“Vidal Asesina” disparó ante los medios el sindicalista Baradel, en un vergonzoso aprovechamiento político de la muerte de una vicedirectora y de un auxiliar de la Escuela Nº 49 “Nicolás Avellaneda” de Moreno.
¿Defectos en la instalación de gas? ¿Error humano? ¿Ambas causas? Cualquiera sea el motivo del siniestro (que determinará la Justicia) la responsabilidad de la administración central de la provincia no puede ni debe negarse. Sí se podrá discutir en qué niveles de esa administración hubo negligencia. Y en qué porcentaje dicha negligencia es compartida con la autoridad local: fundamentalmente con el Consejo Escolar. Dicho organismo, de signo kirchnerista como el propio Baradel, tuvo que ser intervenido hace nueve meses por la provincia, debido a “anomalías institucionales y administrativas” que fueron detectadas en una auditoría llevada adelante por el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Este último dato es clave, porque es el Consejo Escolar quien tiene a su cargo el mantenimiento de diversas instalaciones de los edificios escolares, dentro de los cuales se encuentran las instalaciones de gas.
En definitiva, toda responsabilidad debe ser evaluada en contexto, porque no es lo mismo, para una administración, arrancar con escuelas “diez puntos” que con escuelas “menos diez”. En este sentido, en el día de ayer, comenzaron a conocerse datos que revelan el estado catastrófico, en materia de instalaciones de gas, en que quedaron las escuelas de Moreno, luego del devastador tsunami que el kirchnerismo ha insistido en denominar “década ganada”.
En efecto, un importantísimo número de escuelas de Moreno que han comenzado a evaluarse, mediante la intervención de gasistas matriculados, padecen serios defectos de instalación que tornan imposible el dictado de clases. En épocas de Scioli, y del también peronista Intendente West, se colocaron estufas prohibidas, no se respetaron las ventilaciones adecuadas, se instalaron anafes en forma incorrecta, cañerías irregulares y llaves de paso sin conectar. Asimismo, los gasistas que comenzaron a realizar los controles, detectaron la ausencia de elementos esenciales para el correcto funcionamiento de la instalación y pérdidas de gas (ver informes de algunas de las escuelas relevadas a pide de esta nota).
El kirchnerismo, en definitiva, ha dejado bombas de tiempo en muchas escuelas bonaerenses. Y los sindicatos docentes K han dejado niños sin clases, haciendo abuso del derecho de huelga, con la excusa –entre otras cosas- del mal estado edilicio de las escuelas. No obstante, y ya en épocas de Scioli, han sabido arrear la bandera del mal estado edilicio, una vez alcanzado el numerito buscado en la paritaria, para retomar dicha bandera al año siguiente, cuando les llegara el nuevo turno de amenazar con el no inicio de clases.
Asimismo, el paro convocado por la injusta muerte de los trabajadores mencionados al inicio de la nota, incluye entre sus reclamos el fin de la intervención del Consejo Escolar, es decir, la vuelta de los amigos K de los sindicatos docentes. Los mismos amigos que llevaron a las escuelas del Partido de Moreno a la situación que hoy padecen.
Por eso, cuando Baradel le dice “asesina” a la gobernadora Vidal, ni hace falta preguntarle si lo hace en su carácter de dirigente gremial o de dirigente kirchnerista. En ningún caso pareciera que tenga autoridad moral para hacer tales acusaciones.