El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, luego del equivoco informe respecto de la Ley antitarifazos, se preparaba para llevar a cabo una conferencia de prensa, sin embargo trabajadores de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) interrumpieron su ceremonia para reclamar por los sucesivos despidos.

Por dicha razón, la conferencia debió prorrogarse y se terminó realizando en la Casa Rosada.

Conveniencia pactada

“Las medidas que vamos a estar anunciando reflejan el trabajo que venimos haciendo los últimos dos años y medio. Vamos a generar más ahorro para el Estado, unos 20 mil millones de pesos al año”. De esta forma comenzaba su discurso el ministro, agregando: “Vamos a dar de baja gastos improductivos, es parte de un proceso de reformas donde estamos anunciando medidas adicionales. Sigue el hilo de congelamiento del salario de funcionarios políticos”.

Dujovne también advirtió que el decreto será publicado la próxima semana y dictaminará un freno en los ingresos al sector público por 24 meses “como es a universidades, Conicet, carrera administrativa y también vamos a dar por finalizados los convenios de asistencia técnica con universidades”.

Con respecto a otros gastos que afronta el Estado, supo mencionar: “Vamos a achicar la flota de autos del Estado Nacional, limitamos el uso de autos con chofer de secretarios hacia arriba. Solo los ministros y el presidente volarán en avión en clase ejecutiva”.

En tanto, otro tópico fundamental referente a las empresas públicas, tiene que ver con la parte del anuncio donde aclara que seguirán adelante “con el proceso de convergencia hacia el equilibrio presupuestario”.

Al finalizar su discurso, el ministro en cuestión decidió retirarse apresuradamente dejando al titular del Ministerio de Modernización, Andrés Ibarra, a cargo del cierre de la conferencia.

Discurso presidencial

Es un momento complicado, especialmente en materia económica, para la Argentina. Es razonable que a los altos funcionarios del Gobierno les cueste dar una conferencia de prensa, pero quien siempre termina atrás del micrófono es el presidente Mauricio Macri, quien reiteradamente trata de encontrar un punto justo en la balanza entre las medidas tomadas por el oficialismo y el rechazo que causa a nivel social.

No obstante, el jefe de Estado se vio exhortado a brindar una explicación elocuente respecto de la decisión de vetar la Ley de “Tarifas Justas” aprobada en ambas cámaras.

A solo unas horas de la sanción del proyecto antitarifazo, el primer mandatario viajó a Salta, provincia comandada por el gobernador justicialista más cercano a su administración, y desde allí auguró que “la Ley ya ha sido vetada” y no finalizó sin disparar ciertos cuestionamientos contra la oposición, con la mira puesta en el peronismo.

“La Ley ya ha sido vetada. Nació sin ningún tipo de viso de continuar porque claramente no está financiada, los que la votaron no dijeron de donde salen los recursos”, manifestó el mandamás argentino desde la provincia del norte donde más temprano había consumado una reunión con el gobernador Juan Manuel Urtubey.

En pos de explicar el razonamiento de su octavo veto mencionó que costaría “más de 110 mil millones de pesos, que significaría que deberíamos suspender la AUH (Asignación Universal por Hijo) o suspender todas las obras que tenemos en el resto del país. No se puede hacer algo así tan irresponsablemente, no se le puede mentir a la gente. Soy el primero que si pudiera no aumentar las tarifas no las amentaría. A qué presidente e puede gustar dar esa mala noticia, generar incomodidad y el desafío adicional de pagar las tarifas”.

En ese sentido, insistió en que “no existe una solución alternativa” y que “cada uno pague lo que consume”, aunque, vale destacar que los números enunciados por el presidente son erróneos, esos “más de 110 mil millones de dólares” fue un numero sacado con respecto a la retrotracción de las tarifas al mes de abril del año pasado. Según la propia Oficina de Presupuesto del Congreso, el verdadero costo no llegaría a alcanzar los 65 mil millones de pesos.

 “La Ley fue inconducente y no le cambió nada a la gente” concluyó el jefe de Estado en una de las conferencias de prensa más abrumadoras para él, donde se lo notó incómodo y no con una postura fuertemente coacheada tal como la que suele tomar al enfrentarse a los medios.

La parte del discurso en la que más nervioso se lo vio al presidente, fue el momento en el que tuvo que enfrentarse con la posición, teniendo al peronismo como protagonista. El líder del PRO con contundencia arremetió: “Los gobernadores tienen que explicar por qué votaron algo que decían que era un mamarracho”.

Tajante y con altos aires de desafió, el presidente se preguntó: “¿Quería hacer una demostración de poder el peronismo?”. A pesar de las fotos de los mensajes de whatsapp filtradas entre Federico Pinedo y Rogelio Frigerio hablando de acuerdos con legisladores opositores, Macri insistió en apuntar contra presuntas contradicciones entre las opiniones de los senadores y sus votos en el recinto.

“Muchos senadores que votaron a favor me pedían que les asegurara que la iba a vetar”, mencionó el jefe de Estado, en línea con la idea de “mandar al frente a (Miguel Ángel) Pichetto” que propuso el ministro del Interior en su mensaje al presidente provisional del Senado.

Al ser consultado por la prensa, le envió un mensaje a la oposición: “Yo les digo: tienen que entender que necesitamos responsabilidad, que no pueden sacar ventaja mintiéndole a la gente” y rematando al final: “Los veo a todos excitados con las elecciones de 2019”.

Chau Chau adiós

A solo unas horas del veto de la Ley antitarifazos se produjo la primera expulsión en el Gabinete: una pieza fundamental, no casualmente, del Ministerio de Energía que comanda Juan José Aranguren, presentó su renuncia indeclinable.

Se trata de Marcelo Blanco, quien abandonó la Subsecretaría de Coordinación Administrativa, cargo que logro ostentar luego de su pase por Nación Fideicomisos y una carrera previa en el sector privado.

El ahora ex funcionario posee un perfil basado en el mundo de las finanzas y es amigo de uno de los hombres con más poder que se codea con el presidente, ni más ni menos que el ministro de Finanzas Luis Caputo, dicho sea de paso, Blanco fue el sucesor electo por “Toto” en Deustche Bank.

Al ex funcionario macrista le tocó lidiar con los contratos de gasoductos de Odebrecht y otros expedientes cuestionados de la era k, aunque además fue gerenciador de decisiones controvertidas de la gestión Cambiemos.

Entre otras, es el funcionario que se encontraba al frente de la venta de Transener, que enfrenta una dura resistencia por parte del radicalismo y que el Gobierno tiene congelada por al menos dos meses.

Siendo el subsecretario de Administración, le tocó poner en orden y al día los procesos de la cartera de Energía y Minería, sin embargo, menos de 24 horas después de una determinación que puso en jaque el modelo de Energía de Aranguren, le tocó salir.

No es coincidencia que Blanco decida dejar su puesto en un momento donde se incrementan las críticas en el mundo privado respecto de la gestión del ex CEO de Shell, quien pasó de una posición de libre mercado a una decisión cercana al control de precios de combustibles.

La relación entre Blanco y Aranguren dio su primer paso en el momento en que se convierte en el primer funcionario en denunciar a Odebrecht por los gasoductos. Además manejó contratos de las represas chinas, donde tuvo que negociar con Electroingeniería SA.