Indudablemente, es a ella a quien el oficialismo le tiene pánico. Por eso,
buscando apuntalar a un alicaído Rafael Bielsa que viene en picada, las usinas
de informaciones pingüineras montaron una campaña sucia destinada a hacer
trizas su impronta de mujer luchadora e intachable. Por eso, Aníbal Fernández
la calificó el miércoles 19, de “almácigo
de odio permanente”. Sin embargo, Elisa Lilita
Carrió cada vez que puede lo califica de vulgar sabiendo que esto
saca de quicio al ministro del Interior de frondoso bigote.
En la tarde de ese día caluroso, el ARI llega a la recta
final de la campaña con las miras puestas en un posible triunfo en la Capital
Federal. La cita es en el Teatro Coliseo, que tiembla ante el cantito entusiasta
que alega “te
daré patria hermosa, una cosa que empieza con C: ¡Carrió!”.
Pocos minutos pasadas las 20 hrs., cuando el calor arrecia y no sopla ni una
brisa, Elisa Carrió saluda sonriente y sus seguidores entran en el delirio: “Este
es el final de un largo trayecto que nos deja en la puerta de la más
extraordinaria victoria en la Capital Federal” No puede seguir el
hilo de la ponencia, porque los aplausos atronadores, junto con la lluvia de
papelitos, dan comienzo al clímax.“Agradezco
la enorme solidaridad recibida frente a la infamia. Teníamos que forjarnos en
la mentira, la infamia y la adversidad, porque hay que forjarse en la lucha
contra el régimen. Renuncio a la réplica, porque cuando un canciller y un
presidente se convierten en punteros de arrabal, alguien tiene que asumir la
autoridad de la razón y por eso esta Nación tan herida, necesita un nuevo
contrato moral”. Esta obvia alusión a la campaña
sucia aludida arriba, desata nuevamente el entusiasmo de los
circunstantes y les da nuevas esperanzas en la recta final.
“Perdono
a quienes me injuriaron, pero les pido que no se ensañen más. Los partidos se
construyen con los que resisten, pero no con los que se entregan. Pero no voy a
renunciar a acusarlos de haber abandonado la infancia de esta Nación”,
alusión sin duda a los que como Graciela Ocaña y otros, abandonaron sus filas
para encuadrarse en el espejismo del ideario kirchnerista. “Denuncio
a los mutantes del PJ, que no son ni de derecha ni de izquierda, pues
simplemente son vulgares y brutales, los que entregaron el petróleo, el agua,
el gas, la luz y la pesca. Y montaron la mayor fábrica de pobres de la que se
tenga memoria, para esclavizarlos y así poder perpetuarse en el poder”.
Ese
término mutante,
no sólo aplicaba a lo ideológico, bien puede aludir al look
estrafalario de Cristina Fernández de Kirchner, algo así como un híbrido que
provoca rechazo también en las tradicionales masas peronistas.
Una
mano para el pobre Pingüino
“En
esta elección no se discuten los baches, porque nuestra vida vale mucho más
que el dinero, el poder y la ambición. Acuérdense ustedes como se frustró
aquella salida del 2001, cuando Duhalde se topó con los destinos de la Nación.
Bien pagado tiene Duhalde que le haya nacido un hijo monstruo”,
la obvia alusión hilarante al presidente Néstor Kirchner provoca nuevamente el
estallido entusiástico.
Precisamente, más tarde este le retrucaría apelando nuevamente al
ficcionario de las encuestas rentadas: “Notamos
un fuerte apoyo popular. Creemos y esperamos un acompañamiento de la sociedad.
Pero no hay que dramatizar las cosas, la idea es que la gente pueda accionar, y
la dramatización de las cosas es más para sesiones de teatro que para la
seriedad que necesita la Argentina”. “Cuando uno se
“No
se está juzgando la estética, lo que ese está jugando en esta elección es
que el único freno al autoritarismo prepotente e ilimitado de este gobierno es
este partido y este liderazgo. Para decirle al Pingüino que queremos República,
y
“Algunos
creen que la vida es dinero, y terminan avaros. Algunos creen que la vida es
poder, y terminan dictadores. Pero algunos creen que la vida es conciencia, y
terminan
Fernando Paolella