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El caso Lucía Pérez sigue dando qué hablar. Y desde Tribuna de Periodistas venimos mostrando la otra cara de la verdad, no sin dificultades. Hemos recibido duros ataques solo por decir que no hubo abuso.
Aún cuando aclaramos que los hombres que la drogaron son una manga de delincuentes, que está bien que estén presos, pero por narcos.
Quien lo expuso mejor que nadie fue el director de este portal, Christian Sanz, en comunicación con radio 99.9 de Mar del Plata (ver al pie). Es que fue uno de los pocos que leyó todo el fallo judicial.
“Desde que la fiscal María Isabel Sánchez inventó una trama de empalamiento, todo se tergiversó”, dijo Sanz.
Además, lamentó que “la pretensión de que una persona sea culpable es más fuerte que la evidencia científica”.
Luego remarcó que “cuando leí el fallo me quedé sorprendido, es una situación complicada porque es difícil de plantear sin quedar en una posición incómoda”.
Para Sanz, “la figura de la fiscal María Isabel Sánchez es central inventando la trama del empalamiento. Dejó de lado lo importante que es la muerte de Lucía Pérez, se tergiversó todo. La marcha estaba basada en una consigna de un supuesto que no sucedió. Hasta los peritos de la familia indicaron que no hubo abuso y son personas de una trayectoria intachable”.
El director de TDP explicó: “En Twitter me escribieron muchas mujeres diciéndome un montón de cosas y les pedí que lean el fallo que estaba publicado en mi nota. Ahí me empezaron a responder que se habían comido una mentira y habían ido a marchar por algo que no sucedió”.
Para el periodista, el problema es el de tomar casos para exponerlos como banderas políticas y en muchos casos, envueltos en muchas mentiras: “Es el mismo patrón que veo en otros casos como pasó con Trimarco por ejemplo y ocurre de vez en cuando en Argentina”, concluyó.
Después de haber leído las 66 fojas del fallo, no sé cómo la fiscal María Isabel Sánchez sigue en libertad. Esta persona dijo en una conferencia pública que la chica había sido “empalada” y que esa fue la causal de la muerte. Resulta que la médica forense la desmintió y ni siquiera se ocupó de ir a las audiencias o a la comisaria a informarse del caso. Pasando el limpio: - La chica, Lucía Pérez, no fue violada o abusada sino que tuvo una relación consentida. - No estuvo con “tres tipos que la secuestraron”. Estuvo solo con uno que ella misma citó e insistió para que la pasara a buscar. - Ella tenía 16 años (y a su citado le mintió diciendo que tenía 17 años). El joven tenía 23 años. No existía una gran diferencia de edad. Además ella ya había estado con hombres de hasta 29 años. - El joven era un dealer, se conocieron porque él le había vendido droga. - Ella era una joven de carácter fuerte y decidió con quien tenía relaciones. No es que necesitaba cambiar sexo por drogas. - 6 peritos, incluido el que representaba a la familia de Lucia, definieron que no hubo empalamiento, ni fue forzada a tener relaciones, su cuerpo no fue lavado y que la causa de muerte más probable era intoxicación por consumo de cocaína. - El joven con el que tuvo relaciones, la llevó al hospital y se quedó a esperar su evolución. Luego fue con la policía a su propia casa a buscar algunas pertenencias de la joven que habían quedado allí. Para los padres es un dolo inmenso pero al menos saben que su hija no murió de una manera tan horrible como el empalamiento. La conclusión es que hay que tener mucho cuidado con estos movimientos feministas que confunden y no buscan justicia sino hacer tanato-política.