“Sospecho que Kirchner,
precisamente por eso que decíamos de la sensación de juventud, es un
muchacho dado a la sobreactuación. Todos los desplantes contra los
empresarios locales, extranjeros, y contra los funcionarios de los organismos
de crédito internacionales (no hablo de la policía, de la casta política o
de los militares) resultaron fuegos de artificio: se pagó puntualmente, se
está pagando todo puntualmente. Usted puede decirme que eso había que hacer:
honrar las deudas. Está muy bien. Hay problemas con el canje de la deuda, son
problemas menores, se van a arreglar. Pero también usted puede decirme que se
están honrando las deudas para depender cada vez menos del crédito
internacional. Está muy bien. El problema es que esa estrategia, si es que es
una estrategia, debería contemplar las posibilidades de una economía
sustentable, de un mercado interno, de una modernización de las currículas
universitarias, de la apertura calculada a las inversiones y de una asociación
productiva con Brasil. Pero punto por punto: la Argentina no tiene parque
industrial, exporta materias primas o insumos de bajísimo valor agregado;
depende de las tasas de interés en los países centrales; los sueldos de los
trabajadores formales están deformados respecto a la productividad, no porque
ganen mucho sino porque el Estado sigue operando como un aparato prebendario o
directamente corrupto: esa realidad no permite discutir ni la distribución
del ingreso ni la ampliación de un sistema impositivo menos regresivo; para
no hablar de las iniciativas privadas; la educación no existe, ni como
inversión ni como política de Estado (y a pesar de todo, los egresados de la
universidad pública, un sector, no todos, siguen siendo de excelencia);
inversiones productivas, a la Argentina, no llegarán por años; y lo más
grave, a mi juicio, son los problemas con Brasil: si los argentinos no
entienden que la séptima economía del planeta tiene que ser el líder
continental, y ocupar todos los espacios vacantes en los organismos
internacionales, no entienden que Brasil puede sostener, con problemas, un
desarrollo auto sustentable: hay dinero, hay una burguesía nacional y hay
inversiones, y también, es cierto, hay desintegración social; por eso ambos
países necesitan aliarse de manera sólida y permanente. Pero Argentina, hay
que decirlo, en este momento sin Brasil sería nada. ¿De qué sirve cacarear,
y flirtear con los EEUU si sólo se exportan alpargatas y soja? Y menos mal
que todavía llegan turistas. Son preguntas más que certezas. El problema es
que hace treinta años era mucho más fácil ver cuáles eran las preguntas
que importaban”, sostiene el
historiador Tulio Halperín Donghi. Mientras se escribe esto, precisamente el
presidente Néstor Kirchner se encuentra en Nueva York acompañado por su señora
Cristina Elizabeth Fernández, para asistir a la Asamblea General de la ONU.
Antes de partir, había anunciado que, en respuesta a la mencionada
investigación de Clarín
del domingo 11, que “estaba
contra el clientelismo”. Esto resulta risible, puesto que su
partido es el que tiene el más alto porcentaje de repartición de planes
sociales, y que su hermana distribuye como si se tratara de caramelos,
subsidios a intendentes adictos en el conurbano bonaerense:“En
un nuevo capítulo de la serie que inauguró el domingo, Clarín mantiene en
espacios destacados la polémica por la distribución de los planes sociales.
“El Gobierno salió a decir que está en contra del clientelismo”, resalta
una nota en la página 3. Agrega que Néstor Kirchner “afirmó que promueve
el empleo frente a la cultura del clientelismo”,
mientras Cristina Fernández criticó a quienes manejan a la gente “a partir
de la pobreza”. El domingo, el diario advirtió que “más de la mitad de
los beneficiarios del plan Jefas y Jefes de Hogar son afiliados a algún
partido político”,
según consta en la edición de Diario
sobre diarios del martes 13. Ese mismo día, piqueteros
del Movimiento
Popular 29 de mayo y de otras 10 organizaciones
levantaron las barreras del peaje en la Autopista Buenos
Aires-La Plata, en repudio de la decisión oficial de no aumentar el monto de
los planes sociales:“
Jerónimo Altschuler, referente de la UTP, explicó a ANRed que la nueva
medida fue tomada porque, "no se puede vivir con 150 pesos. Queremos
trabajar. Y si no nos dan trabajo, entonces queremos que aumenten y
universalicen los planes sociales.”.
Precisamente,
uno de los puntos en que coinciden todos los dirigentes piqueteros es el
referido al empleo masivo en obras públicas. Tal como estableció Franklin
Delano Rooselvelt en su New
Deal (Nuevo Tratado), levantó a EEUU de la postración motivada
por la gran Depresión de 1930 mediante ese acertado recurso. Gracias a la prédica
de los detentadores del Estado
Benefactor, aquí arrasado por la aplanadora menemista, el país se
pudo levantar y se recuperó la confianza de su gente. Pero claro, al
oficialismo le resulta mejor despotricar contra las organizaciones de
desocupados, contra los adversarios duhaldistas, contra los heraldos de los
90, y hacer la gran Bart Simpson: “yo
no fui, a mí me la pusieron, yo no estaba”.
Desde el espejo
El
jefe de gabinete Alberto Fernández, quien aseguró que en el presupuesto 2006
no hay lugar para los superpoderes, calificó a la oposición de “narcisistas
que aparecen en cada elección con su propio partido, diciendo que son lo
nuevo pero no han logrado articular un solo proyecto de poder”.
Precisamente lo dice alguien que conoce mucho de eso, puesto que supo acompañar
primero al proyecto de Menem, luego el de Cavallo, también el de Duhalde y
por último el de los pingüinos. Y antes, integró las filas del nacionalismo
constitucional en 1983 de la mano de Alberto Aseff. Cuando se mira al espejo,
ese mismo que hizo delirar a Alicia antes de ingresar en el país de las
maravillas, ¿qué imagen le devolverá?, ¿una múltiple?
Hilda
Chiche
González de Duhalde invitó a su oponente a debatir ideas y
propuestas, en lugar de seguir ensañándose en una espiral de denuestos.
Hasta el momento, no hubo respuestas pero el protagonismo de la primera
ciudadana sigue creciendo hasta el punto de acompañar, como hizo
el lunes 12 en José C. Paz, a su marido en actos oficiales. Y desde el otro
lado de la vereda, políticos como Elisa Carrió le espetan que para la campaña
se dilapidan recursos del Estado, necesarios para cubrir áreas más
sensibles.
Pero
el pez, que muere por la boca aunque parece no darse cuenta, continúa con su
soliloquia en una calesita alocada con una parada fija en el domingo 23 de
octubre. ¿Y después? Qué buena pregunta.
Fernando Paolella