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El fútbol es el reflejo de la sociedad

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UN LLAMADO DE ATENCIÓN
UN LLAMADO DE ATENCIÓN

Dicen que el fútbol es el fiel reflejo de una sociedad. Esto significa, dicho de otra manera, que dentro de un estadio, en promedio, las personas se comportan como lo hacen cotidianamente. Y evidentemente, dirigentes, jugadores y protagonistas del fútbol en general, fuera de los estadios también actúan como procedemos, en líneas generales, los argentinos en casi todos los órdenes de la vida.

 

Es imposible que en un país en decadencia haya algo próspero y organizado; y el fútbol menos que menos puede escapar a la realidad de un país que desde hace más de 40 años viene sufriendo un franco deterioro, tanto económico como social y cultural. De ninguna manera podría ser la excepción.

No decimos nada nuevo si aseveramos que Argentina es un país netamente futbolero. Tanto que, cuando juega el seleccionado nacional de fútbol, especialmente durante los campeonatos mundiales, no solo se permite tener recesos en los trabajos para "hacerle el aguante a la Selección", sino que hasta se permite suspender las clases en los colegios.

Y si hay un clásico en el fútbol argentino, es la violencia. ¿Y qué hicieron las autoridades para combatir y solucionar semejante flagelo? Una idea única, maravillosa, fiel al ingenio argentino: se determinó que el público visitante no pueda ir a las canchas. Único caso en el mundo, pero con el agravante de que ni si quiera con tan brillante medida se pudo erradicar la violencia de los estadios.

Tal es nuestra irracionalidad, que Argentina es el único país del mundo en el que los jugadores de fútbol salen a la cancha a través de una "manga" para no ser agredidos ni escupidos. Y esto demuestra claramente dos cosas: La primera es que este hecho, por sí mismo, nos describe perfectamente cómo somos como sociedad. La segunda, cómo solucionamos los problemas.

Eso sí, como el ingenio argentino no descansa, le encontramos una gran utilidad a la "manga". En seguida aparecieron patrocinantes que aportan con publicidad esta fantástica idea.

Hoy, en el mundillo del fútbol, que como dijimos es el reflejo de la sociedad, existe un debate en torno a la final por la "Súper Copa Argentina" que se disputará el 14 de marzo en la ciudad de Mendoza. Final que jugarán, nada menos que Boca y River.

Pero el debate no gira en torno al aspecto futbolístico, como podría ser quien tiene más posibilidades de ganar dentro del campo de juego ya sea por la categoría de su equipo, las habilidades individuales de sus jugadores, táctica o estrategia. No, no se habla de fútbol, se habla de cómo uno quiere perjudicar al otro, especialmente a través del arbitraje.

River cuenta con el antecedente de que ya fue perjudicado con la aplicación del VAR en el partido de vuelta por semifinales contra Lanús por la Copa Libertadores 2017. A la mala campaña que viene desempeñando desde prácticamente mediados de ese año, se le agregan otros fallos desfavorables como los cometidos por la terna arbitral durante el partido por el campeonato de la Súper Liga, contra Godoy Cruz, y como si esto fuera poco, hay que sumar que, casualmente, Boca fue favorecido en dos partidos, con un penal inexistente a Carlos Tevez contra Temperley, y un gol en off side contra San Lorenzo, que dicho sea de paso también se sumó a la polémica de los arbitrajes.

Y aquí comienza la segunda parte de la historia. Más allá de que estemos hablando de hechos puntuales, y sobre todo reales (ya que todas estas situaciones existieron) hay algo en lo que los supuestos perjudicados aplican el énfasis, algo que, por lo menos por ahora, jamás podremos demostrar, que es la intencionalidad de tratar de perjudicar a uno y beneficiar a otro.

Señores, digamos las cosas como son: los árbitros son, en su mayoría, malos, como lo son, también en su mayoría, los jugadores de primera división. Lo que hizo el plantel de Boca (supuestamente el mejor del fútbol más importante de Sudamérica) contra los suplentes de los suplentes de Banfield en la fecha 16 en el campo de juego da cuenta de ello.

Todo forma parte de lo mismo, de nuestra idiosincrasia, de nuestra forma de ser, de nuestro ADN. Los argentinos somos una mezcla rara de carácter italiano con la soberbia de españoles, el lamento de los judíos y la “picardía” de los turcos. Por lo tanto, ¿cómo el fútbol no podría estar lleno de suspicacias, sospechas, llantos y reclamos?

Lo que hoy está ocurriendo en el fútbol local no es ni más ni menos que lo que nos ocurre a diario en casi todo, y si no, observemos cómo funciona el sindicalismo argentino, especialmente el que representa a los docentes.

Todos lloran. River y San Lorenzo dicen, por un lado, que son perjudicados porque Boca tiene el poder, y Boca, dice que todos están contra ellos porque son los mejores y los envidian; y en cierta manera, Boca también llora. Curiosa, y paradójicamente, todo es cierto y falso a la vez.

Todo esto lo podemos resumir en una frase genial del dirigente peronista Julio Bárbaro: "Nosotros no le ponemos pasión a la cordura, le ponemos pasión a la demencia" y en realidad, esto aplica a casi todo lo que hacemos.

Para finalizar le pido, estimado lector, que reflexionemos sobre lo siguiente: antes, los clubes de fútbol se mantenían con la cuota de los socios, venta de entradas, publicidad en el estadio y algún eventual bono que se cobra en partidos especiales; y funcionaban.

Desde hace décadas, además de tener esos ingresos los clubes cobran derechos millonarios de televisión, "esponsoreo" en la camiseta, venta de "merchandasing" en el caso de los clubes más grandes, y ventas millonarias de jugadores. Sin embargo, salvo alguna honrosa excepción, están todos fundidos.

