Los últimos aumentos tarifarios generaron gran repudio a nivel social, especialmente el de los servicios (luz, gas y agua), no es nada nuevo, ni es algo que no se sepa, sin embargo, dentro del Gobierno se generó una disputa por dicha razón.
Por un lado se ve a un radicalismo confortativo hacia el titular del Ministerio de Energía, Juan José Aranguren, y por el otro, una Carrió que se enfrenta con su propio espacio, estando al frente de una de las coaliciones ligadas al oficialismo.
Radicalismo
Hace unas semanas, el diputado nacional Mario Negri, estuvo presente en una reunión de Gabinete, donde cuestionó fuertemente, frente a todos los ministros, a Aranguren, justamente por el incremento en las tarifas.
Solo unos días después, se realizó una reunión con un grupo de radicales, donde estuvieron presentes: Negri; el gobernador de la provincia de Mendoza, Alfredo Cornejo; el senador nacional Luis Naidenoff; entre otros.
En dicha reunión se encontraban el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el presidente, Mauricio Macri, quienes fueron criticados por el grupo de radicales allí presentes con respecto a la política económica, ya que les plantearon que estos incrementos están afectando a la clase media que es la que mayormente votó a Cambiemos.
Tras las críticas recibidas, el primer mandatario, con un poco de soberbia, peticionó a los funcionarios de la Unión Cívica Radical (UCR) que desarrollen algún plan alternativo, por tanto, en estos momentos los radicales se encuentran preparando un documento que será llevado a la Casa Rosada.
Fuego amigo
La diputada Elisa “Lilita” Carrió es harta conocida por la fidelidad a su estilo confortativo visceral, aunque una cosa es denunciar a Lorenzetti, lo que favorece al oficialismo, y otra es cuestionar la política económica del Gobierno.
La diputada oficialista está próxima a presentar en el Congreso un pedido de informe sobre las tarifas al propio Gobierno, dirigido a Marcos Peña. La oposición, obviamente, se va a llenar la boca hablado de este acto.
Coyuntura económica
La Argentina se encuentra frente a una inflación alta, que a su vez el mes próximo se va a incrementar aún más, e incluso, Aranguren ya anticipó que las facturas de los servicios van a estar cada vez más “pesadas”.
Lo que hace el ministro de Energía es una cuenta muy sencilla, pero a la vez paupérrima: disminuye los subsidios a proporción de lo que aumentan las tarifas para los usuarios y cuenta con el apoyo de Macri, quien asegura que lo que gasta el usuario, lo debe pagar.
Lo que se está generando con esto, es que el consumo masivo, que es lo que toca al bolsillo, se resista y no repunte. El ejemplo más claro es el de los supermercados.