La renuncia de Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato que lidera a la CGT, genera dudas no sólo sobre el futuro de la máxima central obrera, sino también de la relación de los sindicatos con el Gobierno, en un año signado por el ajuste fiscal y la inminencia de las elecciones presidenciales.
El dirigente de Dragados y Balizamiento era un hombre del “moyanismo” dentro del triunvirato de la CGT con una relación tensa con sus pares Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio).
Schmid basó su renuncia en la noche del domingo en “problemas de salud”, y rápido de reflejos el secretario de Camioneros, Pablo Moyano salió a decir que luego del paro general del martes pasado “estaba la posibilidad de que se retirara, porque expresa muchas diferencias con la forma de conducir la CGT”.
“Ojalá que próximamente haya una renovación total en la conducción”, de la CGT, dijo Pablo Moyano en declaraciones a Radio 10.
En medio de la noche del domingo, desde la conducción de la CGT adelantaron que seguirán hasta que venza el mandato, en el 2020, y que podría ingresar un nuevo integrante para conformar el nuevo triunvirato.
De esta manera, la CGT mantendría “la chapa” de ser la máxima central sindical que puede llevar adelante las negociaciones con el Gobierno, entre ellas, los fondos destinados a las obras sociales, en un año signado por el fuerte ajuste fiscal previo a las elecciones presidenciales de octubre del 2019
Pero por otro lado, el “moyanismo” confía en que Schmid se sume al Frente Sindical para el Modelo Nacional que unió al camionero y sus aliados con La Corriente Federal y las dos CTA, que el lunes pasado protestó en la Plaza de Mayo contra las políticas de Cambiemos y el acuerdo con el FMI.