"No tenemos reservas que nos permitan tener nuestra propia moneda nacional". Así explicaba el Primer Ministro griego, Alexis Tsipras la imposibilidad de volver al dracma y desarrollar una política monetaria autónoma y nacional. Se acordó entonces una reestructuración de la deuda con el Banco Central Europeo.
Alemania y Francia, los dos grandes poderes de la Unión europea impidieron el default y la salida de Grecia de la Zona euro. Un motivo geopolítico estaba en juego ya que altos mandos del ejército griego empezaban a vislumbrar la posibilidad de vincular al país helénico con Rusia. Pero Tsipras lo dejó bien en claro: ni la Federación Rusa ni la República Popular China están dispuestas a apoyar a Grecia con financiamiento, inversiones y créditos que posibiliten la vuelta a la moneda nacional y la salida de la Eurozona.
En realidad existe la posibilidad de que Moscú y Pekin hagan ingresar a Grecia en su esfera de influencia, apoyándola financieramente y otorgándole créditos para el reforzamiento de sus reservas, es decir, que la alianza euroasiática podía meter una cuña en la zona euro y lograr integrar a Grecia a su bloque de poder.
¿Por qué Rusia y China se hicieron a un lado? Debido a que no quieren "mojarle la oreja" al poder occidental, para aliviar los conflictos existentes con EEUU por la cuestión Siria y Ucraniana y para no generar nuevas tensiones que deriven en actitudes belicistas. Además Rusia fue golpeada económicamente por la baja en el precio del petróleo y del gas, que constituyen sus principales recursos de exportación, y China, por su parte, debe resolver el problema de su burbuja financiera.
El pacto Merkel-Tsipras:
Grecia recibirá alrededor de 86 mil millones de euros durante los próximos 3 años, hecho que le permitirá salir del corralito, a cambio Atenas se compromete a aumentar el IVA, a realizar una reforma legal que permita una flexibilización laboral y a replantear su sistema de jubilaciones y pensiones.
Merkel supervisará la implementación de dichas reformas.
Tsipras optó por el camino menos traumático y menos arriesgado, un camino conservador el cuál creé más conveniente para su país. Otra concesión del Primer Ministro griego fue la entrega en bandeja de la cabeza de su heterodoxo Ministro de finanzas Yanis Varoufakis.
El Banco Central Europeo, controlado principalmente por Alemania y Francia, lanzó una política económica keynesiana típica que consiste en imprimir billetes para rescatar a un miembro de la zona euro de la quiebra, impedir un efecto dominó y seguir apostando por la unión compacta sin perder poder en el juego político internacional.
Lo que pasa en Grecia es lo que pasaba en 2001 en Argentina, con el agravante de que Grecia no tiene moneda propia, por lo tanto no tienen Soberanía Monetaria.Las medidas son siempre las mismas, aquí se bajó el 13% a Jubilados y a empleados públicos, similar a "Replantear el Sistema de Jubilaciones y Pensiones", IVA al 23%, impuesto que pagan todos ricos y pobres, Flexibilización laboral, aquí ya la conocimos con la ley 25.013, (Ley Banelco), una vergüenza. Y para colmo hay un sector de la población, de los medios, de la política, que quiere volver a eso, parece que algunos les fue bien. A propósito no veo ninguna repercusión en este medio sobre lo resuelto por el Juez Rodriguez, por lo investigado por los dichos de Quiroga que según decía era secretaria de Kichner, que vió muchas valijas.Los que replican los programas de Larrata digan algo.
María, luego de leer detenidamente tu análisis veo que te faltó la segunda parte. Luego de la "Fiesta Menemista" con el 1 a 1, y con la siesta de De La Rua después, vino el final esperado, el descalabro. Había que hacer el trabajo sucio y lo hizo Dualde. Devaluaron un 400% la moneda y pesificaron todas las deudas por lo que hasta el Banco Provincia, que en ese momento ya estaba FUNDIDO, se recuperó. A partir de 1 Dólar a 4 Pesos, los motores de la economía se pusieron en marcha y en pocos años y con la soja a la cabeza, empezaron a llegar divisas a raudales. Cuando los políticos duermen, el país se recupera. A partir de ahí, comenzó la otra fiesta, la "Fiesta Kirchnerista" cuyo período es desde el 2010 a la fecha. Esta nueva "Fiesta" alguien la tiene que pagar. Y a que no sabés quién la va a pagar. Adivinaste, la pagará el pueblo. Como siempre. La prosperidad ilusoria que crean los populistas siempre tiene un final. El mismo de siempre.