Como lo adelanto este sitio hace 15 días,
diario La Nación amplió la denuncia sobre entrega de electrodomésticos,
materiales de construcción y cheques a familias carenciadas en el conurbano, a
cambio de votos, por parte de asistentes sociales del Ministerio de Desarrollo
Social, feudo privado de Alicia Kirchner. Por su parte, el reaparecido diario
Perfil se refirió al Frente para la Victoria kristinista, mientras el
matutino de los Mitre, del martes 4, también engloba en esta práctica detestable
a los seguidores de Hilda Chiche de Duhalde: “Bolsones de comida,
electrodomésticos a cambio de posibles votos, cheques de entre $300 y 500...
todo es posible en el Gran Buenos Aires, en épocas electorales. Y resulta
que las denuncias sobre estas prácticas se reproducen, justamente, entre los
referentes del Partido Justicialista, que postula a Hilda 'Chiche' Duhalde, y
del Frente para la Victoria, liderado por Cristina Kirchner.
Aunque según declaraciones radiales realizadas hoy por el ministro del
Interior, Aníbal Fernández, es 'impracticable e imposible' que se 'compren
voluntades' con vistas a las próximas elecciones mediante la distribución de
electrodomésticos o subsidios personales en la provincia de Buenos Aires” según
un despacho de Urgente 24 del día mencionado.
El bastonero kirchnerista Aníbal Fernández trató vanamente por el éter negar
lo evidente, cayendo en otra situación altamente risible. Pues es digno de
Krusty, que el titular de la cartera política salga a desmentir aquello que
fue profusamente fotografiado y cotejado mediante testimonios grabados por dos
diarios. Como también resulta demasiado extraño el pesado silencio de Clarín
sobre el tema puesto que es imposible que lo ignoraran dado que poseen dos
corresponsales (Fabián Debeza y Rodolfo Lara) encargados de cubrir La Plata y su
zona de influencia. Evidentemente, como reza el sabio adagio, “no hay peor ciego
que el que no quiere ver”.
A menos de 20 días de las elecciones, el oficialismo cometió una de las
peores perversiones que convierten a la actividad política en un estercolero:
el clientelismo. Y lo que es peor, en lugar de rectificarse, buscaron
empecinadamente esconder el bulto y hacerse los otarios. Es evidente que no les
resultó, porque felizmente aún hay muchas personas que dejaron de comer vidrio.
Rostros bajo el frío
En el mediodía del citado martes, el presidente Néstor Kirchner se apersonó
en el pago chico de Eduardo Duhalde (Lomas de Zamora), para anunciar la
conversión del famoso Camino Negro en una moderna autopista. Lo acompañaban su
mujer Cristina, el gobernador Felipe Solá y Julio de Vido. A pesar del
calendario, se abatía sobre los rostros de los presentes un viento helado que
provocaba que sus sonrisas se congelaran al instante. Pero la cara de la primera
ciudadana no revelaba un disgusto a causa de las condiciones climáticas, sino
que se podía entrever una mueca de desprecio mal disfrazada de semisonrisa.
Así observaba enfrente de ella a unos pocos espontáneos que, dotados de
banderitas, celebraban el anuncio de su marido. Significativamente, a la
hora en que esto sucedía, otra información de la citada agencia revelaba que aún
la candidata oficialista no había efectuado cambio de domicilio. O sea quien se
postula como senadora por el distrito bonaerense, no sólo hace casi 30 años no
habita allí sino que además, “no tiene domicilio electoral en el territorio que
quiere representar” (Urgente). Parece un chiste, pero es patéticamente real.
Lamentablemente.
Fernando Paolella