Los peritos que trabajan en el caso Nisman tienen la dura tarea de derribar la máxima de Edmond Locard: “El tiempo que pasa es la verdad que huye”. A poco de cumplirse cuatro meses del hallazgo en las Torres Le Parc, el expediente continúa caratulado “muerte por causa dudosa”. Cada minuto que pasa, el informe de la querella es más discutido. ¿Su mayor debilidad? La absoluta certeza del pronóstico. El homicidio como única posibilidad está por ser derrumbado por los peritos oficiales. Le tocará a la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini determinar si las conclusiones darán punto final, aunque no definitivo, al asunto. El jueves próximo pueden tener el informe en sus manos.
1. En las primeras horas, pueden haberse perdido pruebas. Por torpeza o impertinencia, no preservaron la escena de forma adecuada: el número de personas presentes en el departamento pudieron interferir de varias maneras sobre la escena original; cortaron la remera para sacarla del cuerpo y contaminaron la prueba. Tampoco debieron desnudar el cadáver en el lugar. Por último, antes de guardarla, limpiaron con papel higiénico el arma. Con ese simple acto, se perdió la posibilidad de hallar huellas papilares y de ADN.
2. Una gran discusión gira sobre la puerta. Para todas las partes, las manchas de sangre halladas en el piso indicarían que estaba cerrada. ¿Es un dato que determina que se trató de un suicidio? No.
3. Los signos que discuten el dictamen de la querella se concentran en la posición en la que habría estado Nisman al momento del disparo. Para los peritos de Arroyo, estaba arrodillado y fue ejecutado por detrás. Los peritos oficiales detectaron otra posibilidad: podría haber estado parado, frente al espejo. La sangre (reflujo) que se ve en el lavabo pudo haber provenido de la boca del fiscal. Esa salpidadura es compatible con el goteo del piso, el tobillo y la alfombra. La sangre que quedó en la comisura de los labios del fiscal refuerzan la hipótesis.
4. La ausencia del fenómeno de backspatter (que se produce cuando el disparo es en la cabeza), y el resultado negativo del barrido electrónico en las manos del fiscal son, para la querella, signos de la presencia de una tercera persona. Pero las características del arma, de bajo calibre, disminuyen las posibilidades de hallarlos. Por otro lado, la mano derecha (con la que se ejecutó el disparo) presenta reguero de sangre por escurrimiento. ¿Hubo telón de interposición? No se puede descartar, pero es difícil. Del mismo modo, el espasmo fue una gran discusión. Para Raffo y Ravioli no es posible con agonía aunque reconocen excepciones. Esta puede ser otra. Si bien la junta determinó que no hubo espasmo, lo cierto es que la posición del dedo índice de Nisman es compatible a la empuñadura del arma de fuego.
5. Un punto en que todos estarían de acuerdo es que hubo una larga sobrevida. Así lo indican el efecto de “ojos de mapache” presente en el cuerpo, propio del disparo en la cabeza. Nisman sangró hasta quedar exangüe y los órganos perdieron peso. .
6. Para los peritos de la querella, movieron el cuerpo en vida, por eso las livideces presentes en la zona de la cadera corresponden a la posición final pero hablan de la mancha de sangre de la remera -que puede ser suero- para dar cuenta de ese supuesto movimiento. Ese análisis tampoco resulta concluyente y pudo haber movimientos voluntarios o actos reflejo tras el disparo.
7. La data de muerte es importante porque ubica a Diego Lagomarsino dentro o fuera de la escena. Ese será el punto más difícil a determinar. Para los especialistas de Arroyo Salgado, la muerte ocurrió la tarde/noche del sábado, para los oficiales, el domingo cerca del mediodía.
8. La trayectoria del disparo también es una de los puntos discutidos. Si bien la zona de ingreso del proyectil es poco frecuente en el disparo suicida, el cuerpo humano es un franco móvil y puede haber varias posiciones por eso no debe descartarse. En la autopsia, los médicos pasaron una aguja de tejer por el orificio que dejó la bala y la trayectoria, demuestra ser “ligeramente” de atrás hacia adelante. No es tan pronunciada (Del blog de Cecilia Di Lodovico).