Ah, y además, antes se podía ir a la cancha sin correr el riesgo de que cuatro delincuentes barrabravas hagan lo que quieran; y los periodistas no hablaban de todos estos problemas, solo hablaban de fútbol.

Señores dirigentes, evidentemente, algo hicieron mal, muy mal, los resultados están a la vista. Por lo tanto sería una excelente medida que en lugar de pelearse, chicanear, agredir y llorar para tratar de justificar sus propios errores y falencias, se pongan de una vez por todas a hacer lo único que tienen que hacer: trabajar por el club al que representan.

 
 

7 comentarios Dejá tu comentario

  1. El título de su nota me retrotrajo a los años 60. Eso es lo que decía mi padre SAMUEL VICENTE VEGA, representante de River y Vice presidente de Afa. En esa época el presidente de Afa era Raúl H. Colombo, rector del colegio Mariano Moreno y compañero de colegio del Dr Arturo Frondizi, presidente de la nación. Fíjese la degradación de la Argentina y de las instituciones que al frente de AFA está un representante del gremio de los barrenderos, representante de un club de segunda categoría y cuyo mérito mayor es ser El yerno de Moyano, uno de los sindicalistas más corruptos de Argentina, disculpe mi atrevimiento pero con mis 75 años cumplidos, estoy como Mirtha legrand, creo tener derecho a opinar sobre todo, especialmente si lo viví desde cerca

  2. Es otro opiaceo para el pueblo, entretenimiento adoctrinario , fanatismo y falso sentido de pertenencia...y lo quieren instaurar en todo el mundo como el deporte supremo.

  3. Otra vez el todo y las partes. Un despistado creería que es un simple abuso de la estadística: atribuir a todos los individuos el resultado promedio. Pero no, esto viene de mucho antes y el origen es la misma literatura seudofilosófica que dio excusa a todos los genocidios del siglo XX: “Está el todo, que es más que la suma de las partes, y cualquier cosa que se diga del todo le corresponde a todas las pares, sin excepciones. La "sociedad" es el todo y todos nosotros somos las partes y por lo tanto nos cabe cualquier cosa que se diga del todo, de la sociedad”. Ese es el romanticismo, el idealismo hegeliano de fines del siglo 18, de donde sale toda la seudociencia que constituye la base del entramado del delirio psicótico que es nuestro discurso público actual. La estadística es una herramienta, que no determina relaciones causa efecto, los resultados corren por cuenta y responsabilidad de quien los usa. Ningún resultado estadístico es prueba de algo, y mucho menos es atribuible a todos y cada uno de los individuos censados en esa estadística. La sociedad como un todo no existe, es una abstracción y una figura literaria. Existen sociedades en la medida que existen agrupaciones de individuos que actúan y suman sus responsabilidades personales de una manera asociada. Si hay una “sociedad” entonces será el resultado de las acciones coordinadas de un grupo de individuos y sus características serán el resultado de las acciones de esos individuos. En cuanto a la formación del individuo, la sociedad unitaria es la familia y no garantiza nada, mucho menos puede garantizar una abstracción asumida sobre toda una comunidad. Por eso la suposición de que la “sociedad” produce individuos, lo único que produce es decadencia. Claro que hay excepciones, la decadencia del país o de la economía se refiere al total de lo actuado, los costos los pagamos entre todos. Pero decir que todos somos igualmente partícipes del problema es una grosería que precisamente es la causa del problema. La gente no se comporta igual en todas partes, no se comporta igual cuando la miran que cuando sabe que nadie se va a enterar de lo que hace. Eso es obvio, no merece mayor justificación, cualquier aseveración en contrario es delirante. La identidad de grupo, el alambrado, el cordón policial, lo que hacen es asegurar la noción de impunidad porque en la medida que el grupo diluye al individuo también diluye las responsabilidades. Si la culpa es del grupo no es de nadie. Lo mismo ocurre con atribuir las características personales a la raza o la procedencia de los ancestros. Eso es una burrada monumental. Porqué será que esos mismos tipos se mudan a Australia y se portan bien. Pero acá le seguimos poniendo pasión a la demencia. Por eso seguimos haciendo apología del fascismo sin saberlo. Los clubes están fundidos porque se presentan como entidades de bien público pero sus dirigentes no trabajan para el bien público sino para su beneficio personal. ¿Por qué pueden hacerlo? Porque se sigue confundiendo el todo con las partes, el nominalismo otorga impunidad ¿Más demencia que eso?, y otorga exenciones impositivas, donación de inmuebles y terrenos fiscales, etc. etc., que a mediano o largo plazo pasan del Estado a ser explotados por los dirigentes. Las Sociedades Anónimas no lo solucionan, por el contrario, terminan de instalar el traspaso y la usurpación de bienes públicos al ámbito privado. Nadie de acá se hace una empresa con su plata si puede usar la del Estado para comenzar. Pero si seguimos con la sociedad como causa y origen abstracto de individuos sin responsabilidades, con la pasión y la identidad futbolera y sus sacrificios no vamos a salir nunca del delirio.

  4. Lo única verdad de esta nota es su título " El fútbol es el reflejo de la sociedad " y es tan cierto que en el último mes en casi todas las canchas se lo insulta a MM y su desgobierno reflejando fielmente lo que se siente en el día a día. Dócimo sos de décima, ahora te dedicas a los deportes porque viste que tu parcialidad ideologica nos esta llevando a la miseria?

  5. Simplemente...cierto todo lo que dice.... la decadencia es total... somos un país empobrecido por las mafias (principalmente el peronismo) que nos gobierna desde hace 70 años, y lo peor del caso, es lo que han logrado la banda feroz y mafiosa de políticos y sindicalistas que nos manejan... que la decadencia se también cultural... no tenemos arreglo...

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