Lo anticipamos en este mismo portal y está ocurriendo tal y como lo dijimos en media docena de notas: Sandra Arroyo Salgado busca hacer a un lado a la fiscal Viviana Fein y llevar el expediente Nisman a un camino que satisfaga a todos por igual.
Primero que nada, debe decirse que la exesposa del fiscal especial del caso AMIA intenta quedar bien con tres sectores puntuales: el gobierno, su propia familia y el exagente Antonio Stiuso, quien la impulsó para poder llegar a ser jueza.
En ese contexto, avanza en una hipótesis que consensuó con el gobierno: culpar al informático Diego Lagomarsino por la muerte de Nisman. Para ello, debe hacer a un lado a la inquieta Fein.
Ello explica que este sábado Arroyo Salgado avanzara contra la fiscal tan duramente. En una entrevista a un medio radial, la mujer señaló que recusó a Fein porque "está conduciendo la investigación con un interés manifiesto" en "probar únicamente que fue un suicidio".
Por su parte, Fein dijo que se siente "muy agraviada" por la recusación y advirtió que "nunca" en las causas que llevó adelante vio "una querella que no trabaje al lado de la fiscal".
La querellante y la fiscal hablaron en simultáneo por dos radios diferentes, en las que se cruzaron acusaciones en torno a cuestiones técnicas de la causa —como la conformación de la junta médica que debía analizar las pericias— e incluso a la honestidad de cada una en sus acciones.
En declaraciones a radio Mitre, Arroyo Salgado sostuvo que Fein "está conduciendo la investigación con un interés manifiesto en el resultado del proceso" porque "se aferra a probar únicamente que fue un suicidio" y "lleva la investigación con falta total de neutralidad y objetividad".
La también jueza federal de San Isidro indicó además que la fiscal y su secretario "incurrieron en falsedad ideológica" cuando informaron la designación como perito de Enrique Prueger, recusado por la querella.
Según Arroyo Salgado, "la fiscalía informó en el expediente" que Prueger "estaba de paso por Buenos Aires" y "ofreció su colaboración" pero Prueger "manifestó que no se presentó espontáneamente sino que el secretario de la fiscalía lo llama y le transmite que lo necesitan en forma urgente".
Luego, Arroyo Salgado mostró la hilacha: acusó a Fein de no haber interrogado "con mucho nivel de detalle" a Lagomarsino a quien quiere posicionar como el culpable de la muerte de Nisman.
En ese contexto, en las próximas horas, la mujer le dará cuerpo a la hipótesis que a su vez intentará arrimar a la Justicia: dirá que el informático en realidad le debía dinero a su exmarido y que decidió eliminarlo para borrar de un plumazo esa deuda.
Bajo el mismo argumento, Arroyo Salgado asegurará que los depósitos que hacía Lagomarsino a Nisman no correspondían a un retorno de la mitad de su salario —como él mismo argumentó—, sino parte del pago mensual de la deuda que este tenía con su empleador.
De esta manera, se cerraría el círculo sobre el informático, una pretensión que comparten la exesposa de Nisman y el gobierno. El informático es, una vez más, el culpable perfecto.