El subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, empezó con el pie izquierdo. Apenas se supo que tenía 1,2 millones de dólares en Andorra aseguró que la información era “falsa”. El dato había sido publicado por el diario español El País.
"La información en la que se me acusa de haber ocultado un millón de dólares es falsa ya que no obtuve compensación alguna por parte de la empresa mencionada. Ni sueldo, ni honorarios, ni dividendos. Ni durante ese período, ni tampoco posteriormente. Por esta razón es que no tuve ingresos que declarar en la Argentina", afirmó Díaz Gilligan en declaraciones a la agencia de noticias la agencia de noticias Télam apenas conocida la información.
El diario español El País había publicado que Díaz Gilligan "ocultó 1,2 millones de dólares (980.000 euros) en una cuenta en la Banca Privada d'Andorra" a nombre de la empresa británica de intermediación de jugadores de fútbol Line Action, en la que se mantuvo hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando fue nombrado director general de Turismo y vendió esa sociedad que se nutría "de transferencias de clubes de fútbol de Uruguay".
En su aclaratoria, el funcionario mintió al asegurar que "Line Action LTD está radicada en Londres, está perfectamente en regla según las leyes británicas y paga sus impuestos". De hecho, aclaró que "no es una sociedad offshore".
Sobre su vínculo con la sociedad titular de los fondos en Andorra, el funcionario explicó que asumió en 2012 como director "por solicitud de los titulares de la firma GolTV, en la cual me desempeñaba entonces como asesor" y que el "vínculo con esta empresa finalizó en 2014", debido a su "nombramiento como director de Promoción Turística del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires".
En declaraciones a El País, el funcionario también hizo su descargo y relató cómo llegó a la sociedad en cuestión.
"Casal tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía. Además, yo no ejercía entonces cargo público. Era asesor y facturaba como autónomo", explicó.
La realidad, más allá de todas las explicaciones, es que Díaz Gilligan evadió impuestos a pedido de un tercero. Por ser un delito, debería ser removido de su cargo, como piden incluso los radicales que son socios del espacio Cambiemos.