La represión tiene dos utilizaciones: en contextos políticos y sociales y en contextos psicoanalíticos (y por extensión a partir de ellos, los relativos a la sexualidad). Ambos implican la pretensión de impedir un comportamiento, o de castigarlo una vez producido, y sus conceptos opuestos son los de libertad y tolerancia. En ambos, la represión se ejerce desde algún ámbito de poder, bien público o bien íntimo.
Suele ir acompañada por violencia, que puede ser considerada legal internamente, a la vista del ordenamiento jurídico existente, como ilegal e informal. El ejercicio de la violencia sobre los disidentes políticos pretende ejemplificar el castigo para conseguir el temor en el resto de la sociedad, con el objeto de que se reprima a sí misma en el ejercicio de la libertad, que queda así anulada para todos, excepto para quienes ejercen el poder y para aquellos en cuyo beneficio se realiza la represión.
¿Qué hacemos cuando hay represión?
En abril de este año, Federico Efron, abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), aseguró que lo primordial es “estar atentos y no perder el control”. “Hay que calmarse porque la violencia ya viene de parte de la policía, para no generar la reacción aún más violenta de la policía. Hay que estar preparados y organizados. Hay que saber qué juzgados están de turno”.
Además, indicó que es significativo saber que las 24 horas existe la presencia de un juez de turno que tiene la obligación de recibir habeas corpus (Un habeas corpus es una acción muy rápida que la puede presentar cualquier persona en nombre de cualquier otra que esté detenida). Y destacó: “Lo más importante es organizarse y conocer las distintas acciones que se pueden hacer”.
La abogada Claudia Cesaroni, integrante del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC), explicó dentro del supuesto caso de que un policía nos denga que “Hay que estar lo más firme pero sereno posible. Mostrar el DNI”. Además, dijo que si se solicita que abramos la mochila y estamos con personas en torno nuestro “hay que tratar de negarse”. En caso de que eso no sea posible, debemos pedir dos testigos. “No le recomendaría a un adolescente que no ande con el DNI”, aconsejó.
También destacó que “es una obligacion que el policía que está actuando públicamente esté identificado, y a veces no lo están”. Ante eso, apuntó que “es nuestro derecho preguntar qué funcionario policial nos está pidiendo la identificación, su nombre, su cargo y tratar de registrar la mayor cantidad de datos”.
Vale mencionar que desde enero de 2016 en la ciudad de Buenos Aires la policía puede detener a cualquier persona sin un motivo con el argumento de la “prevención”. Cuando el Tribunal Supremo de Justicia porteño dispuso esta práctica, la Campaña contra la Violencia Institucional produjo un sintético material informativo con varios consejos sobre cómo actuar, qué es legal y que es un abuso de la fuerza.
Para luego denunciar el accionar policial, hay que dirigirse a la autoridad judicial correspondiente, es decir, a la fiscalía de la zona donde se viva.
Si llegáramos a presenciar una detención arbitraria “Hay que ser muy claro. Hay que pararse de manos frente a los hechos que uno visualiza en la calle como potenciales puestas en peligro de nuestros pibes”, dijo al respecto Ismael Jalil, abogado de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI). “Si yo puedo filmar desde un lugar donde también estoy a resguardo, mucho mejor. No se está cometiendo un delito por filmar lo que está haciendo la policía”, agregó y explicó: “No estás desbaratando ninguna situación que le impida al policía aún cumplir con su función que crea él que está cumpliendo”.
Quizá el interrogante más frecuente que se hace la gente cuando ocurre una represión es ¿qué le pasa a un policía por la cabeza?
Luis Tonil, miembro del Sindicato de Policías Bonaerenses tradujo esa sensación en una sola palabra: “indignación”.
“Nuestra sensación interna es indignación, porque sabemos que el reclamo es justo. La de los docentes fue una represión, lisa y llana. La hizo otra policía, creada a gusto y placer del macrismo”, declaró, entrevistado en Demasiado Humo, el programa de debate político bonaerense que emite QM Noticias.
Tonil trazó un paralelo entre esa situación y lo que le genera el fallo de la Corte Suprema que impide la sindicalización de las fuerzas de seguridad: “Estamos indignados con el fallo, lo vamos a recurrir en tribunales internacionales”.
“A nosotros nos duele y nos indigna el fallo de la corte, pero sabemos que lo va a padecer más la sociedad”, se sinceró, y agregó: “Imagínate cómo se siente una persona cuando tiene que ir a reprimir a la gente que está protestando. El gobierno impide que la democracia entre dentro de la policía”.