El titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, anunció hoy la puesta en funcionamiento de la nueva Doctrina de Inteligencia Nacional y resaltó la gestión de Cristina Kirchner en la modificación del sistema de inteligencia.
"Es un paso histórico ya que entre otras cosas las escuchas telefónicas pasan a ser controladas por los fiscales y no por el Poder Ejecutivo. Dejamos atrás la SIDE de la dictadura militar y de (el ex agente Antonio "Jaime") Stiuso", indicó Parrilli.
"Las cosas se dan en los momentos que se tienen que dar. Pasaron varios presidentes pero fue esta presidente la que tuvo el coraje de llevar a cabo esta transformación", manifestó el funcionario.
Con ese acto, quedó refrendado cómo será el poder del espionaje K, con Cristina Caamaño a cargo de las escuchas judiciales y todo el poder concentrado en un gobierno saliente.
Caamaño es miembro de la agrupación “garantista” Justicia Legítima y responde a los intereses de la ex ministra Nilda Garré.
Ahora, entre sus nuevas funciones, la exSIDE —que no sirvió siquiera para prevenir los atentados en Buenos Aires— se ocupará de prevenir cuatro “tipos de delitos” que afectan la seguridad interior: investigará a empresas, bancos, compañías y financieras.
En ese contexto podrá espiar para evitar “golpes de mercado, corridas y desabastecimientos”, figuras muy amplias e imprecisas, en las cuales se puede colar cualquier excusa para intervenir en la vida privada de los argentinos.
No por casualidad, sin que nadie se lo preguntara, Parrilli dijo que la nueva AFI “tiene el objetivo de cuidar y no de espiar a los argentinos”.