Montevideo.
La Suprema Corte de Justicia de Uruguay liberó a Fuhrmann y a los otros detenidos por un pedido extra oficial del presidente Alfredo Baldomir. Al parecer para no alterar las relaciones entre Uruguay y la Alemania Nazi.
Mientras el Estado uruguayo se enteraba del plan de invasión, Fuhrmann fue detenido en Concordia y trasladado a Buenos Aires para que diera explicaciones por otro plan de conquista, esta vez de la Patagonia. Como no se encontraron motivos para detenerlo y la justicia uruguaya lo solicitaba para declarar ante el Magistrado, fue devuelto a Uruguay. El hecho tuvo varias repercusiones. Para Tribuna Salteña, era “Un megáfono ambulante de propaganda del nazismo”, Para El País, era “El Jefe Supremo del vasto movimiento nazi que se realizaría en el territorio sudamericano”.
En febrero de 1944 se dictó sentencia (el proceso había comenzado en 1941). De todos los complotados, Fuhrmann fue el que recibió el castigo mayor: doce años de prisión. En noviembre de 1946, con motivo de la visita anual de cárceles, Fuhrmann y sus seguidores fueron liberados, por buena conducta.
Es posible que no todos los políticos conozcan esta parte de la historia del Río de la Plata, pero lo que parece seguro es que muy pocos le den la importancia que tiene, sabiendo que el FpV y sus organizaciones colaterales se encuentran desarrollando un sistemático plan de copamiento de los organismos públicos, en especial de la justicia con sus militantes de “Justicia Legítima” y el actual intento de colocar un partidario en la Suprema Corte de Justicia, pese a que el individuo no reúne los requisitos legales exigidos. No hay lugar donde no hayan pretendido colocar a su gente, que hoy les son fieles y mañana nadie sabe.
Milagro Sala tiene en el noroeste un considerable grupo de militantes armados, en Buenos Aires Luis D'Elía y Fernando Esteche tienen gente, en el sur se habla de un grupo manejado por los amigos de Máximo y en Formoza algo manejado por el gobernador, mejor dicho por el Secretario de Seguridad
Se estiman las fuerzas de choque K en unos 2000 efectivos bien armados, y otros 5000 “choripaneros” mal armados y sin instrucción militar, al mando de viejos terroristas y treintañeros “jóvenes idealistas”.
Son muy pocos para un país tan grande como el nuestro, les faltarían unos 60000 efectivos más para comenzar a preocupar, ni el propio César Milani puede asegurar que el 100% del Ejército lo apoyaría para sostener al gobierno contra la voluntad popular, sería un suicidio y todos recuerdan a Mussolini.
Este plan (que tiene casi todas las características de Carlos Zannini) para que triunfe debe lograr que: 1) No sea del conocimiento público. 2) Que el gobierno que le siga sea igual o más corrupto que ellos para poder negociar. 3) Que los nombramientos realizados en los últimos 3 años no sean tocados.
El tercer punto es el más delicado y se espera que no se pueda destituir a los militantes nombrados aduciendo que fueron legalmente nombrados y se debe respetar la ley. Especulan en que en la oposición hay muchos que son legalistas y pocos que son realistas, donde la legalidad debe dejarse de lado por el bien común. Es por eso que no quieren que se hable de la CONADEP de la corrupción ya que ésta solo puede ser efectiva si antes se limpia de 5° columnas a todo el gobierno entrante y los organismos públicos.
Todo marcharía sobre ruedas si nadie pone el grito en el cielo y encuadra este plan como “Traición a la Patria, a la Democracia y al sistema Republicano”, entonces todos estos militantes de ocupación pasarían a ser cómplices y sería posible destituirlos, encarcelarlos y juzgarlos de inmediato. La extracción de un tumor maligno implica una cirugía mayor para salvar al enfermo y se derrama sangre lamentablemente.
Al Uruguay lo salvan en 1941 la prensa libre (comenzó el diario Tribuna Salteña), un político que no tuvo miedo y la Justicia Uruguaya que no estaba dominada por los partidarios nazis. No es raro que aquí se quiera dominar y manejar todos los medios de comunicación y también el poder Judicial
No está todo perdido, y el dar a conocer lo que quieren hacer, es fundamental en este momento, luego vienen las destituciones con todo lo que implica la traición a la patria.
Si lo que se expone no es cierto, ¿por qué esa descomunal catarata de nombramientos de militantes K en puestos claves? ¿Por qué han desaparecido tantas armas y municiones últimamente? ¿Por qué se continúa con los desaciertos de todo tipo que minan el camino del próximo gobierno?
Ni por un instante piensen que ella ideó este plan, como dijo Lanata, no sabe nada de historia y le falta la capacidad de análisis necesaria, se lo contaron y se entusiasmó, pero los ejecutores son tan de pocas luces que todo se hace visible con solo sacudir el andamiaje.
En manos de la prensa libre y los políticos sanos está que esto no prospere.