La Universidad del País Vasco realizó una investigación que identificó, por primera vez, los mecanismos a escala molecular implicados en el incremento del riesgo de desarrollar esquizofrenia que se produce tras el consumo de cannabis.
El equipo descubrió las constantes alteraciones producidas en las neuronas de la corteza cerebral en los ratones que son tratados con THC, el principal compuesto psicoactivo del cannabis.
La investigación abre nuevas vías para generar estrategias de prevención, así como diseñar fármacos y terapias que mejoren la vida de las personas con esquizofrenia. El principal objetivo, según la investigación, es “identificar la existencia de cambios moleculares similares en personas que consumen cannabis para poder relacionarlos con el riesgo de desarrollo de psicosis o esquizofrenia”.