En este mismo portal, en la edición correspondiente al 28 de febrero de 2015, el título de esta columna era "Cómo será el campo minado que dejará el kirchnerismo", en la que señalábamos, entre otras cosas, lo siguiente:
Lo que deja la administración Kirchner es, metafóricamente, un campo minado, y para sortear ese campo minado será necesario tomar una serie de medidas fundamentales para comenzar a corregir la desastrosa herencia, para lo cual si o si habrá que pagar, indefectiblemente un costo político.
Pero además, detallábamos cuales serían los 5 puntos fundamentales a resolver para desactivar ese campo minado que dejó, vaya uno a saber si de manera implícita o, por pura impericia, el kirchnerismo, que eran los siguientes: Pago de deuda a los "fondos buitres", blanquear el retraso cambiario, sincerar las tarifas, achicar el desmesurado gasto público y, por último, reordenar los planes sociales.
Como sabemos, el nuevo gobierno ya está abocado a todas estas cuestiones, por lo que podemos comprobar que, evidentemente esos problemas existían, por más que el kirchnerismo no solo no hablara de ellos, sino que además, los negara sistemáticamente.
Sin embargo, a estos 5 puntos hay que agregarle uno más, que es el de la inflación. Ahora bien, ¿qué es lo que hace que, en menos de dos meses se genere de forma repentina un índice inflacionario que hasta noviembre no existía?
Más allá de los aspectos estrictamente técnicos, existe uno, muy particular, que podríamos denominar como casi exclusivo de los argentinos, y es el de generar inflación por parte de comerciantes, productores y formadores de precios conocido como "aumentar por las dudas".
En lo meramente técnico, es simple. El kirchnerismo dejó un Estado harto deficitario, que se cubre, por el momento, solo con la máquina de imprimir billetes. Eso es lo que verdaderamente genera inflación. Lo segundo, también es producto de lo heredado, donde se sabía que sea quien fuese el nuevo presidente, si o si tenía que blanquear la devaluación encubierta generada por el kirchnerismo, y por consiguiente, el valor del dólar, que decían iba a superar los 20 pesos, iba a impactar en los precios. Eso no ocurrió, pero los precios jamás se retrotrajeron a noviembre de 2015.
Dos reflexiones finales. La primera es que, como dijimos, si hubiesen resultado electos Scioli o Massa, con distintos matices hubiesen hecho exactamente lo mismo. La segunda es que lo único que se puede cuestionar es si las medidas a tomar hubiesen sido más efectivas —o, si se prefiere, mejor asimiladas por la población— si en lugar de hacerlas gradualmente se hubiesen hecho a modo de "shock", pero en definitiva, sea como sea, y sea quien sea, se está haciendo lo que había que hacer, desactivar el campo minado que dejó el kirchnerismo.