Ante las críticas que viene recibiendo desde la oposición y el riesgo de un mayor deterioro del humor social por aumentos de tarifas y la inflación, el Gobierno intenta instalar la idea de que la etapa del ajuste, al que denomina "sinceramiento", concluyó.
A su vez, apunta a fortalecer la batería de anuncios de inversiones y la generación de "empleos de calidad", entre los que sobresalen los de varias multinacionales.
Mientras esta estrategia madura, parecen agudizarse en el Gabinete algunas internas, en especial entre partidarios de empezar a bajar las tasas de interés para amortiguar el proceso recesivo, y la posición más ortodoxa del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
El jefe de la autoridad monetaria aceptó achicar medio punto la tasa en la última licitación de LEBACs, pero pretende pruebas concretas de que la inflación retrocede para ceder más en su postura ortodoxa.
Mientras esa discusión aún está abierta, el presidente Mauricio Macri trata de amortiguar el impacto amargo de la mayoría de las medidas tomadas desde que asumió, entremezclando lo que llama "sinceridad" con el intento de instalar optimismo.
Es que las consecuencias de la devaluación brusca para salir del cepo todavía se sienten en el día a día de la economía, y el gobierno todavía busca que las correcciones de fondo llegaron a su fin, y ahora viene una etapa de crecimiento.
"Sé que duele esta transición, sé que no es fácil, a mí me duelen muchas de estas medidas que he tenido que tomar pero estoy convencido de que es el camino que nos va a llevar al progreso", dijo Macri.
El puntapié inicial de esta estrategia para torcer el malestar de la opinión pública puede ubicarse en los primeros días de abril, cuando Macri viajó a Córdoba para encabezar el anuncio de inversiones de Fiat Chrysler: 500 millones de dólares para producir allí un nuevo sedán.
Eran 150 millones menos de lo que se esperaba, pero igual el gobierno ponderó la fuerte apuesta de la automotriz en un escenario muy complejo para el sector por la caída sin freno de Brasil.
Según datos del Ministerio de Producción, hay inversiones pendientes por unos 20.000 millones de dólares, incluido la reactivación de proyectos no concretados a la espera de mejores condiciones en materia macroeconómica: en total son 65 iniciativas.
Como parte de esos proyectos, Globant —una empresa creada en la Argentina pero que a esta altura es una multinacional del software con presencia en distintos países— ya anunció inversiones por U$S 1.200 millones en los próximos cinco años y la creación de 5 mil empleos.
Una filial de Globant será una de las empresas que visitará la misión organizada por el entusiasta embajador norteamericano, Noah Mamet, a California, con funcionarios y empresarios argentinos.
En este escenario de transmitir buenas noticias, la Rosada incluye la presentación del proyecto de "Primer empleo" y el lanzamiento del plan federal de turismo.
También una iniciativa aún por definirse para alentar la llegada de grandes corporaciones que construyan fábricas "llave en mano", en la que está trabajando fuerte el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El Gobierno espera reanimar también el rol del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) para ponerlo al servicio de la producción, según relatan en el gabinete económico: el primer paso fue el lanzamiento de un paquete de créditos por 1.000 millones de pesos para empresas del norte del país.
También apuesta a poder lanzar un amplio plan de obras públicas, para dinamizar el duro golpe que le significa a las pymes el alza de tarifas y a caída del consumo.
Macri también pone el acento en que los organismos multilaterales empiezan a abrir el grifo a la Argentina tras el costoso acuerdo con los fondos buitre, como ocurrió con los 2.000 millones de dólares que el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) le dará al país para el Plan Belgrano.
Piensa poner el acento en desarrollar el norte del país, una región que le fue esquiva en la presidencial, con la solitaria excepción de Jujuy donde se hizo fuerte el radical Gerardo Morales.
El problema es que, más allá de los anuncios de inversiones, abril fue el mes de mayor inflación en casi 14 años, con un alza de precios que superó el 7%, según consultoras privadas, y eso erosiona rápido en la opinión pública cualquier optimismo que se pretenda transmitir con las inversiones.
El INDEC se dispone a anunciar el primer el costo de vida oficial de la nueva etapa a mediados de junio, cuando el gobierno espera mostrar que la inflación empieza a ceder, ya que estará superado el impacto de los aumentos en combustibles y tarifas.
Por ahora, trata de disimular el impacto de los aumentos destacando que hay 3 millones de hogares con tarifa social de electricidad y algo menos en gas.
También busca que el Congreso apure la devolución del IVA a los sectores vulnerables y la incorporación de 250.000 monotributistas para que sus hijos reciban la AUH.
En un escenario indefinido, el gobierno espera cerrar mayo con más "buenas noticias": una de las grandes multinacionales de consumo masivo realizará una inversión de varios cientos de millones de dólares.
Para ello, su CEO a nivel mundial viajará desde su oficina en una de las principales capitales europeas para encabezar el anuncio junto al propio Macri.